sábado, 30 de enero de 2021

Acuarela (3)

https://acento.com.do/opinion/acuarela-3-8907618.html

Acuarela (3)

La alegría se disipaba en el rostro de mi madre y adquiría un grave aspecto de tristeza cuando pasábamos frente a la casa de una viuda a la que mucha gente negaba el saludo.

sábado, 23 de enero de 2021

Acuarela (2)

https://acento.com.do/opinion/acuarela-2-8905751.html


Acuarela (2)

La fama de Ludovino lo precedía. Tenía modales de caballero, mucha finura en el hablar, y escogía a sus víctimas sin apasionamiento. Era alguien que mataba por matar, un cancerbero. Medio mundo conocía la historia de unos presos a los que había metido en sacos de yute y arrojados al mar.

Pedro Conde Sturla25-01-2021 00:03

Todos los años, y a veces dos veces al año, el minotauro venía de visita al pueblo y el pueblo se ponía de fiesta por fuera y se ponía de luto por dentro. Su llegada nunca era anunciada públicamente, pero se podía presentir, se podía oler, se podía percibir en el nerviosismo y el miedo que invadía a los funcionarios civiles y militares con varios días de antelación. Ademas, en la iglesia comenzaba a entrar una brisa caliente, malsana, se apagaban los velones y se derretían los cirios y los feligreses se sentían incómodos. El cura párroco sospechaba de una presencia maligna.

Por lo demás, en cada rincón del pueblo se extremaba la limpieza, la recogida de basura y animales muertos, y se pintaban las escuelas y edificios públicos. Salvo el mercado, que era siempre un asco, el lugar quedaba oloroso y resplandeciente, en especial el local del Partido Dominicano.

sábado, 16 de enero de 2021

Acuarela (1)

Acuarela

El baño y la letrina siempre estaban ocupados y casi todo el tiempo había filas larguísimas de gente a medio vestir o vestida con batas desaliñadas, envuelta en toallas y otras indumentarias, y con jabón de cuaba y papel de periódico en la mano.

sábado, 9 de enero de 2021

Las vacaciones del sátrapa (3 de 3)

Las vacaciones del sátrapa (3 de 3)

Las clases serían suspendidas y los estudiantes acudirían a recibir al padre de la patria. Sus cortesanos lo recibirían con todos los bombos y todos los platillos. Por si fuera poco, sus aliados imperiales le habían proporcionado a la bestia como escolta un poderoso destructor de la marina norteamericana, un acorazado intrépido, como el del poema de Pedro Mir.