Pedro Conde Sturla
Las palabras de un hombre de
palabra generalmente desnudan y traicionan al hombre de palabra si es solamente
un hombre de palabra y no de hechos. Las palabras contra la corrupción, frente
a una asamblea de corruptos, por parte de un mandatario que es solamente un
hombre de palabra, desnudan y traicionan al mandatario. El nombramiento -pocas
horas después del discurso contra la corrupción- de un gabinete compuesto en
parte por reos de la justicia, con grandísimas cuentas pendientes en los
tribunales, desnudan y traicionan las palabras del mandatario y al mandatario
mismo, y al gabinete, por supuesto, que está en pelotas, salvo excepciones
gloriosas.
Las palabras contra el
derroche, el dispendio de la cosa pública, por parte de un mandatario que se
acoge -en palabras- a un plan de austeridad, y el posterior nombramiento de
funcionarios supernumerarios, desnudan y traicionan al mandatario que ya ha
nombrado más parásitos gubernamentales que los que expurgó, creando botellas,
botellones, e incluso potes de la reconocida marca Bonetti, sin mencionar canonjías
para los miembros de la izquierda oportunista que se han montado ya
electoralmente, durante años, en el carro del vencedor.
Cuando el hombre de palabra, solamente
de palabra, habla de cambios y adecentamiento en la policía y fuerzas armadas y
pone en retiro a oficiales dignísimos a la vez que repone en el mando
militar a personajes incalificables, se
refleja y se manifiesta desnudo de cuerpo y alma en sus
palabras.
Las palabras de un mandatario
que es hombre de palabra cuando habla contra el borrón y cuenta nueva, en
realidad remiten al borrón y cuenta vieja, más bien a borrón y borrón, y lo
muestran y demuestran evidenciado en su doblez, su doble desnudez.
Este mandatario, imaginario por
supuesto, como el personaje de la fábula
de Andersen, estrena un traje nuevo de palabras en cada ocasión. Ahora está vestido y revestido, pero solamente
de palabras, y desfila ante el público creyéndose cubierto, pero sus propias
palabras lo denuncian, lo traicionan, lo dejan a la intemperie en su plena y
total encueración.
Clave digital 20 agosto 2004
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