Pedro Conde Sturla
27 de noviembre de 2007
Si algo me duele, si algo me
molesta en los cojones del alma y me da rabia y urticaria es el hecho de que a tantos años del asesinato de las hermanas Mirabal, después de novelas, películas y escritos históricos sobre su martirio,
después de un día de la no violencia consagrado mundialmente a su memoria,
después de haber bautizado una provincia con su apellido, casi nadie recuerda,
no parece recordar que el hombre al que Trujillo ordenó la operación de
humillarlas, martirizarlas, matarlas a palos junto a su amigo Rufino de la Cruz, que les servía de chofer, y finalmente arrojarlas
a una barranca vive placidamente en Puerto Rico, circundado quizás de amigos y
del amor de hijas e hijos y nietos que no se saben descendientes de un monstruo y adoran
seguramente al abuelito bonachón.
El nombre del sicario, un vomitivo, un conjunto de siglas repugnantes que no se pueden mencionar sin ensuciarse la boca, es Alicinio Peña Rivera. Y junto a él Ciriaco dela Rosa , Ramón Emilio Rojas,
Alfonso Cruz Valeria, y Emilio Estrada Malleta.
Como
puede leerse en una página Web de Greeysis de la Cruz Taveras , “La impunidad ha rodeado a
estos asesinos, pues nunca cumplieron las penas que les impuso un tribunal en 1962. A excepción de
Ciriaco de la Rosa ,
todos fueron condenados a 30 años de prisión. De la Rosa recibió una pena menor
de 20 años, por haber pedido a sus cómplices en el tribunal que admitieran su
responsabilidad en el cruel hecho.[i]
El nombre del sicario, un vomitivo, un conjunto de siglas repugnantes que no se pueden mencionar sin ensuciarse la boca, es Alicinio Peña Rivera. Y junto a él Ciriaco de

Durante la Revolución de Abril de
1965, todos escaparon misteriosamente de la cárcel, en el área dominada
por las autoridades constitucionalista. Escaparon a los Estados Unidos
incluyendo al jefe de operación, mayor del ejército, Alicinio Peña Rivera, quien
con asesoría de “ghost writers” o escritores fantasmas, se ha dedicado a
escribir libros sobre la negra etapa de la era de Trujillo, incluyendo sus
actividades como espía.”[ii]