Menos mal que son cuentos, puros Cuentos Negros, aunque el autor dice que “Todos los personajes de este libro son
reales. Solamente el autor es imaginario”. Porque si esas narraciones fueran
ciertas, el lector que repase líneas tan escandalosas terminaría ateo, como
mínimo, o si permaneciera creyendo en la Santa Madre Iglesia, borraría de su
devoción al alto clero.
De venta en: http://www.amazon.com/-/e/B01E60S6Z0 |
Desde hace días está circulando Los cuentos negros, de
Pedro Conde Sturla, y pese a que contiene una variedad de amenos relatos de
colores más tenues, el público se dirige a degustar, morboso, tres historietas:
Al maestro con cariño, El anticristo en Palacio y Profundo Púrpura, aunque disfruta
sobremanera lo que se dice de El Nazionalista, intentando adivinar al
protagonista cierto de entre tantos haitianófobos que pueblan la República.
Hay quienes consideran un atrevimiento del autor haber
publicado supuestas intimidades y debilidades de eminencias reverendísimas,
obispos, monseñores y otros piadosos príncipes católicos de los que refiere
inclinaciones sexuales desbordadas o desviadas, ambiciones desmedidas de dinero
y poder, experiencias en el arte de la simulación, el oportunismo político,
inquisidores fundamentalistas que debajo de la sotana, según Conde, esconden un
historial de “dolce vita”, opulencia, banquetes y aventuras galantes que
espanta. ¡Jesús, qué irreverente es este Conde! Con esta indelicadeza se habrá
ganado la condena de consumirse en el fuego eterno, cuando muera, y la
excomunión de por vida.
Al maestro con cariño se lo censuraron desde que
intentó publicarlo en 1988. Ni siquiera le dieron acogida en Hablan los
comunistas, el periódico del Partido Comunista Dominicano, ni “el líbelo
cultural Vetas”, porque presentaba a un fallecido líder que no identifica, como
profesor autoritario, imponente, infalible, incontestable e indeleble que
instruye a sus discípulos como borregos sumisos, sin iniciativa ni
discernimiento propios, a los que el escritor describe como “las copias”.
Quienes conocieron al profesor Dato Pagán Perdomo
botarán un poco el golpe de la crisis con Fábula del fabulador, que comienza
narrando la difícil situación del insigne historiador, espeleólogo, político y
luchador antitrujillista rodeado de serpientes en los llanos venezolanos,
seduciendo a una marquesa en París, camuflajeado, desdibujado, confundido con
el paisaje urbano en la clandestinidad o desatraído mirando libros frente al
escaparate de una librería de Saint Germain en aquella ocasión memorable muy
conocida cuando Jean Paul Sartre lo reconoció llamándolo: “¡Dató, Dató!”.
Casi todos los cuentos están relacionados con el
Palacio de la Esquizofrenia, como llaman algunos intelectuales a una cafetería
de la Zona Colonial donde ellos se reúnen a comentar sus últimas producciones o
a acabar con el género humano mientras dan a estómago y garganta un rico baño
etílico.
El libro no ha sido prohibido y, hasta donde es
sabido, Pedro Conde aun está vivo y según sus amigos no ha sido víctima de
acoso o intimidación pese a la ubicación de ese Palacio de la calle Del Conde,
a pesar del éxito electoral de las denominadas “copias”.Ángela Peña, 14/07/2006
No hay comentarios.:
Publicar un comentario