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sábado, 11 de julio de 2020

Memoria y desmemoria de Monterrey (11)

Pedro Conde Sturla
10 julio, 2020
William Jerez, al centro, rodeado de estudiantes dominicanos del Tecnológico de Monterrey

Ya lo dije en el primer capítulo de esta serie y puede que lo vuelva a decir y no me importa. Dije que desde que llegaron aquí, a Monterrey, los dominicanos se hicieron notar. Nada más sufrir las primeras novatadas se organizaron en bolas de montoneros y novatearon a los veteranos. La mera verdad (afirman los habladores), los madrearon, los cubrieron de brea y plumas, los arrojaron en pleno invierno a la alberca, los guindaron imaginariamente por las pelotas. En consecuencia, todos o casi todos fueron llamados a capítulo, reprendidos severamente. Los miembros de la comisión disciplinaria recuerdan lo difícil que se hacía encontrar una fórmula para sancionar a tantos estudiantes de nuevo cuño. Al final dieron con una solución salomónica y se prohibieron las novatadas, algo típico de una institución que tiene por símbolo y mascota a un borrego.
Recuerdo que también dije —y ahora vuelvo a repetir— que los dominicanos que fueron a estudiar a Monterrey en los años de 1960 provenían de todos los estratos sociales, que formaban un grupo heterogéneo, que había jóvenes de veinte y otros de treinta años que no habían podido costearse los estudios universitarios, y que la beca les cambió radicalmente la vida.
Dije que uno de ellos, llamado William Jerez, era marino y era músico y saltó como quien dice del barco para convertirse en pocos años en ingeniero. Dejó de ser marino y se convirtió en ingeniero, pero nunca dejaría de ser músico.
Dicho de otra manera —que viene siendo más o menos la misma—, William Jerez había recibido la noticia de la beca a bordo de un barco mercantil. Era marino y seguiría siéndolo: marino, trompetista, pianista, músico, artista, y desde luego un poco loco por definición y un poco pobre, más bien pobre en el sentido literal de la palabra. Tenía una inteligencia despejada que, sin embargo, no le permitía otras realizaciones hasta el día en que recibió la beca que el gobierno de Juan Bosch (fundador sietemesino de la democracia dominicana después del ajusticiamiento de Trujillo) dispensaba a granel a estudiantes meritorios sin importar clase ni origen.
En Monterrey —como escribí en el relato Noche sin fondo—, William se adaptó como pez en el agua en todos los ambientes que había conocido, a pesar de que era desierto lo que rodeaba a la ciudad. Al poco tiempo de llegar ya había formado un grupo de música popular que tocaba en fiestas familiares, salones de baile y ciertos lugares non sanctos a ritmo de merengue y salsa y otros géneros musicales menos gastronómicos.
En 1965, durante los primeros meses de la segunda intervención armada del imperio del norte a Santo Domingo, los cheques de la beca dejaron de llegar y los casi cien becarios dominicanos en Monterrey (y otros muchos lugares) empezaron a pasarla mal.
Algunos recibieron ayuda de sus familiares o se ayudaron mutuamente o ambas cosas, y otros lograron vivir o sobrevivir de lo que García Márquez llamaba en sus tiempos heroicos de París “el milagro cotidiano”.
Casi todos, sin contar a William, se vieron en serios aprietos económicos. William se instaló bajo contrato con su conjunto musical en un centro nocturno de mala muerte, o mejor dicho de mala vida, y allí se pasaba la noche tocando la trompeta y estudiando, ganándose el sustento y cierta fama por su aplaudida interpretación de El manicero.
Todo este repetir de repeticiones, y lo que seguirá más adelante, tiene por objeto construir, diseñar un boceto de este ser multifacético, que interviene a cada momento en mis relatos, a veces contra mi voluntad, me hace perder el hilo, me desorienta, me obliga a cambiar de tema.
Recuerdo, por ejemplo, claramente, el día que William se apareció en el colmadón de los furufos, en medio del relato homónimo que estaba escribiendo o viviendo, y en presencia de Bonilla, de Barón y Gustavo, de Agustín y otros cuates, y no tuve más remedio que incorporarlo al guión.
Llegó con su acostumbrada bonhomía a flor de piel, saludando a boca de jarro y en voz alta.
Bonilla había hecho un brindis en ese momento, el típico brindis de Bonilla, dedicado a todos los miembros del grupo, con el brazo levantado a manera de antorcha y había dicho en tono solemne:
—Los quiero con carácter retroactivo...
En eso vio venir a William y volvió a levantar el vaso como una antorcha y la atmósfera se tornó incendiaria, incandescente, al tiempo que decía:
—A ti también te quiero con carácter y efecto retroactivo, un vaso y una silla para el ingeniero.
William estaba indignado y feliz como una pascua. Empezó a hablar mal del gobierno, de todos los gobiernos y los funcionarios de los gobiernos. William es un tipo expansivo,  habla hasta por los codos y con los codos, habla hasta por los ojos, habla por señas y por telegrafía. Gesticula de tal manera que a una cuadra de distancia puede uno saber de qué está hablando, sobre todo cuando habla de sexo. Y al poco rato, en efecto, se olvidó del gobierno y comenzó a hablar de sexo, del encuentro con una enfermera posiblemente imaginaria...
Comenzó a describir con las manos su anatomía, su cuerpo de guitarra, la acarició, la besó, emitió unos sonidos guturales y finalmente la desnudó a la enfermera imaginaria y la tendió sobre la mesa imaginariamente desnuda y se la empezó a comer por el ombligo como un pastel de cumpleaños, cometió relaciones imaginariamente sexuales y raudo como vino se marchó al improviso, hablando mal del gobierno, de todos los gobiernos.
Me parece recordar que William iba y venía siempre de prisa. Parecía sentirse incómodo si se quedaba mucho tiempo en algún lugar.
De la misma manera, siempre me pareció que William se sentía incómodo en las fiestas cuando no era él que tocaba. Por lo general bailaba un par de piezas, hablaba con amigos, tomaba un par de tragos, y poco a poco, de alguna manera discreta, se iba acercando a los músicos, entablaba amistad con ellos. Lo suyo era tocar, no bailar, y hasta que no lo conseguía merodeaba inquieto alrededor de la tarima donde actuaba el conjunto, y en el momento en que menos lo pensabas estallaba la trompeta, el inconfundible toque de trompeta de William Jerez y el manicero se va.
Muchos lo recuerdan en la noche sin fondo de tantas correrías, a bordo del flamante Ford Galaxie rojo descapotado, en el asiento trasero, mientras recibía en el rostro el golpe alado de la brisa fría y William sonreía bajo la luz cobriza de la Calzada Madero.
Bajo esa misma luz he querido zurcir estos retazos, esta repetición de repeticiones, para recordar con alegría a un viejo amigo que sólo con alegría merece ser recordado.
William con la trompeta en la mano, tarareando una melodía, manicero, el manicero se va. William acariciando la trompeta de maní, maní, maní el manicero se va. La noche sorda de Monterrey creciendo, el viento frío que comenzaba a apretar y la trompeta de William que empezaba a sonar. Maní, maní, eternamente maní, el manicero se va, eternamente maní y eternamente hasta siempre al querido amigo.




sábado, 27 de junio de 2020

Irreverencias y profanaciones de Mark Twain (12): Un bosquejo de familia

Pedro Conde Sturla
26 junio, 2020
Mark Twain y su amigo en Quarry Farm, John T. Lewis. 

Uno de los personajes inolvidables de “Un bosquejo de familia” —si acaso no lo son todos—, es el negro George, aquel esclavo liberto que había ido a la casa de los Clemens “a limpiar unas ventanas y se quedó casi la mitad de una generación”. Mark Twain dice que “no había nada de común en él” y que era una persona muy apreciada y respetada en toda la comunidad de Hartford. George tenía habilidad para los negocios, era un exitoso apostador y también prestamista (entre muchas otras cosas), y logró hacerse modestamente rico hasta que se hizo rico sin modestia.

sábado, 4 de abril de 2020

Más pandemia es el hambre

Más pandemia es el hambre

Por Pedro Conde Sturla
Algo más que la pandemia del Coronavirus recorre el mundo: la pandemia del hambre, la carestía elemental de los medios de subsistencia.
El hambre que ignoramos, el hambre que parece no existir y no preocupa a los amos del mundo, la condición desesperante de los que nada tienen y nada tendrán, la multitud de pobres que, al decir de los indolentes y la gente sin conciencia, han existido siempre y siempre existirán.
Desde el principio de la encerrona que llamamos toque de queda, en respuesta al avance de la pandemia, empezó a incubarse en la mayoría de los hogares de nuestro país otra amenaza de proporciones más alarmantes: la carestía elemental de los medios de subsistencia, pero ahora exacerbada en grado extremo.
El encierro forzado, obligatorio, agrava el drama de los necesitados. Los privilegiados vivimos todavía (y no se sabe hasta cuándo) en medio de la abundancia, en casas donde no falta nada material y aun así se ha visto gente llorando por las redes, quejándose del aislamiento y la soledad. El drama de los más necesitados es al revés.
Están comprimidos en espacios miserables, reducidos, están hacinados, como quien dice unos encima de los otros en algunos lugares. A la angustia, el terror que produce la pandemia se suma el fantasma del hambre, la carestía de todo lo esencial para sobrevivir, desde la leche para el niño hasta el agua para beber en muchos casos. Sobre la gente pobre se cierne la amenaza del virus y la amenaza de muerte por hambre o desnutrición.
Frente a ese drama dantesco el gobierno manifiesta su indolencia, responde con payasadas. Todas las iniciativas del gobierno son payasadas. Reparte funditas de comida con la imagen de un candidato a la presidencia que es retarado mental, da limosna a los pobres.
No es capaz de articular lo que se necesita: un plan de emergencia para abastecer de alimentos a los barrios más necesitados. Alimentos, mascarillas, medicinas, centros de asistencia médica.
Más tarde que temprano los barrios pobres empezarán a convertirse en morideros, si acaso no han empezado ya. Pero los pobres no se dejarán morir pacíficamente. Ante la imposibilidad de procurarse alimentos saldrán a la calle a saquear y ya han salido.
El gobierno responderá, desde luego, con la guardia y la policía y se producirá una enorme matazón. Sin embargo, poco podrán la guardia y la policía contra un pueblo que terminará alzándose en masa en todos los rincones del país. El desbordamiento de un pueblo que se muere de hambre no será contenido por guardias ni policías cuyas familias padecen la misma calamidad y que quizás se sumen al saqueo. Comenzará quizás una guerra de todos contra todos.
Asistiremos al saqueo de almacenes y supermercados, colmadones, ventorrillos y pulperías,  empezará en algún momento el asedio de las casas de los vecinos pudientes, el saqueo de los barrios o urbanizaciones de clase media y clase alta y todo tipo de empresas y negocios... Se romperá tarde o temprano la cadena de suministro de provisiones y de repente todos comenzaremos a ser pobres. ¡Alguien lo duda? Eso podría pasar y pasará si el  gobierno no acaba de entender la situación. Una guerra avisada. Una especie de hecatombe zombie como la que vemos en televisión.



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sábado, 10 de agosto de 2019

Elogio de los juguetes bélicos

Elogio de los juguetes bélicos - Acento - El más ágil y moderno diario electrónico de la República Dominicana

https://acento.com.do/2019/opinion/8715418-elogio-de-los-juguetes-belicos/

Pedro Conde Sturla
9 agosto, 2019
Umberto Eco era al parecer partidario de los juguetes bélicos. Lo dijo claramente, si acaso no entendí mal, en una “Carta a mi hijo” que forma parte de un libro titulado “Segundo diario mínimo”
A su hijo le regalaba en Navidad, según sus propias palabras, todo tipo de fusiles. Fusiles “De dos cañones. De repetición.
Metralletas. Cañones. Morteros. Sables. Ejércitos de soldaditos en formación de guerra. Castillos con puentes levadizos. Fortines que asediar. Empalizadas, polvorines, acorazados, reactores.
Ametralladoras, puñales, pistolas de tambor. Colts, Winchesters, rifles, Noventa y uno, Garlands, obuses, culebrinas, pasavolantes, arcos, ondas, ballestas, balas de plomo, catapultas, faláricas, granadas, mespadas, bicheros, arpones, alabardas y garfios de abordaje… Armas, en fin -dice Umberto Eco a su hijo-muchas armas, sólo armas. Esto te traerán tus Navidades”.
Umberto Eco confiesa, sin ningún asomo de pudor, que tuvo una infancia violenta, casi exclusivamente bélica:
“…disparaba entre los arbustos con cerbatanas hechas en el último momento, me acurrucaba detrás de los pocos coches aparcados, abriendo fuego con mi fusil de repetición, guiaba asaltos de arma blanca, me perdía en batallas sangrientísimas. En casa, soldaditos. Ejércitos enteros, ocupados en estrategias enervantes, operaciones que duraban semanas, ciclos larguísimos en los que movilizaba incluso los vestigios del oso de peluche y las muñecas”.
El hombre que surgió de esa brutal carnicería resultó ser, sin embargo, un pacifista, que no tocó un fusil de verdad ni siquiera durante los dieciocho meses de servicio militar, un hombre que dedicó las largas horas de cuartel a estudios filosóficos, alguien que odió las armas toda la vida, las armas y el militarismo y las guerras… Todo lo anterior parecería, pues, una paradoja, un contrasentido, o quizás una excepción a la regla. Pero Umberto Eco lo explica de otra manera:
Su muy “profundo, sistemático, culto y documentado horror (…) hacia la guerra” lo atribuye Umberto Eco “a los sanos e inocentes desahogos, platónicamente sangrientos, que se (le) concedieron en la infancia, tal y como se sale de una película del Oeste (después de una pelea solemne de esas que hacen que se caigan las paredes del saloon, en la que se revientan las mesas y los grandes espejos, se dispara sobre el pianista y se hacen añicos los cristales), más limpios, buenos y relajados, dispuestos a sonreír al transeúnte que te golpea con el hombro, a prestar socorro a los gorrioncitos caídos del nido…”.
Umberto Eco piensa que una mente retorcida como la de Eichmann y otros muchos como él es el producto quizás de la represión de ciertas energías vitales juveniles, del hecho de que no desahogará lúdicamente el natural instinto agresivo que caracteriza a los llamados seres humanos. Le parecen más perniciosos ciertos juegos instructivos que los juguetes bélicos y al pensar en Eichmann, en la infancia de Eichmann, se lo imagina “Encorvado, la mirada de contable de la muerte, sobre el rompecabezas del mecano, siguiendo las instrucciones del manualito; ávido al abrir la caja variopinta del pequeño químico; sádico al disponer sobre madera prensada sus utensilios de alegre carpintero con su cepillito de un palmo de ancho y su sierra de veinte centímetros”.
“¡Temed a los jóvenes que construyen pequeñas grúas! -dice Umberto Eco- En sus frías y retorcidas mentes de pequeños matemáticos se están comprimiendo los complejos atroces que agitarán su edad madura. ¡En cualquier pequeño monstruo que acciona los cambios de vía de su ferrocarril en miniatura (ve) al futuro director de campo de exterminio! Pobres si aman las colecciones de pequeños cochecitos, que horrendamente la industria del juguete les proporciona en una imitación perfecta, con maletero que se levanta y ventanillas que se bajan-¡terrorífico, terrorífico juego para futuros sargentos de un ejército electrónico que apretarán sin pasión el botón rojo de la guerra atómica”.
Lo peor que se puede imaginar, sugiere Umberto Eco, es el juego del monopolio, un juego que permite, a su juicio, identificar desde temprana edad “A los grandes especuladores inmobiliarios, a los artistas del desahucio en pleno invierno”. El infame monopolio forma o más bien deforma la personalidad, acostumbrando a sus adictos “a la idea de la compraventa de inmuebles y de la cesión despreocupada de paquetes de acciones. Los papá Grandet de hoy en día, que han mamado el gusto de la acumulación, y de la ganancia en bolsa…”.
En este punto, y siguiendo la misma lógica de Umberto Eco, surge una duda y uno podría preguntarse si ese tipo de juego no podría tener un efecto parecido al de los juguetes bélicos y en vez de dar origen a futuros especuladores los convirtiera, por ejemplo, en socialistas utópicos o socialdemócratas por lo menos.
Al margen de esta posible contradicción, Umberto Eco arremete sin piedad contra las “muñecas americanas que hablan y cantan y se mueven solas; autómatas japoneses que saltan y bailan sin que la pila se gaste nunca; automóviles con mando a distancia cuyo mecanismo se ignorará por siempre…”.
A continuación vuelve al tema inicial y le explica a su hijo lo siguiente:
“… te regalaré fusiles. Porque un fusil no es un juego. Es el punto de partida de un juego. De ahí tendrás que inventar una situación, un conjunto de relaciones, una dialéctica de acontecimientos. Tendrás que hacer pum con la boca, y descubrirás que el juego vale por lo que le pones dentro, no por lo que encuentras ya confeccionado. Imaginarás que destruyes enemigos, y saciarás un impulso ancestral que ningún incordio de civilización conseguirá ofuscar jamás, a menos que no te convierta en un neurótico dispuesto al examen empresarial a través de Rorschach. Pero te convencerás de que destruir a los enemigos es una convención lúdica, un juego entre los ejércitos, las bombas, los reclutamientos obligatorios…”.
Lo que dice Umberto Eco es que un niño sabe o aprende en definitiva a distinguir en el juego lo que es real o ficticio y que un juguete bélico no lo convierte en criminal. Lo importante, quizás, no es negarle el juguete bélico sino educar sus sentimientos. Enseñarle a no disparar, por ejemplo, contra los indios o los vietnamitas o los mejicanos, a distinguir entre invadidos e invasores, a tomar partido a favor de la justicia.
En alguna parte leí que muy probablemente Al Capone nunca tuvo un revolver de juguete. Quizás ninguno de los tantos autores de las tantas masacres que se han producido y producen en los Estados Unidos tuvieron nunca en su manos una inocente pistola de juguete para exorcizar sus demonios, para desplazarse lúdicamente entre la realidad y fantasía, para aprender a eliminar imaginariamente a sus enemigos, exterminarlos por una vía “platónicamente” sangrienta. Algo que los preparara para que el día en que tuvieran en sus manos un arma de verdad se dieran cuenta de que no era un juguete.



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miércoles, 6 de marzo de 2019

UN BURDO ATREVIMIENTO (PARTE ATRÁS).

Pedro Conde Sturla.
16 de agosto de 2007

Muchos quizás recuerdan el episodio escandaloso de un grupo de jevitos, muchachos de burguesía díscola que fueron llevados a la cárcel por desfilar en sus flamantes vehículos de lujo por la Avenida Lincoln, mostrando el trasero y algunos retazos de longaniza. Mostraban los jevitos la desnudez del cuerpo,  festiva y natural, la desnudez de Adán y Eva, la desnudez con que  nacemos y andamos, por ejemplo, todavía en las selvas finitas, con taparrabo más o taparrabo menos. El impúdico taparrabo que no es, desde luego, más que un eufemismo, discreta licencia poética o más bien indecencia que designa lo anterior con un género posterior.

martes, 12 de febrero de 2019

Vance Packard: Los persuasores ocultos

Pedro Conde Sturla
9 de  febrero 2014

En el idioma del imperio, terroristas se les llama a las víctimas del terrorismo.

En el lejano año de 1957, un periodista e incisivo crítico social llamado Vance Packard (1914–1996) estremeció a la opinión pública norteamericana con un libro titulado “The Hidden Persuaders”, “Los persuasores ocultos”, que en Argentina fue traducido como “Las formas ocultas de la propaganda” y que a pesar del tiempo transcurrido y la campaña de descrédito a que ha sido sometido, tiene todavía vigencia y causa urticaria entre los estrategas del consumismo y el conformismo. Es decir, los medios de comunicación de masas y los publicistas.
“Este libro -dice Vance Packard- intenta explorar un campo nuevo, extraño y más bien exótico de la vida norteamericana. Trata de los esfuerzos que, en gran escala y a menudo con éxito impresionante, se realizan para canalizar nuestras decisiones en tanto que compradores, así como nuestros procesos mentales, mediante el uso de conocimientos extraídos de la psiquiatría y de las ciencias sociales. Los esfuerzos suelen aplicarse en un plano que escapa a nuestra conciencia, de modo tal que las incitaciones son frecuentemente y en cierto sentido ‘ocultas’, con lo que resulta que a muchos de nosotros se nos influye y se nos manipula en mayor medida de lo que nos damos cuenta, en lo que se refiere a las pautas de nuestra vida diaria.
Algunas manipulaciones ensayadas son sencillamente divertidas; otras, turbadoras, en especial si se las considera como anticipadoras de lo que se nos depara en escala más intensa y efectiva, pues equipos de hombres de ciencia han  
suministrado ya instrumentos pavorosos.”
(La manipulación por vía sexual es una de las técnicas más burdas y socorridas del reclamo publicitario. Nótese que en el metamensaje del anuncio de Burger King se alude desde la gráfica y desde el texto a la fellatio o felación).
Packard denuncia a un grupo de especialistas en comportamiento humano (sociólogos, analistas de tono de voz, segmentadores psicográficos psicolingüistas, neurofisiólogos, comunicadores subliminales, psicobiólogos, hipnotécnicos, acondicionadores operantes, especialistas psicométricos, especialistas en comprensión de mensajes) entre los que sentaron la base del “análisis motivacional del consumidor” y otras técnicas más sofisticadas “para manipular la expectación e inducir al deseo de compra” de productos innecesarios que obedece a lo que llama “ocho necesidades compulsivas que la publicidad promete realizar… El libro también explora técnicas de manipulación para promover políticos…y cuestiona su moralidad.” (http://en.wikipedia.org/wiki/Vance_Packard).
“Publicidad, propaganda, ingeniería social, se llame como se llame esta actividad no solo modificó nuestros hábitos de consumo sino también nuestros valores y mentalidad política…. El individuo se convertirá así en consumidor no solo de productos y servicios sino también de partidos y líderes políticos. Así el discurso ideológico queda desposeído de racionalidad y se transformará en eslogan.”
(http://www.meneame.net/story/formas-ocultas propaganda-the-hidden-persuaders-vance-packard)
Los persuasores ocultos, como se verá a continuación, inventaron la trampa del supermercado al cabo de años de investigación con cámaras disimuladas, entrevistas “inocentes” realizadas por sicólogos con los clientes y estudios de reacción ante colores y marcas y hasta la forma de pestañar de los consumidores.  Después de leer el siguiente capítulo del libro de Vance Packard, muchos quedarán asombrados, anonadados, por haber aprendido algo que no saben ni siquiera los dueños de supermercados nacionales, aunque, desde luego, inconscientemente lo ponen en práctica.
Hipnosis en el supermercado
Los investigadores de DuPont han descubierto que la compradora de mediados de este siglo no se molesta en hacer una lista o por lo menos en hacer una lista completa lo que necesita comprar. En efecto, menos de una compradora de cada cinco lleva una lista, pero de todas maneras las amas de casa siempre se las arreglan para llenar sus carritos hasta el tope, exclamando a menudo: “¡Por cierto, nunca me imaginé que compraría tanto!” ¿Por qué no necesita el ama de casa una lista? DuPónt da esta tajante respuesta: “¡Porque siete de cada diez compras se deciden dentro del negocio, en donde los clientes actúan según sus impulsos!”
(…)
James Vicary quiso averiguar la razón de tal incremento en las compras impulsivas. Sospechó que algo especial pasaba en la psicología de las mujeres que entraban al supermercado. Columbró que quizás sufrieran un aumento de la tensión al enfrentarse con tantas posibilidades, de modo que se veían obligadas a realizar las compras de prisa. La mejor manera de descubrir lo que pasaba dentro de la compradora sería utilizar un galvanómetro o detector de mentiras, lo cual era evidentemente poco práctico. Otro procedimiento casi tan ventajoso era usar una cámara cinematográfica oculta para registrar el promedio del parpadeo de las clientes mientras compraban. La rapidez del parpadeo es un índice bastante preciso de la tensión interna. Según el señor Vicary, la persona corriente parpadea normalmente alrededor de treinta y dos veces por minuto. Si se siente tensa parpadea con más frecuencia; bajo tensiones extremas llega a hacerlo hasta cincuenta o sesenta veces por minuto. En cambio, si su estado es de completa placidez, su parpadeo puede reducirse a veinte veces o menos aun.
Vicary instaló sus cámaras cinematográficas y comenzó a seguir a las damas a medida que entraban en las grandes tiendas. Los resultados lo dejaron perplejo, incluso a él. El parpadeo de las compradoras, en lugar de aumentar e indicar una tensión creciente, bajaba más y más, hasta llegar a un promedio anormal de catorce veces por minuto. Las damas habían caído en lo que Vicary llama un trance hipnagógico, es decir, habían llegado a la primera etapa de la hipnosis. Vicary dedujo que la principal razón de este trance era que en el supermercado, país de maravillas, están al alcance de la mano productos que en años anteriores sólo los reyes y reinas se daban el lujo de adquirir. La teoría de Vicary es la siguiente: ‘Justamente en esta generación, cualquiera puede ser rey o reina y pasearse por estos almacenes en donde los productos claman a gritos ‘cómprame, cómprame.”
Es interesante saber que muchas de dichas clientas estaban tan hipnotizadas que pasaban al lado de vecinas y viejas amistades sin notarlas o saludarlas. Algunas tenían la mirada un poco vidriosa. Estaban tan ensimismadas mientras recorrían el almacén recogiendo al azar artículos de los estantes que hasta tropezaban con cajas sin verlas y ni siquiera reparaban en la cámara que las filmaba, aunque en algunos casos su cara pasara a un pie y medio del lugar en donde estaba funcionando el murmurante motor. Cuando las amas de casa llenaban sus carritos se dirigían hacia la caja, el parpadeo comenzaba a aumentar hasta unas veinticinco veces por minuto. Luego, al oír el sonido de la caja registradora y la voz del cajero pidiendo el dinero, el parpadeo subía sobre lo normal, a unas cuarenta y cinco veces por minuto. En muchos casos sucedió que las mujeres no tenían suficiente dinero para pagar todas las lindas cosas que habían adquirido. Teniendo en cuenta esta fuente de impulsos adquisitivos que es el supermercado, los psicólogos se han asociado con los peritos en comercialización para convencer al ama de casa que compre productos que no necesita o que incluso puede no desear hasta que los ve, invitadores, en los estantes. Los sesenta millones de mujeres norteamericanas que hacen sus compras en los grandes almacenes todas las semanas reciben la “ayuda” para realizarlas de psicólogos y psiquíatras contratados por los comerciantes en productos alimenticios. El 18 de mayo de 1956, The New York Times publicó una notable entrevista con un joven llamado Gerald Stahl, vicepresidente ejecutivo de Package Designers Council, en la que éste afirmó: “Los psiquíatras dicen que la variedad de la provisión es tan grande que la gente necesita ayuda, para elegir, es decir, quieren dar con el paquete que los hipnotice y se les meta entre las manos.” Instó por lo tanto a los envasadores de alimentos a que hicieran más hipnotizantes los diseños de sus envases, de modo que el ama de casa alargue su mano y los elija entre sus muchos rivales. (Vance Packard, Las formas ocultas de la propaganda capítulo diez de la traducción de Martha Mercader de Sánchez-Albornoz para la editorial Sudamericana).
A Sergio y Alfonso, persuasores no ocultos.



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sábado, 1 de diciembre de 2018

Diego Ignacio Mur: Los doce productos más terribles creados por Monsanto, incluyendo la Bomba Atómica


Pedro Conde Sturla
2 de mayo 2014




[Este no es un simple artículo de divulgación como otros que publico, es la denuncia de una práctica demoníaca que amenaza al planeta con la devastación por parte de la corporación Monsanto y la desaparición sobrante o parásita como llaman a los pobres. Los pobres no tienen lugar en el planeta de acuerdo a la visión de las multinacionales y del imperio usamericano que las protege. Deben desaparecer y desaparecen por millones en África por vía del sida, de enfermedades curables como el paludismo, por el hambre, la sed y las incontables guerras de exterminio provocadas por los que involucran a las grandes y pequeñas potencias, incluidas  China, que tiene ahora el mayor y exitoso proyecto de colonización en África con la intención de llevar a esa tierra prometida cien millones de colonos para empezar. Nada, sin embargo es comparable con el daño que Monsanto inflige a la humanidad con las semillas transgénicas que ya se han polimizado los cultivos tradicionales y convertido en transgénicas las semillas tradicionales, y con el uso del yerbicida RoundUp que crea super malezas y es  un cancerígeno certificado. Lo que publico más abajo no tiene desperdicio. PCS.]

Los doce productos más terribles creados por Monsanto, incluyendo la Bomba Atómica

Para muchos es "paranoico" e incluso "caricaturesco" señalar a la Corporación Monsanto de la familia Rothschild como el "Imperio del Mal", sin embargo una breve revisión histórica expone como sembró y cosechó miseria durante el transcurso de un siglo. Aspartamo, DDT, Agente Naranja, Armas Nucleares, PCB, la hormona de Crecimiento Bovino, etc. Cuando usted reflexiona por un momento sobre los productos desarrollados por Monsanto, ¿qué encuentra? Esta es una lista certificada por organismos legales mundiales, describiendo doce creaciones que Monsanto lanzó al mercado:
Por Diego Ignacio Mur
1. Sacarina. John Francisco Queeny fundó “Monsanto Chemical Works”, con el objetivo de producir sacarina para Coca-Cola. Estudios realizados durante la década de 1970 mostraron que este químico produce cáncer en ratas y otros mamíferos de prueba. Sin embargo, tras descubrir que causa el mismo efecto en humanos, Monsanto sobornó a médicos e instituciones para seguir comercializandola.
2. PCBs. Durante la década de 1920, Monsanto comenzó a expandir su producción química mediante bifenilos policlorados (PCB), para producir fluidos refrigerantes de transformadores eléctricos y motores. Cincuenta años después, la EPA publicó un informe citando a los PCBs como causantes de cáncer en animales, con pruebas adicionales indicando que produce cáncer en seres humanos. Casi 30 años después los PCBs fueron prohibidos en EE.UU., este químico sigue apareciendo en la sangre de las mujeres embarazadas, como se informó en un estudio de 2011. En muchas áreas de Argentina se sigue utilizando PCBs.
3. Poliestireno. En 1941, Monsanto comenzó a enfocarse en plásticos y el poliestireno sintético, que todavía es ampliamente utilizado para envasar alimentos. El poliestireno fue clasificado quinto en la lista de 1980 de la EPA, donde se enumeran productos químicos cuya producción genera los residuos más peligrosos. Al estar en los envases de comida ingerimos poliestireno (efecto de migración), que causa depresión, cáncer y daños a los nervios. Los vasos y recipientes hechos de este material sintético son difíciles de reciclar. Deben ser derretidos utilizando un equipo adecuado que la mayoría de los centros de reciclaje no poseen. Dentro de 1000 años, la bandeja de carne que usted compró en Carrefour o Wall-Mart seguirá existiendo en alguna parte del planeta. Es fatal para la vida marina: Flota en la superficie del océano, se descompone en pequeñas esferas que los animales comen. Las tortugas de mar, por ejemplo, pierden su capacidad de sumergirse y mueren de hambre.
4. Bomba Atómica y armas nucleares. Poco después de ser adquirida por Thomas and Hochwalt Laboratories, la corporación Monsanto se convirtió en una división de su Central Research Department. Entre 1943 y 1945, este departamento coordinó esfuerzos de producción clave con Manhattan Project. Lea sobre el mayor accidente industrial de Norteamérica.
5. DDT. En 1944, Monsanto empezó a fabricar el insecticida DDT, con la excusa de combatir a los mosquitos “transmisores de malaria”. En 1972, el DDT fue prohibido en EE.UU. – Sus efectos adversos para la salud humana incluyen infertilidad, fallos en el desarrollo, destrucción del sistema inmunológico, muerte. El DDT impide al andrógeno unirse con su receptor, bloqueando, por lo tanto, al andrógeno para conducir un normal desarrollo sexual, dando lugar a anormalidades. Durante un experimento llevado a cabo en el Mar Caspio (Mediterráneo), el DDT a una concentración de 1 ppb redujo la población de peces hasta un 50%. El transporte atmosférico de largo de esta sustancia afecta actualmente a todos los seres vivos del planeta. Fue detectado en el aire del Ártico, terreno, hielo y nieve y virtualmente en todos los niveles de la cadena alimentaria mundial. Los sedimentos del fondo en lagos y los lechos de los ríos actúan como reservas para el DDT y sus metabolitos. Todos los bebés humanos nacen con DDT en la sangre.
6. Dioxinas. En 1945, Monsanto comenzó a promover el uso de pesticidas químicos en la agricultura con la fabricación del herbicida 2,4,5-T (uno de los precursores de agente naranja), que contiene dioxina. Las dioxinas son un grupo de compuestos químicamente relacionados que se conocen como los “Doce del patíbulo” – Son contaminantes ambientales persistentes que se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales. Durante décadas, desde que fue desarrollado por primera vez, Monsanto fue acusada de encubrimiento o no informar sobre la contaminación por dioxinas en una amplia gama de sus productos.
7. Agent Orange. Durante la década de 1960, Monsanto fue el principal fabricante de Agente Naranja, un herbicida / defoliante utilizado como arma química en la guerra de Vietnam. La fórmula de Monsanto tenía niveles de dioxinas mucho mayores que el Agente Naranja producido por Dow Chemicals, el otro fabricante (por lo que Monsanto fue el acusado clave en la demanda presentada por veteranos de la guerra en los Estados Unidos). Como resultado del uso de Agente Naranja, Vietnam estima que más de 400.000 personas fueron asesinadas o mutiladas, 500.000 niños nacieron con defectos de nacimiento, y un máximo de 1 millón de personas quedaron discapacitadas o sufrieron problemas de salud, por no hablar de los efectos a largo plazo que lesionaron a más de 3 millones de soldados americanos y sus descendientes. Memos internos de Monsanto muestran que la corporación conocía perfectamente los problemas de contaminación por dioxinas del Agente Naranja cuando vendió el producto al gobierno de EE.UU. (para su uso en Vietnam). Sin embargo, la “Justicia” norteamericana permitió a Monsanto y Dow apelar y recibir protección financiera por parte del gobierno, ignorando a los veteranos que buscan una compensación por haber sido expuestos al Agente Naranja.
Recién en el año 2012, 50 años más tarde del rociamiento con Agente Naranja, comenzaron algunos esfuerzos por limpiarlo. Mientras tanto, el legado de Monsanto para las generaciones futuras se traduce nacimientos de niños deformes, que continuarán durante las próximas décadas. ¿Piensa que no puede suceder aquí? Varios cultivos argentinos son modificados genéticamente para resistir un herbicida hecho con el principal componente del Agente Naranja (2,4-D), con el fin de luchar contra las “súper malas hierbas” desarrolladas por el RoundUp. Estos químicos persisten en los alimentos hasta llegar a las góndolas del supermercado y más tarde a su estomago.
8. Abono a base de petróleo. En 1955, Monsanto empezó con la fabricación de “fertilizantes” a base de petróleo, luego de comprar una refinería petrolera. Los “fertilizantes” a base de petróleo matan microorganismos benéficos del suelo esterilizando la tierra y creando dependencia, es como una adicción a los sustitutos artificiales. Dado el creciente precio del petroleo no parece una opción demasiado económica ni prospera…
9. RoundUp. Durante la década de 1970 Monsanto fundó su división Agricultural Chemicals, para producir herbicidas, y uno en particular: RoundUp (glifosato). La propaganda de Monsanto es que puede erradicar “las malezas” un día para el otro. Por supuesto los agricultores lo adoptaron de inmediato. La utilización de este químico aumentó cuando Monsanto introdujo las semillas “RoundUp Ready” (resistentes al glifosato), lo que permite a los agricultores a saturar el campo con herbicidas sin matar estos cultivos (transgénicos). Monsanto es una corporación muy poderosa, como lo demostró recientemente haciendo firmar a Obama un Acta de Protección para sus crímenes. Y aunque el glifosato inicialmente fue aprobado por organismos reguladores de todo el mundo, y es ampliamente utilizado en Argentina y Estados Unidos, más tarde fue prácticamente erradicado de Europa. El RoundUp fue hallado en muestras de aguas subterránea, así como en el suelo, y el mar, e incluso en las corrientes de aire y las lluvias. Pero por sobre todo en alimentos.
Es el causante de la desaparición de abejas, y produce malformaciones, infertilidad, cáncer y destrucción del sistema inmunológico. Los estudios independientes demostraron efectos sobre la salud consistentemente negativos que van desde tumores y función orgánica alterada, hasta muerte por intoxicación. El RoundUp es Agente Naranja con distinto nombre.
10. El aspartame (NutraSweet / Equal). Fue descubierto accidentalmente durante una investigación sobre hormonas gastrointestinales. Se trata de un producto químico dulce que en primera instancia, mató a un mono bebé y dejó a otros 5 dañados gravemente (sobre un total de 7 monos), en un ensayo clínico realizado para que la FDA apruebe el Aspartame. ¡Y la FDA lo hizo! (1974). En 1985, Monsanto adquirió la empresa que fabricaba aspartame (GD Searle) y comenzó a comercializar el producto rebautizándolo NutraSweet. Veinte años más tarde, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. publicó un informe que enumera 94 problemas de salud causados por el aspartamo. (Vea un vídeo rápido aquí.).
11. Hormona de Crecimiento Bovino (rBGH). Esta hormona modificada genéticamente fue desarrollada por Monsanto para ser inyectada en las vacas lecheras y aumentar la producción de leche cuando no hay escasez de leche. Las vacas sometidas a rBGH sufren un dolor insoportable debido a la inflamación de las ubres, y mastitis. El pus de la infección resultante entra en el suministro de leche que requiere el uso de antibióticos adicionales. La leche rBGH produce cáncer de mama, cáncer de colon, y cáncer de próstata en seres humanos.
12. Cultivos Genéticamente Modificados OGM / GMO / GM. A principios de la década de 1990, Monsanto comenzó el “empalme” de genes de maíz, algodón, soja y canola. Utilizó ADN de fuentes extrañas para lograr dos características principalmente: Un pesticida generado internamente, y resistencia al herbicida RoundUp de Monsanto. En otras palabras, las plantas envenenan y matan a los insectos y mamíferos que las devoran, y, resisten el agroquimico (pariente del Agente Naranja) RoundUp que persiste en ellas incluso tras su procesamiento hasta llegar al consumidor.
Por supuesto la transgenesis se ha extendido. Papas, frutillas, manzanas, tomates, lechuga, tabaco, peras, sandías. TODO tiene su versión OGM.
Pese a las décadas de propaganda diciendo que los cultivos genéticamente modificados podrían alimentar al mundo, que tendrían más nutrientes, resistencia a la sequía, o mayor rendimiento, ninguna de esas promesas se cumplió. Los cultivos GM no alimentan al mundo, causan cáncer. No tienen más nutrientes, de hecho no alcanzan ni un 10 % de los nutrientes de los cultivos orgánicos. No resisten a la sequía. No brindan mayor rendimiento sino menor rendimiento, mientras encarecen la producción. La mayoría de las ganancias de Monsanto provienen de las semillas diseñadas para tolerar el RoundUp, este diseño transforma a los “alimentos” en armas mortales para la humanidad. Los ingresos de Monsanto aumentan constantemente ya que los agricultores se ven obligados a usar más y más químicos debido a la proliferación de super malezas que evolucionan desarrollando resistencia al RoundUp.
Monsanto y los medios de comunicación masivos ocultan que el Amaranto orgánico era el verdadero alimento proyectado para la humanidad del futuro. Cura el cáncer, lo previene, es el cereal más nutritivo del planeta y fue la primera planta en germinar en el espacio. Tal es así que los astronautas de la NASA utilizan amaranto para mantenerse saludables y no soja.
Al igual que durante los primeros días de los PCB, el DDT, o el Agente Naranja, Monsanto ha engañado y sobornado con éxito a los organismos públicos y reguladores generales implantando la creencia de que el RoundUp y los cultivos modificados genéticamente son beneficiosos y “seguros”.
Sin embargo Monsanto tuvo que ordenar a Obama que firmara una Ley en salvaguarda de la corporación para defenderse de las denuncias y demandas producto de 100 años de nuevos estudios que demuestran los efectos negativos e impactos ambientales de los OGM. Monsanto ataca dichos estudios científicos mediante medios de comunicación masivos controlados, denigrando e ignorando a las organizaciones independientes, y científicos honestos. Pero además, Monsanto cuenta con asociaciones industriales, blogs, científicos sobornados, “ciencia independiente” falsa y todo tipo de herramientas que a su vez, los mismos medios de comunicación corruptos patrocinan, sumado a cientos de miles de artículos de relaciones públicas “privadas” realizados por empresas que con frecuencia fueron fundadas, son financiadas y mantenidas por Monsanto.
Desafortunadamente, muy pocos de nosotros tomamos el tiempo para localizar a los miembros fundadores, y las relaciones de estas fuentes no válidas con Monsanto. (Leer más en esta página.)
La FDA respalda enfáticamente a Monsanto, ya que comparte funcionarios con Monsanto mediante el fenómeno “Puertas Giratorias”. En el siguiente gráfico elaborado por Millones contra Monsanto puede ver algunos ex vicepresidentes de Monsanto y abogados de la firma que más tarde ocuparon cargos en la FDA. Y no se olvide de Clarence Thomas, el ex abogado de Monsanto, que siendo juez de la Corte Suprema de Justicia, falló a favor de Monsanto en cada caso presentado.
El viento y las abejas transportan mutaciones genéticas de Monsanto a la naturaleza salvaje, comprometiendo el ecosistema global. Muy pronto todas las plantas serán transgénicas.
13. Un producto extra para este informe: Las semillas Terminator. A finales de 1990, Monsanto desarrolló tecnología para producir granos estériles incapaces de germinar. Estas “semillas Terminator” obligarían a los agricultores a comprar nuevas semillas de Monsanto cada año, en lugar de guardar y reutilizar las semillas de sus cosechas como lo hicieron durante siglos. Afortunadamente, esta tecnología fracasa en al mercado. Por lo cual Monsanto decidió exigir a los agricultores la firma de un contrato de acuerdo para que no re-utilicen ni vendan las semillas, lo que les obliga a comprar nuevas semillas y se antepone a la necesidad de un “gen terminator”. El fracaso parcial de las semillas terminator es una suerte para nosotros … ya que también eran susceptibles a polinización cruzada y podrían haber contaminado cultivos y bosques en todo el mundo. Lo cual no significa que este objetivo siga en los planes de Monsanto.
¿Cómo se traduce el legado de Monsanto para la humanidad?
Entre el 85% y el 90% de los alimentos que usted consume cada día tiene OGMs y tóxicos químicos de Monsanto, y residuos de RoundUp. (Las cifras en esa fuente están desactualizadas)
¿Cómo logra Monsanto su impunidad? Según la Asociación de Consumidores Orgánicos en un documento del año 2011, “Hay una correlación directa entre el suministro de alimentos genéticamente modificados y los $ 2,000,000,000,000 de dólares que el gobierno de EE.UU. gasta anualmente en atención médica, es decir, una epidemia de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y un vinculo comercial con los laboratorios de fármacos y vacunas.
En lugar de frutos sanos, verduras, granos y animales alimentados con hierba natural, las granjas industriales de Estados Unidos y Argentina producen un exceso de comida chatarra de ingeniería genética para ocasionar enfermedades cardíacas derrame cerebral, diabetes y cáncer, con el respaldo de subsidios agrícolas, mientras que los agricultores orgánicos no reciben dichas subvenciones.
La historia de Monsanto refleja un cuadro persistente de sustancias químicas tóxicas, demandas, y ciencia manipulada. ¿Es este el tipo de entidad que queremos para controlar el suministro de alimentos de nuestro mundo?
Monsanto no está sola. Otras empresas del “Big Six” incluyen a: Pioneer Hi-Bred International (filial de DuPont), Syngenta AG, Dow Agrosciences (filial de Dow Chemical), BASF (que es una compañía química que expande rápidamente su división de biotecnología) y Bayer CropScience (filial de Bayer). Vea una lista completa de las empresas de la ingeniería genética en este sitio web.Ecoportal.net


jueves, 22 de noviembre de 2018

Sergio Forcadell: La derrota de Madrid y la Marca España

Pedro Conde Sturla
12 septiembre 2013

[Hoy tengo como invitado a un publicista catalán de pura cepa, casado con dominicana y castizamente aplatanado. Sergio Forcadell y Feliú. Lo conocí hace un millón de años en los predios de Publicitaria InterAmérica, junto al inolvidable Harold Priego y una dulce colombiana que se horrorizaba de nuestras ocurrencias e irreverencias, sobre todo de las óperas italianas que Harold memorizaba y cantaba o graznaba a voz en cuello sin entender el significado, desentonando, soltando gallos, maltratando sin piedad la lengua de Dante.
Alguna vez escribí sobre ellos en términos festivos, como acabo de hacer, evocando momentos felices de nuestra relación en la agencia publicitaria.
Ahora quiero hablar en serio –cosa que me cuesta trabajo porque soy un charlatán vocacional- y presentar al amigo Sergio como lo que de él se sabe a carta cabal: “Veterano publicista con 43 años de experiencia, presidente y director de estrategia de Forcadell Publicidad, agencia de servicios plenos creada en 1985. Es especialista en las áreas creatividad e implementación de estrategias de comunicación. Más de 30 años como profesor en las principales universidades del país.” Es decir, uno de los mejores publicistas del país, curtido además en el magisterio.
Pero también quiero presentarlo como el fino analista y escritor satírico que produce textos que siempre me hace llegar y rara vez tienen acogida en la prensa. Esta vez lo acojo yo en mi página, libertaria, sin pedir permiso, para mostrar el valor, la finura analítica de un productor de ideas que vale lo que pesa y pesa mucho. PCS)
La derrota de Madrid y la Marca España
Señores, es la tercera vez que la ciudad de Madrid intenta casarse con los Juegos Olímpicos y también la tercera vez que la dejan plantada en el altar con el vestido puesto y el moño hecho, cuando en un instante, un juez medio viejito, parco y lento, saca una cartulina con el nombre de otra capital, quedando así automáticamente eliminada. 
Y, de verdad, lo sentimos mucho por Madrid, una gran urbe que presentó una impecable candidatura, y que posee todas las condiciones para constituirse en sede olímpica, con una excelente infraestructura deportiva, buenas comunicaciones, capacidad organizativa y un ambiente único para pasarlo de maravilla durante el tiempo que transcurrirían los juegos. Creemos que Madrid se lo merecía y sobre todo, lo necesitaba, para volver a retomar un protagonismo internacional que desde hace algún tiempo ha venido perdiendo . 
Ahora, tras la derrota, como tantas veces ocurre en el ambiente deportivo, vienen las excusas, válidas, o podridas. Que si fue una trama para dar paso a París las próximas olimpiadas, que si el comité hizo esto, los turcos eso, los japoneses aquello, o los venusinos lo de más allá.
Pero nosotros creemos que la causa principal, aunque no única, de esta derrota ha sido el empeño del Gobierno, más necesitado de las olimpiadas que la misma Madrid para salir de la difícil situación en que se encuentra, por querer proyectar ante el mundo una imagen de la Marca España , muy diferente a lo que en la realidad es. 
Se quiere presentar a este país como fuerte, dinámico, pletórico, cuando desde el interior y exterior se le percibe en una profunda crisis, débil y problemático, por mucho que Rajoy y sus ministros quieran hacernos creer, con índices y estadísticas en mano, que la recuperación económica y laboral está a la vuelta de la esquina. 
Uno se pregunta cómo le van a dar las Olimpiadas a un país que la Unión Europea le ha tendido un rescate bancario (aunque lo hayan bautizado con otro nombre) de 50,000 millones de euros, según se dice en medios financieros, ya fracasado. 
Qué durante años mantiene ya 5 millones de para dos. Qué hay un millón de familias sin ingresos de ninguna especie. Con un serio aumento de la pobreza, de los recortes en educación, en sanidad y otras áreas sociales prioritarias. Qué tantos y tantos dirigentes políticos, de todo s los partidos, están implicados en severos y vergonzosos actos de corrupción. 
La Marca España
 ni siquiera proyecta una imagen unificada, pues el principal motor económico, Catalunya, quiere independizarse porque después trescientos años de unión forzada, no ha podido encajar en el estado español debido a la tradicional torpeza y miopía de su política, anclada aún en el siglo XIX. 
Eso sin contar algo tan importante como los dos pajes deportivos que se han presentado en los últimos tiempos que alcanzan a atletas ganadores y ganadoras de grandes competencias, médicos deportivos, y la sobre todo vista gorda que se ha hecho con ellos a través de fallos exculpatorios por parte de los organismos oficiales.
Y todo esto, en un mundo comunicado e interconectado se sabe y, en consecuencia, se percibe una Marca España,  inflada y florida que no encaja con su cruda realidad.
El Gobierno del PP, embarrado hasta el cuello, entre otros asuntos, con el escándalo de Bárcenas, ha querido salvarse primero, y de paso a su querida y maltrecha monarquía, con el respiro que podía otorgarle el balón de oxígeno que son las Olimpiadas, pero este tiro estratégico salió por la culata de la escopeta olímpica, y ahora debe soportar, además, el cubo de desprestigio y desmoralización que le ha caído en la cabeza. 
Estambul, capital de un país claramente emergente, con veinte millones de habitantes, situado a un puente de distancia entre dos culturas milenarias, con la posibilidad de avanzar con los Juegos a Turquía, en derechos de igualdad social y de género, y de influir en lo deportivo a las complicadas naciones que la rodean era, por hegemonía del deporte, mejor candidata. 
Y qué decir de Tokio, las Olimpiadas serán un tsunami de optimismo para paliar en parte la tragedia del tsunami marítimo que arrasó tantos pueblos y causó decenas de miles de muertos. Además. Japón es poderoso, tiene mucho dinero y recursos tecnológicos, así como una gran disciplina en lo económico, moral y humano que garantizan el cumplimiento de los objetivos propuestos. Tokio era mucho competidor, demasiado para Madrid en estos momentos. 
Este Gobierno del PP, debe aprender rápido una lección que le ha costado mucho dinero y esfuerzos a la comunidad de Madrid. Cifrar las mayores esperanzas en los Juegos, apostando más al continente del producto que al contenido, lo cual suele crear lo que en psicología denominan disonancia cognoscitiva, es decir, una gran diferencia entre lo que se ofrece y lo que se recibe, y que se traduce en una gran decepción.
Los productos, incluida la tan deteriorada Marca España, se venden más por lo qué son y lo qué ofrecen, que por sus envolturas, por muy bellas y atractivas que estas sean, como lo ha sido la bien elaborada y decorada presentación de la candidatura de Madrid. 
Y más aún cuando hay un Comité Olímpico Internacional, con un jurado de más de noventa miembros que los abre, huele, los compara, los manosea y los valora, hasta lo último. Meticulosos que son ellos. (Sergio Forcadell).
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