lunes, 26 de febrero de 2018

Historia oculta de la primera guerra mundial: Sarajevo

26 de febrero de 2018 

Eduardo VII, o, mejor dicho, Alberto Eduardo de Sajonia-Coburgo-Gotha, el hijo ocioso de la famosa e infamosa reina Victoria de Inglaterra, tuvo que esperar cincuenta y nueve años, dos meses y trece días para acceder al trono, y gobernó entre 1901 y 1910 con los títulos de rey del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica y emperador de la India. En ese corto período jugó un papel estelar en la planificación de la primera guerra mundial.
Gerry Docherty y Jim MacGregor, en su “Historia oculta de la primera guerra mundial”, lo definen “como el arma más especial de la Élite Secreta”. Su “mayor contribución está en haber diseñado los muy necesarios realineamientos, e intentar el requisito previo de aislar (…) a Alemania. La responsabilidad última de la política exterior británica pertenece (…) al gobierno elegido y no al soberano, pero fue el rey quien sedujo tanto a Francia como a Rusia para alianzas secretas en el breve tiempo de seis años “.

Jorge VII

sábado, 24 de febrero de 2018

Historia oculta de la Primera Guerra Mundial: Sarajevo

 Pedro Conde Sturla
 
Eduardo VII, o, mejor dicho, Alberto Eduardo de Sajonia-Coburgo-Gotha, el hijo ocioso de la famosa e infamosa reina Victoria de Inglaterra, tuvo que esperar cincuenta y nueve años, dos meses y trece días para acceder al trono, y gobernó entre 1901 y 1910 con los títulos de rey del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica y emperador de la India. En ese corto período jugó un papel estelar en la planificación de la primera guerra mundial.

viernes, 23 de febrero de 2018

CHIVO EXPIATORIO

Pedro Conde Sturla


Una vez, durante un examen de historia en la UASD, vi que un estudiante sacaba un chivo, una chuleta, un acordeón, en fin, hacía trampa, cometía un fraude, copiaba información de un microscópico documento en el que de seguro había invertido más tiempo que el que le hubiera tomado prepararse para la prueba.

Me hice el distraído, como acostumbraba a  hacer durante los exámenes y, sin mirar a nadie en particular, pedí al estudiante que estaba copiando que por favor saliera del curso, y, para mi sorpresa, salieron tres.






Tres bellas que bellas son

14 de octubre de 2013

[En la “Gramática española” de Joaquín Añorga y “La gramática castellana” de Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña (década de los cincuenta), el alumno se enriquecía aprendiendo, además de gramática, poesía y buena prosa, así como lo que Roberto Vilches Acuña llama “curiosidades literarias y malabarismos de la lengua”, amén de “la importancia de los insignificantes signos de puntuación”.
Sobre este tema recuerdo el deslumbramiento que me causó el hallazgo, en las páginas del Manual de Añorga, de una de las más grandes hazañas literarias de las que tengo memoria. Se trata de una décima en cuatro versiones titulada “Tres bellas que bellas son”. Las palabras del texto son las mismas en todas las versiones, lo que cambia en cada caso, es la insignificante puntuación y con ello todo el sentido del mismo.
Añorga lo pone de ejemplo precisamente para demostrar  la importancia de la puntuación. Y desde luego, hay que ponerlo de ejemplo como obra maestra de ingeniería poética. PCS]


miércoles, 21 de febrero de 2018

JOAQUÍN AMPARO MALAGUER RICARDO


El padre de la cleptocracia representativa, el santo padre de la corrupción en Santo Domingo fue elevado seis veces a la más alta y desprestigiada magistratura de la nación...

La primera con tropas de ocupación yanquis y terror, la segunda con terror y fraude, la tercera con fraude y terror, la cuarta con el fraude que le hicieron a Jacobo Majluta con apoyo de Jorge Blanco, el cardemal y Peña Gómez, la quinta con el fraude que le hizo a Juan Bosch y la sexta con el fraude que le hizo a Peña Gómez.

La primera, a la vicepresidencia, con apoyo del generalísimo no se cuenta.


La honradez acrisolada, la magna obra de gobierno y la magra fortuna las dejó sólo en sueños de fanáticos delirantes o  sinvergüenzas. 
O ambas cosas.

martes, 20 de febrero de 2018

David Mendel: Mi conferencia reciente sobre el rey David

Pedro Conde Sturla

17/07/14

[Hago constar que el autor del texto que aquí parcialmente se publica no es ateo ni comunista. Es un judío militante que ama a Israel, que venera La Biblia pero tiene una vena crítica que proviene de sus lecturas de La Biblia y todo lo que aquí dice proviene de La Biblia, aunque con un sentido del humor que es poco bíblico. Invito a leer en Internet el texto completo, que es una joya. Invito a leer la novela “La Lira y la Espada” que relata la extraordinaria “vida de David, rey de Israel, hombre de innumerables facetas: guerrero valiente y músico angelical, héroe nacional y mercenario al servicio del enemigo, poeta sublime y asesino despiadado, rey temido y padre que no supo controlar a sus hijos, indulgente y vengativo, prudente e impulsivo, elegido de Dios y culpable de terribles pecados.”
Resultado de imagen para david miguel angelComo dijo Saramago con otras palabras hay que conocer la devoción  de un pueblo a un dios sanguinario, vengativo, para entender la saña con que sus devotos atacan a  sus enemigos, en especial a todos los habitantes  de la  Franja de Gaza, incluyendo niños que juegan en la playa.

David Mendel
Mi conferencia reciente sobre el rey David

Es muy posible que nunca haya habido otro rey, en la historia o en la leyenda, cuya fama y popularidad rivalizara con la del rey David.

Charles Baudelaire: Consejos a los jóvenes literatos

[Del autor de “Las Flores del mal” y tantas joyas de la literatura, el poeta “maldito” Charles Baudelaire (1821-1867), presento a la atención de los lectores este impecable texto clásico sobre el arte de escribir (y sobrevivir). Un texto que nos introduce de manera apasionante en el mundo de la literatura, y que por razones didácticas no precisa de mayores comentarios. Eso sí, el mismo está dedicado a los jovenes escritores y sólo a ellos. Las jovenes escritoras, al parecer, para Baudelaire no existen. La "literata es un hombre fallido". PCS].

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Los preceptos que se van a leer son fruto de la experiencia; la experiencia implica una cierta suma de equivocaciones; y como cada cual las ha cometido –todas o poco menos-, espero que mi experiencia será verificada por la de cada cual.
C.B.

***
I
DE LA SUERTE Y DE LA MALA SUERTE EN LOS COMIENZOS
Los jóvenes escritores que hablando de un colega novel dicen con acento matizado de envidia: “¡Ha comenzado bien, ha tenido una suerte loca!”, no reflexionan que todo comienzo está siempre precedido y es el resultado de otros veinte comienzos que no se conocen.
..creo más bien que el éxito es, en una proporción aritmética o geométrica, según la fuerza del escritor, el resultado de éxitos anteriores, a menudo invisibles a simple vista. Hay una lenta agregación de éxitos moleculares; pero generaciones espontáneas y milagrosas jamás.
Los que dicen: “Yo tengo mala suerte”, son los que todavía no han tenido suficientes éxitos y lo ignoran.
***
Libertad y fatalidad son dos contrarios; vistas de cerca y de lejos son una sola voluntad.
Y es por eso que no hay mala suerte. Si hay mala suerte, es que nos falta algo: ese algo hay que conocerlo y estudiar el juego de las voluntades vecinas para desplazar más fácilmente la circunferencia.
***
II
DE LOS SALARIOS
Por hermosa que sea una casa es ante todo -y antes de que su belleza quede demostrada- tantos metros de frente por tantos de fondo. De igual modo la literatura, que es la materia más inapreciable, es ante todo una serie de columnas escritas; y el arquitecto literario, cuyo sólo nombre no es una probabilidad de beneficio, debe vender a cualquier precio.
Hay jóvenes que dicen: “Ya que esto vale tan poco, ¿para qué tomarse tanto trabajo?” Hubieran podido entregar trabajo del mejor; y en ese caso sólo hubieran sido estafados por la necesidad actual, por la ley de la naturaleza; pero se han estafado a sí mismos. Mal pagados, hubieran podido honrarse con ello; mal pagados, se han deshonrado.
Resumo todo lo que podría escribir sobre este asunto en esta máxima suprema, que entrego a la meditación de todos los filósofos, de todos los historiadores y de todos los hombres de negocios: “¡Sólo es con los buenos sentimientos con los que se llega a la fortuna!”
Los que dicen: “¡Para qué devanarse los sesos por tan poco!” son los mismos que más tarde quieren vender sus libros a doscientos francos el pliego, y rechazados, vuelven al día siguiente a ofrecerlo con cien francos de pérdida.
El hombre razonable es el que dice: “Yo creo que esto vale tanto, porque tengo genio; pero si hay que hacer algunas concesiones, las haré, para tener el honor de ser de los vuestros”.
III
DE LAS SIMPATÍAS Y DE LAS ANTIPATÍAS
En amor como en literatura, las simpatías son involuntarias; no obstante, necesitan ser verificadas, y la razón tiene ulteriormente su parte.
Las verdaderas simpatías son excelentes, pues son dos en uno; las falsas son detestables, pues no hacen más que uno, menos la indiferencia primitiva, que vale más que el odio, consecuencia necesaria del engaño y de la desilusión.
Por eso yo admiro y admito la camaradería, siempre que esté fundada en relaciones esenciales de razón y de temperamento. Entonces es una de las santas manifestaciones de la naturaleza, una de las numerosas aplicaciones de ese proverbio sagrado: la unión hace la fuerza.
La misma ley de franqueza y de ingenuidad debe regir las antipatías. Sin embargo, hay gentes que se fabrican así odios como admiraciones, aturdidamente. Y esto es algo muy imprudente; es hacerse de un enemigo, sin beneficio ni provecho. Un golpe fallido no deja por eso de herir al menos en el corazón al rival a quien se le destinaba, sin contar que puede herir a derecha e izquierda a alguno de los testigos del combate.
Un día, durante una lección de esgrima, vino a molestarme un acreedor; yo lo perseguí por la escalera, a golpes de florete. Cuando volví, el maestro de armas, un gigante pacífico que me hubiera tirado
al suelo de un soplido, me dijo: “¡Cómo prodiga usted su antipatía! ¡Un poeta! ¡Un filósofo! ¡Ah, que no se diga!” Yo había perdido el tiempo de dos asaltos, estaba sofocado, avergonzado y despreciado por un hombre más, el acreedor, a quien no había podido hacer gran cosa.
En efecto, el odio es un licor precioso, un veneno más caro que el de los Borgia, pues está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño ¡y los dos tercios de nuestro amor! ¡Hay que guardarlo avaramente!
IV
DEL VAPULEO
El vapuleo no debe practicarse más que contra los secuaces del error. Si somos fuertes, nos perdemos atacando a un hombre fuerte; aunque disintamos en algunos puntos, él será siempre de los nuestros en ciertas ocasiones.
Hay dos métodos de vapuleo: en línea curva y en línea recta, que es el camino más corto. (…) La línea curva divierte a la galería, pero no la instruye.
La línea recta… consiste en decir: “El señor X… es un hombre deshonesto y además un imbécil; cosa que voy a probar” -¡y a probarla!-; primero…, segundo…, tercero…etc. Recomiendo este método a quienes tengan fe en la razón y buenos puños.
Un vapuleo fallido es un accidente deplorable, es una flecha que vuelve al punto de partida, o al menos, que nos desgarra la mano al partir; una bala cuyo rebote puede matarnos.
V
DE LOS MÉTODOS DE COMPOSICIÓN
Hoy por hoy hay que producir mucho, de modo que hay que andar de prisa; de modo que hay que apresurarse lentamente; pues es menester que todos los golpes lleguen y que ni un solo toque sea inútil.
Para escribir rápido, hay que haber pensado mucho; haber llevado consigo un tema en el paseo, en el baño, en el restaurante, y casi en casa de la querida. (…)
Cubrir una tela no es cargarla de colores, es esbozar de modo liviano, disponer las masas en tono ligero y transparentes. La tela debe estar cubierta -en espíritu- en el momento en que el escritor toma la pluma para escribir el título.
Se dice que Balzac ennegrece sus manuscritos y sus pruebas de manera fantástica y desordenada. Una novela pasa entonces por una serie de génesis, en los que se dispersa, no sólo la unidad de la frase, sino también la de la obra. Sin duda es este mal método el que da a menudo a su estilo ese no se qué de difuso, de atropellado y de embrollado, que es el único defecto de ese gran historiador.
VI
DEL TRABAJO DIARIO Y DE LA INSPIRACIÓN
(…)
Una alimentación muy sustanciosa, pero regular, es la única cosa necesaria para los escritores fecundos. Decididamente, la inspiración es hermana del trabajo cotidiano. Estos dos contrarios no se excluyen en absoluto, como todos los contrarios que constituyen la naturaleza. La inspiración obedece, como el hombre, como la digestión, como el sueño. (…) Si se consiente en vivir en una contemplación tenaz de la obra futura, el trabajo diario servirá a la inspiración, como una escritura legible sirve para aclarar el pensamiento, y como el pensamiento calmo y poderoso sirve para escribir legiblemente, pues ya pasó el tiempo de la mala letra.
VII
DE LA POESÍA
En cuanto a los que se entregan o se han entregado con éxito a la poesía, yo les aconsejo que no la abandonen jamás. La poesía es una de las artes que más reportan; pero es una especie de colocación cuyos intereses sólo se cobran tarde; en compensación, muy crecidos.
Desafío a los envidiosos a que me citen buenos versos que hayan arruinado a un editor.
(…)
¿Por lo demás, qué tiene de sorprendente, puesto que todo hombre sano puede pasarse dos días sin comer, pero nunca sin poesía?
El arte que satisface la necesidad más imperiosa será siempre el más honrado.
VIII
DE LOS ACREEDORES
(…) Que el desorden haya acompañado a veces al genio, lo único que prueba es que el genio es terriblemente fuerte; por desgracia, para muchos jóvenes, ese título expresaba no un accidente, sino una necesidad.
Yo dudo mucho que Goethe haya tenido acreedores (…). No tengan acreedores jamás; a lo sumo, hagan como si los tuvieran, que es todo lo que puedo permitirles.
IX
DE LAS QUERIDAS
Si quiero acatar la ley de los contrastes, que gobierna el orden moral y el orden físico, me veo obligado a ubicar entre las mujeres peligrosas para los hombres de letras, a la mujer honesta, a la literata y a la actriz; la mujer honesta, porque pertenece necesariamente a dos hombres y es un mediocre pábulo para el alma despótica de un poeta; la literata, porque es un hombre fallido; la
actriz, porque está barnizada de literatura y habla en “argot”; en fin, porque no es una mujer en toda la acepción de la palabra, ya que el público le resulta algo más precioso que el amor.
(…)
Porque todos los verdaderos literatos sienten horror por la literatura en determinados momentos, por eso, yo no admito para ellos -almas libres y orgullosas, espíritus fatigados que siempre necesitan reposar al séptimo día- más que dos clases posibles de mujeres: las bobas o las mujerzuelas, la olla casera o el amor.
-Hermanos, ¿hay necesidad de exponer las razones?
15 de abril de 1846



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lunes, 19 de febrero de 2018

Historia oculta de la Primera Guerra Mundial: el arma de la mentira

Historia oculta de la Primera Guerra Mundial: el arma de la mentira

Pedro Conde Sturla  

19 de febrero de 2018 

Durante la fase preparatoria de la primera guerra mundial, Inglaterra perfeccionó un arma que había sido utilizada a través de los tiempos, un arma de desorientación, confusión, estupidización masiva: el arma de la mentira. Algo que tiene que ver con la propaganda, la comunicación social, la censura, la falsificación de la realidad. Algo que tiene que ver con “la revolución industrial y las profundas transformaciones en las tecnologías de la información asociadas a ese proceso, tecnologías que al comienzo del siglo XX permitían ya publicar la información casi en tiempo real, haciéndola llegar a un público cada vez más alfabetizado, tanto en Europa y América”.

sábado, 17 de febrero de 2018

Historia oculta de la Primera Guerra Mundial: el arma de la mentira

17 febrero, 2018

Durante la fase preparatoria de la primera guerra mundial, Inglaterra perfeccionó un arma que había sido utilizada a través de los tiempos, un arma de desorientación, confusión, estupidización masiva: el arma de la mentira. Algo que tiene que ver con la propaganda, la comunicación social, la censura, la falsificación de la realidad. Algo que tiene que ver con “la revolución industrial y las profundas transformaciones en las tecnologías de la información asociadas a ese proceso, tecnologías que al comienzo del siglo XX permitían ya publicar la información casi en tiempo real, haciéndola llegar a un público cada vez más alfabetizado, tanto en Europa y América”.

martes, 13 de febrero de 2018

TRUMAN CAPOTE Y LA TRAMPA DE LA FAMA

 (1)
        Pedro Conde Sturla.
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Pocas veces un libro me ha sorprendido tan agradablemente como “La loca de la casa”, de Rosa Montero. El título remite a un pensamiento de Santa Teresa de Jesús: “La imaginación es la loca de la casa.” Y es un libro loquísimo, dementísimo y sobre todo agudísimo, divertidísimo, una especie de caja china dentro de la cual siempre hay otra y luego otra y otra. Se supone que es una novela, pero en realidad es un poco de todo, un colage, un libro de introspección, fantasía, psicología, y reflexiones sobre el fenómeno literario, los críticos, los escritores y la trampa de la fama, la trampa del éxito, la trampa de la vanidad.
Hay variaciones sobre este tema en la novela de Rosa Montero, pero las páginas que dedica a Truman Capote me cortan el aliento cada vez que las releo por la lucidez de sus juicios y la capacidad de penetración, la manera de enfocar un tema que tiene mucho que ver con el poder de los medios de comunicación y los persuasores ocultos, los publicistas, los creadores de imágenes mediáticas “todas ellas falsas y alienantes” que descosen “las costuras” de la identidad del escritor, del artista.
Rosa Montero construye y desconstruye con vehemencia analítica la figura, la trágica figura de un genio atormentado de la literatura, del controversial, infeliz, travieso y a veces perverso Truman Capote, los rasgos esenciales de su vida, pasión y muerte, el ascenso a la fama y el descenso a la esterilidad, a la mitomanía, a la perdición por el alcohol y las drogas.
En las manos de Rosa Montero se modela esa personalidad inquietante, la de Capote, para quien la literatura era una prolongación y realización de la vida, tal y como demuestra su dedicación y entrega absoluta a la escritura poéticamente morbosa del libro que lo consagró y lo consumió “a sangre fría”:

lunes, 12 de febrero de 2018

LA PESTE


         Pedro Conde Sturla
          1 de mayo de 2009


Hoy me he propuesto escribir sobre un tema oscuramente oportunista, lúgubre y actual, el tema de las plagas, la peste, las epidemias que han azotado a la humanidad y las huellas que han dejado en la literatura y la crónica.

Historia oculta de la primera guerra mundial: la élite secreta

Historia oculta de la primera guerra mundial: la élite secreta

Pedro Conde Sturla
12 de febrero de 2018


Karlheinz Deschner, el controversial autor alemán de una “Historia criminal del cristianismo” en once tomos, afirma que “El que no escriba la historia universal como historia criminal, se hace cómplice de ella.” Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la primera guerra o carnicería mundial, un acontecimiento que fue planificado al milímetro por una elite secreta inglesa, cuyos padres fundadores fueron Cecil Rhodes, William Stead, Lord Esher, Sir Nathaniel Rothschild y Alfred Milner.

Alfred Milner y su equipo

sábado, 10 de febrero de 2018

Historia oculta de la Primera Guerra Mundial. La élite secreta




Alfred Milner y su equipo. 
Karlheinz Deschner, el controversial autor alemán de una “Historia criminal del cristianismo” en once tomos, afirma que “El que no escriba la historia universal como historia criminal, se hace cómplice de ella.” Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la primera guerra o carnicería mundial, un acontecimiento que fue planificado al milímetro por una élite secreta inglesa, cuyos padres fundadores fueron Cecil Rhodes, William Stead, Lord Esher, Sir Nathaniel Rothschild y Alfred Milner.
En opinión de Karlheinz Deschner: “Los crímenes pequeños son objeto de persecuciones por parte de perros y policías. Los grandes son objeto de reverencia por parte de los historiadores”.
Algo parecido sostiene Elías Canetti cuando afirma que: “Para los historiadores, las guerras vienen a ser algo sagrado; rompen a modo de tormentas saludables o por lo menos inevitables que, cayendo desde la esfera de lo sobrenatural, vienen a intervenir en el decurso lógico y explicado de los acontecimientos mundiales.”
Por lo que se verá a continuación, hay poco de sobrenatural o providencial en la criminal conspiración que condujo al mundo hasta lo que entonces fue el mayor derramamiento de sangre de la historia y armó al mismo tiempo el mecanismo de relojería que conduciría al estallido de algo todavía peor: la segunda guerra mundial.
El Importante Papel Desempeñado por Alfred Milner
Gerry Docherty y Jim MacGregor
La principal figura en la Élite Secreta de alrededor de 1902 hasta 1925 fue Alfred (posteriormente vizconde) Milner. De manera notable, pocas personas han oído alguna vez su nombre. El profesor Quigley señaló que todas las biografías de Milner habían sido escritas por miembros de la Élite Secreta y ocultaban más que lo que ellas revelaban. En su opinión, este abandono de una de las figuras más importantes del siglo XX era parte de una deliberada política de secreto. Milner se convirtió en el líder indiscutido de la Élite Secreta.
A su regreso de Sudáfrica en 1905 él empezó a preparar al Imperio británico para la guerra con Alemania. Aunque no era un miembro del Parlamento, él se sentó en el círculo interior del Gabinete de Guerra Imperial de Lloyd George a partir de 1916 en adelante.
¿Qué había tan precioso en Lord Alfred Milner que él ha sido prácticamente suprimido de la Historia?
Al incitar a los Bóers a la guerra, Milner mostró la fría objetividad que condujo dicha causa. La guerra era desafortunada, pero necesaria. Tenía que ser. Las propias ambiciones globales futuras de la Élite Secreta dependían de un resultado victorioso. Hacia Mayo de 1902 el oro de Transvaal estaba en sus manos al costo de 32.000 muertes en los campos de concentración. Aunque la Guerra de los Bóers finalmente terminó en victoria, llegó a un costo mayor que los 45.000 hombres del Imperio muertos o heridos. Gran Bretaña tenía menos amigos que nunca. Hasta aquel punto, a Gran Bretaña no le importaba. Vivir en un “espléndido aislamiento” y carente de tratados obligatorios con cualquier otra nación no había sido visto como una desventaja mientras ninguna otra potencia en la Tierra desafiara al Imperio.
Pero en los primeros años del siglo XX apareció un serio aspirante. Si la Élite Secreta debiera conseguir su sueño de la dominación mundial, el primer paso tenía que ser la remoción del advenedizo competidor alemán y la destrucción de su valor industrial y económico. Eso presentaba una considerable dificultad estratégica. Sin amigos en su aislamiento, Gran Bretaña nunca podría ella sola destruir a Alemania.
Como una nación-isla, su fuerza estaba en su todopoderosa marina. La amistad y las alianzas eran algo necesario. “Habría sido imposible para Gran Bretaña haber derrotado a Alemania por sí misma. Por lo tanto, necesitaba al numeroso ejército francés y al aún más grande ejército ruso para que asumieran la mayor parte del combate en el continente”. Tuvieron que ser abiertos los canales diplomáticos y establecerse contactos con los viejos enemigos Rusia y Francia. Ésa no fue una tarea menor ya que el resentimiento anglofrancés había sido prevaleciente durante la década anterior, y la guerra entre ellos fue una posibilidad real en 1895.
Eduardo VII se puso al frente como el arma más especial de la Élite Secreta, rey cuya mayor contribución está en haber diseñado los muy necesarios realineamientos, e intentar el requisito previo de la Élite Secreta de aislar a Alemania. La responsabilidad última de la política exterior británica pertenece, de acuerdo a los precedentes, al gobierno elegido y no al soberano, pero fue el rey quien sedujo tanto a Francia como a Rusia para alianzas secretas en el breve tiempo de seis años. Los inmensos ejércitos de Francia y Rusia eran parte integral de la colosal tarea de detener el curso de Alemania.
Dicho de manera simple, la Élite Secreta requería que otros emprendieran gran parte de su sangriento negocio, ya que la guerra contra Alemania sería ciertamente sangrienta.
El tratado con Francia, la Entente Cordiale (Alianza Amistosa), fue firmado el 8 de Abril de 1904, marcando el final de una época de conflictos que había durado casi mil años. La conversación era de paz y prosperidad, pero las cláusulas secretas firmadas aquel mismo día alineaban a ambos países contra Alemania. La Élite Secreta entonces atrajo a Rusia a su red con una promesa que ellos nunca tuvieron la intención de cumplir: el control ruso de Constantinopla y de los estrechos del Mar Negro después de una guerra exitosa contra Alemania.
La Élite Secreta Controla Ambos Lados de la Política
La democracia británica, con elecciones regulares y cambios de gobierno, fue retratada como una red de protección confiable contra el gobierno despótico. Pero nunca ha sido así. Tanto los partidos conservadores como los liberales habían estado controlados desde 1866 por la misma pequeña camarilla que consistía en no más de media docena de familias principales, sus parientes y aliados, reforzados por ocasionales llegados con las credenciales “apropiadas”.
La Élite Secreta hizo una forma de arte de la identificación del talento potencial y del poner a hombres jóvenes prometedores, por lo general de la Universidad de Oxford, en posiciones que ayudaran a sus futuras ambiciones. Con la desaparición del Gobierno conservador en 1905, la Élite Secreta ya había seleccionado a sus sucesores naturales en el Partido Liberal: hombres confiables y confiados, inmersos en sus valores imperiales. Herbert Asquith, Richard Haldane y Sir Edward Grey fueron los hombres elegidos por Milner.
Grey se trasladó al Ministerio de Asuntos Exteriores y Haldane a la Oficina de Guerra, y dentro de dos años Asquith era el Primer Ministro. La continuidad en la política exterior estaba asegurada. Una reorganización radical y completa de la Oficina de Guerra comenzó en preparación para la próxima guerra con Alemania. Cómo debe haberse reído la Élite Secreta, mientras tomaba champaña, con la noción de Democracia Parlamentaria.
(Gerry Docherty y Jim MacGregor, http://editorial-streicher.blogspot.com/2017/05/sobre-los-origenes-de-la-1-guerra.html).