miércoles, 22 de noviembre de 2017

LA MESA REVUELTA

         
        
Créditos:

LA MESA REVUELTA
Anfitrión: Pedro Conde Sturla
        
         Imagen de texto al estilo del cine mudo:
La mesa revuelta es un revoltillo cultural
        
Esta mesa revuelta pretende ser un revoltillo cultural en el buen sentido de la palabra. O mejor dicho, un servicio de cultura gourmet para ciertos paladares no excesivamente sofisticados. La revuelta apunta en un doble sentido: gastronómico y filosofico, aparte de otros sentidos giroscópicos que no vienen ahora al caso mencionar.
La cultura, en general, comprende el modo de vida que identifica a una sociedad, comunidad, un pueblo. Esto incluye costumbres, creencias religiosas y políticas, organización económica, vivienda, expresio-nes artísticas y alimentación por supuesto.
         Además, sea dicho de entrada, a ma-nera de antipasto: la cultura no es enemiga del entretenimiento ni del humor. La cultura es o puede ser entretenida sin ser banal, ame-na e instructiva sin ser superficial, incluso digestiva y nutritiva y sobre todo baja de calorías. La cultura obesa no me  interesa.


Texto al estilo cine mudo:
Pellegrino Artusi escribió un libro de cocina y fue la gloria.
        
         Para muchos puede parecer sacrílego hablar de cultura en estos términos culina-rios, pero la cultura tiene mucho que ver con la comida, si no pregúntenle a un escritor italiano llamado Pellegrino Artusi. Artusi tenía vocación literaria y era, además gastrónomo. Publicó un libro de ensayos y otro sobre la vida de Ugo Foscoli y pasó desapercibido. En cambio publicó un libro de recetas de cocina y fue la gloria. La ciencia en la cocina y el arte de comer bien, que así se llama el libro, se vendió por millares y lo hizo famoso en su época, que fue la del siglo pasado. El libro recoge un tesoro de recetas, noticias, anécdotas, datos históricos, observaciones ciéntificas y también se deja apreciar por sus cualidades literarias, porque Artusi era un finísimo escritor. Así que Artusi posiblemente es el autor del libro de cocina mejor documentado y escrito. Alta cocina, alta literatura.


Texto al estilo cine mudo:
Julio Vega Batlle escribió la novela de la gastrosofía.
        
En la literatura dominicana hay una obra de tema culinario que es única en su género. Se trata de la novela póstuma de Julio Vega Batlle, publicada en l976 por la UCMM. Anadel, la novela de la gastrosofía, así se llama. En esta obra la erudicción y las referencias gastronómico culturales son sencillamente apabullantes. Ambientada en la bahía de Samaná, la trama de Anadel es un pretexto para pasar revista a diferentes estadios gastronómicos, o mejor gastrosóficos de la humanidad. Arranca desde los griegos y romanos, pasando por la edad media, el renacimiento y la época moderna, e incluye por igual a oriente y occidente.
Filosofía y gastronomía, de la mano con una gran dósis de humor, así es la obra  de este autor, que tambíen escribió dos de los cuentos más celebrados de nuestra literatura: El tren no expreso y El espejo ustorio.
         Por asociación de ideas me viene a la mente otra novela vinculada a la cocina, esta vez de la mejicana Laura Esquivel. Cada capítulo de esa novela titulada Como agua para chocolate, comienza con una receta de cocina y así se desarrollla. Laura Esquivel tuvo la suerte de estar casada con un magnífico cineasta que tradujo bellamente su obra a la pantalla y de aquí su justa fama, la de la novela y la de la película.
        
Texto al estilo cine mudo:
Cayo Claudio Espinal se dió banquetes de aflicción.
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         Como los poetas no pueden estar ausentes de esta mesa revuelta, hay  que mencionar a Cayito Claudio Espinal., oriundo de Macorís del norte. Este talentoso poeta, de complexión afable y temperamento delgado, ganó el premio Siboney de literatura 1978 con su poemario Banquetes de aflicción, uno de los mejores textos experimentales de su época
         Su amigo y mentor, Manolito Mora -el Serrano-, especie de anillo al dedo, es otro que no disimula por cierto el amor por la poesía y la comida bien servidas.
         Y qué decir de Alexis Gómez Rosa. Conmovedora, en verdad, es la pasión de este poeta . Aquel muchacho que a finales de los años sesenta comenzaba a ser gordo, nunca tuvo dudas respecto a la vocación que le había sido asignada: Desde temprana edad se dedicó al ejercicio de las letras y a la gula. El autor de Adagio cornuto, una de las mejores voces de la diáspora newyorquina, escribe a menudo poesía pantagrúelica, con cierta grandeza barroca subvertidora y una glotonería verbal desembozada (pariente cercana, por cierto, de la adjetivación gourmet de Enriquillo Sánchez).
         A este grupo se suma el poeta sumo Federico Jóvine Bermúdez, quien puso por título a su última entrega Ardiente pasión por la palabra. En la portada y contraportada también declara el poeta su ardiente pasión por su efigie, y a juzgar por la efigie, su ardiente pasión por la comida. Además, este libro contiene textos que ni la iglesia ni el papa aprobarían. Léalo a su propio riesgo.
        
         Texto al estilo cine mudo:
El carácter obeso puede ganar y perder peso
        
         La duda es una parte muy importante de toda la tradición del pensamiento occidental. Con la duda se indaga; sin la duda estaríamos paralizados o inhibidos para usar la gran herramienta del pensamiento lógico: el por qué de las cosas. Sin embargo hay personas a quienes su propia ignorancia las lleva tan lejos en su necesidad imperiosa de proclamarse el ombligo del mundo que de nada dudan si se trata de algo que concierne a su propio juicio, su actividad, su manera de ser, su propia vida y sobre todo su vida de relación…
Son personalidades atrofiadas por exceso. Sufren de una especie de obesidad del carácter. La exuberancia agresiva, la exsudación de esas personalidades ofende y sobre todo cansa..Todo lo refieren a sí mismas, no importa si se habla de astronomía, de medicina, de religión o deporte. Todo empieza en ellas y va a parar a ellas.
         Estos seres extrovertidos, impulsivos, son incultos aun cuando puedan tener una inteligencia natural. Y esa inteligencia básica los hace comportarse con inmodestia tambien natural, fruto de triunfos inmediatos o fáciles, y productos casi siempre de la inhibición de otros ante sus personalidades excesivas -castrantes- más que por méritos propios. Tienen necesidad constante de autoafirmación que puede ser originada en mecanismos encubridores de complejos muy hondos y no menos complicados.
        
         Texto al estilo cine mudo:
Ni la sombra de una duda
Los mecanismos de que se valen suelen ser una combinación de terrorismo verbal y de aventurerismo de juicios. Al ser  imperativos, dominantes, intransigentes, excesivos -obesos de la voluntad- pulsean con todo lo que los rodea para convertirse en padrinos o madrinas de patio, poniendo bajo su protección  a personalidades débiles y pusilánimes. Su opción  real es su capacidad de trasvase allí donde encuentren un vacío o una forma cualquiera de debilidad o de incompetencia. Pero su triunfo dura lo que dura el enfrentamiento con personalidades equilibradas, sobrias, que no requieren ser protegidas ni prohijadas porque disfrutan de su propia estimación  sin que ésta necesite en ningún caso ser excesiva.
         Intrigantes medulares por definición, residentes a perpetuidad del chisme, no resisten sin embargo la menor crítica sin que eso los convierta en sujetos de odio. Se dan a conocer cuando tratan de imponer su prepotencia, sin que los sobresalte ni la menor sombra de duda.
        
          Créditos en angulo inferior izquierdo de la pantalla

Prof. Ma. T. Quidiello
De la obesidad del caracter:
Apuntes de un retrato no complaciente de un prototipo de la no convivencia.

Texto al estilo cine mudo.
Ideas en circulación
        
         Cada persona puede morirse una vez sola, que se sepa, pero las bombas nucleares almacenadas permitirían matar a cada ser humano doce veces.
Este mundo enfermo de peste de muerte, que mata a los hambrientos en lugar de matar el hambre, produce alimentos que alcanzarían, y de sobra, para dar de comer a la humanidad entera. Pero unos mueren de hambre y otros de indisgestión
        

           
    Eduardo Galeano
            Ser como ellos y otros artículos
        

          La mesa revuelta volverá otro día. Gracias por la compañía.

pcs, 13/08/1997

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