viernes, 22 de diciembre de 2017

EL ZIONISMO EN ACCIÓN



Wole Soyinka, novelista nigeriano y premio Nobel de Literatura en 1986, declaró una vez en una entrevista, que a pesar de que ha habido conflictos más violentos, más sanguinarios que el de la tierra santa, la naturaleza del mismo y las condiciones de vida de los palesitinos le parecían más terribles por varias razones:
“Primero, la arrogancia del robo. La tierra no es un artículo de lujo. Existe un vínculo emocional entre la gente y su tierra. Cuando a uno se la arrebatan, los sentimientos que provoca no se pueden comparar a los de la persona que ha perdido el coche. La tierra fue, por ejemplo, la clave del conflicto anticolonialista en Kenia. Fue lo que dio lugar al movimiento Mau Mau. No fue sólo lucha anticolonialismo; existía ese factor adicional que hizo que esa lucha fuese más violenta en Kenia que en África occidental. Ese tipo de colonialismo, en el que la potencia extranjera ha ocupado la tierra, siempre se ha combatido con amargura extraordinaria.”
Wole Soyinka afirma que “Lo que los palestinos han tenido que soportar aquí es ver cómo se comían su tierra. Sólo que en este caso los responsables, los que bombardean las casas, empujando a los palestinos de manera sistemática y año tras año, son seres humanos. Es como si a uno le amputaran una parte de su cuerpo.”
Otro elemento que tipifica el drama palestino, a juicio del novelista, “es la humillación. Esa sensación del que ocupa un estatus de inferioridad en su propia tierra, en la tierra que uno cree que le pertenece. Observemos, por ejemplo, los retenes militares israelíes, los que controlan el movimiento de la gente y convierten los lugares donde residen los palestinos en verdaderas cárceles... Creo que el móvil de esos retenes no es tanto la seguridad; lo están haciendo para humillar.”

El zionismo en acción (video)

miércoles, 20 de diciembre de 2017

EL ZIONISMO ORDINARIO (serie completa)


            Pedro Conde Sturla
           16 de Agosto de 2006

         El pueblo hebreo –un pueblo excepcional que ha dado a la humanidad algunos de sus genios más ilustres-, ha cultivado a través de su historia el arte peculiar de hacerse odiar. Donde quiera que asienta sus reales, precedido de la leyenda negra –la entrega de Cristo al suplicio- se organiza en núcleos exclusivos y excluyentes, crea una sociedad dentro de la sociedad que lo recibe, crea un estado dentro del estado cuando no intenta apropiarse o se apropia del estado, incluso de un imperio por vía del lobbysmo: los grupos de presión que dictan su política a parlamentarios y mandatarios.

Somos un sueño imposible…

Un relato del libro Ritos ancestrales 

De venta en:


Pedro Conde Sturla


A Juan Sturla Ricchetti, a su grata memoria 


Me ha traído hasta aquí un mar embravecido (la memoria), un abismo sin fondo (la nostalgia), una enfermedad incurable (la vejez), una pena me trae y una inmensa alegría.

Una pena me trae  por lo que ya no somos y una alegría me trae por lo que fuimos, por la dicha de vivir y habernos encontrado, la dicha de lo que fuimos cuando fuimos, la dicha o la desdicha de lo que pudo haber sido y no fue, de seguir siendo un poco lo que somos. Somos un sueño imposible.

Somos, seguimos siendo porque nadie nos quita lo bailado, porque de alguna manera el corazón es joven y sigue siendo el mismo, porque todo el amor se puede aún decir con tres palabras. Solamente tres palabras. 

martes, 19 de diciembre de 2017

La otra Historia de los Estados Unidos

Pedro Conde Sturla

[Howard Zinn (1922-2010), un personaje extraordinario de la cultura norteamericana, rebelde, intransigente, luchador de causas perdidas, es autor del mejor y más leído texto de historia de su país, “La otra Historia de los Estados Unidos” (disponible para descargar en pdf), una historia que no reivindica “el crimen como hazaña y la codicia como virtud”, sino el valor de “las innumerables pequeñas acciones de personas desconocidas” que están en el origen de “aquellos grandes momentos” que entran en el registro histórico, una historia descrita desde el punto de vista de los de abajo, aunque también de los de arriba, una historia que derriba mitos, valores establecidos, “desglorifica honras patricias” y expone crudamente el sufrimiento, la lucha de las minorías preteridas que todos los libros de historia convencional pasan por alto, al igual que la lucha –y la existencia- de la mitad de la población que representan las mujeres.

Con lujo de detalles lo explica Ramón Pedregal Casanova en su interesante reseña (PCS)].



lunes, 18 de diciembre de 2017

EL MERCADO DE LA MUERTE

            Pedro Conde Sturla
            30 de agosto de 2006.

   El último episodio de la guerra sin fin empezó de nuevo en la franja de Gaza y en el Líbano y tuvo como pretexto el secuestro de unos soldados de Israel por parte de milicianos de Hezbolá. El hecho, real o falso, desató la ira siempre desproporcionada del estado zionista y provocó un efecto boomerang que sorprendió al pueblo judío. Una lluvia de cohetes causó por primera vez destrozos importantes en varias ciudades y numerosas víctimas inocentes. 
Israel ya había barrido con la franja de Gaza, si acaso había algo que barrer, y demolió nuevamente una parte del Líbano, que apenas resurgía de sus cenizas y apuntaba a convertirse otra vez en la Suiza de Oriente. El desastre sumergió de nuevo ese país en el corazón de las tinieblas, para decirlo así, con palabras de Joseph Conrad, un escritor de culto.
En el enésimo capítulo de la guerra sin fin Israel perseveró en la táctica que acompaña cada fase de sus brutales escaladas represivas. Piedra que venga o cohete que caiga en territorio judío, provocará contra el país de origen una retaliación automática contra la población civil fundamentalmente, incluso contra refugios repletos de niños u observadores neutrales como los soldados de la ONU.
El otro ingrediente que se sumó al conflicto fue un elemento sorpresa que todavía mantiene desconcertados a los analistas. Israel desató todo el infierno de su artillería, bombardeó, lanzó misiles y atacó varias veces con 25,000 soldados de infantería y tanques las posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano y todas estas veces tuvo que batirse en retirada y puso fin a un mito: el de la invencibilidad de sus tropas. Ahora el enemigo no son pilotos ineptos, artillería obsoleta e infantería desmoralizada como en la guerra de los seis días o en la del Yon Kippur. Ahora son guerrilleros que combinan la más sofisticada tecnología con el modelo de combate vietnamita. A los bombardeos de Israel sobre el Líbano respondieron con misiles que penetraron sus defensas y causaron estragos que no se dieron a conocer de inmediato a la prensa.
Israel había anunciado y llevado a cabo en época de Ariel Sharón la retirada “unilateral” de la franja de Gaza, pero no era de hecho una retirada, sino una derrota. Para proteger a unos cientos de colonos los judíos tenían desplegados en esa zona varios miles de soldados y se pagaba un precio altísimo en dólares y vidas humanas. Pongo el capital primero, porque en la guerra los soldados son spendables, material gastable como la utilería de las oficinas, lápices, borras, papel, orquídeas y violetas. Los guerrilleros de Hamás construían túneles bajo sus instalaciones militares y los hacían volar, cosa que no sale frecuentemente en la prensa libre, aunque sí en documentales comunistas de HBO, la extrema izquierda norteamericana infiltrada en el pentágono que llega a nuestros hogares. Según HBO los soldados zionistas respondían a los atentados de Hamás matando por equivocación con metralla y misiles a niños que jugaban baloncesto. La tercera parte de las víctimas de la intifada son infantes, de los cuales muchos peleaban con piedras contra el invasor. Matar niños o niñas por equivocación, practicar con ellos el tiro al blanco, es el deporte favorito de los soldados zionistas.
En reciprocidad, los palestinos matan niños y adultos de Israel haciendo reventar autobuses, cafeterías, sitios públicos. Al estar desprovistos de medios sofisticados como helicópteros y aviones, en general tienen que inmolarse, suicidarse, cosa que es contraria al Corán y sólo se legitima por ignorancia o fanatismo.
La entrega televisiva de HBO sobre Hamás describe el episodio de un comandante que quería tanto a su hermano menor que le encargó una misión suicida para que fuera con anticipación al paraíso de Mahoma. La madre lo despide con dolor y orgullo y se resigna.
En otro extremo de la irracionalidad fanática, una maestra judía lleva a sus alumnas a poner sus firmas y dedicatorias en los obuses destinados al Líbano.
En ambos casos es la aberración de las aberraciones. Lo que se libra en el cercano oriente es la guerra del terror, sobre todo cuando Israel arroja toneladas de bombas sobre la población civil del Líbano o cuando palestinos o musulmanes de cualquier etnia atentan contra aviones cargados de inocentes y convierten su guerra en una guerra contra la humanidad.
Es el contra terrorismo contra el terrorismo. Terrorismo del estado zionista nazi fascista capaz de reducir a cenizas a un país y el contra terrorismo de un pueblo llevado al límite de la humillación y desesperación y rebajado a una vida de perros, como decretó Moshé Dayán.
Israel tiene el potencial atómico para reducir a polvo países enteros, provocar una conflagración nuclear, un cataclismo que se llevaría de paso una enorme porción de oriente y pondría en jaque, en jaque mate a las naciones vecinas de occidente, e incluso a Israel. Esa posiblemente es la forma más expedita en que Israel podría desaparecer del mapa.
Ahora bien, después de tantos años de guerra, después de tanto horror y tanta muerte, Israel no ha logrado vencer y ni siquiera reducir la resistencia del pueblo palestino, un pueblo que no se rinde, que no da muestras de cansancio y no renuncia ni va a renunciar jamás a sus reclamos, a sus derechos como pueblo. La paz es posiblemente el único camino, pero la paz es un camino tan espinoso como el de la guerra y tiene como enemigos a los dueños del mercado de la muerte que de seguro no están dispuestos a dejarse arrebatar un negocio tan redondo y tan jugoso.
Como dice Chomsky, “Hay que buscar la paz. Rabin y Barak lo intentaron con grandes esfuerzos. Rabin fue asesinado por un israelí y Barak perdió el cargo. Sharon, guerrero desde sus años jóvenes, tuvo que ceder y ordenar la retirada de Gaza antes de caer víctima de una grave enfermedad de la que no se repondrá.” De hecho, al parecer Sharón se enfermó de un coma inducido.
Los zionistas son alérgicos a las críticas y quienes los critican se convierten en antisemitas y en blanco de la ira divina. Pero si criticar a Israel me convierte en antisemita –una palabra mágica-, supongo que condenar el holocausto me convierte en antigérmanico, de la misma manera que criticar a Trujillo convertía a cualquiera en comunista.
Criticar los horrores de la guerra e incluso los excesos de ambas partes, no convierte a nadie, sin embargo, en enemigo del pueblo de Israel ni en fanático ciego de la causa palestina. Israel tiene derecho a existir como estado y como nación, pero no a expensas del pueblo palestino porque ese mismo derecho le asiste al pueblo palestino. Ese pueblo que desciende de una mezcla de árabes y judíos, el pueblo que ha sido y está siendo despojado y desalojado por millones de judíos europeos de las tierras que ha ocupado desde tiempos ancestrales.
En este empeño, el estado zionista de Israel no sólo ha sacrificado a los palestinos sino también, aunque en menor medida, a su propio pueblo, condenándolo al pavoroso régimen de la incertidumbre permanente, creando un clima de asedio que rebota contra sus creadores, inmolando a su juventud durante varias generaciones. El gatillo que apunta a la cabeza de los palestinos es en parte el mismo gatillo que apunta a la cabeza de los israelíes.
Postergar la negociación de la paz y el entendimiento entre palestinos y judíos, persistir en la empresa de conquista, despojo y desalojo sólo sumará horror al horror. Ojalá que algún día se realice el augurio de la poesía de Salomón. Ojalá que algún día pueda pastar el lobo con la oveja. Quizás cuando los palestinos dejen de negar con palabras a Israel su derecho a existir. Quizás cuando Israel deje de negar con hechos ese mismo derecho a palestinos que descienden de una mezcla de árabes y judíos, ese pueblo que ha sido y está siendo despojado y desalojado por millones de judíos europeos de las tierras que ha ocupado desde tiempos ancestrales.
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pcs, miércoles, 30 de agosto de 2006

18/12/17


CELESTINA

Pedro Conde Sturla - 

Acento.com

Celestina había ejercido en una época el más antiguo y obstinado oficio del mundo. Oficio de tinieblas. Con la edad habían menguado sus encantos, si acaso alguna vez los tuvo, y se había reformado. Se había convertido en costurera, en modisto, o mejor dicho en costurera remendona. Nadie igualaba su destreza en el arte de reparar virgos y honras. Reparar virgos y la honra que llevaba aparejada.
Sempronio – uno de los criados de Calisto- la conoce bien, dice que vive al “fin de esta vecindad”, que es “una vieja barbuda”, que es una “hechicera, astuta, sagaz en cuantas maldades hay”. Sempronio entiende “que pasan de cinco mil virgos los que se han hecho y deshecho por su autoridad en esta ciudad, y que a “las duras peñas promoverá y provocará a lujuria, si quiere”.
La opinión de Pármeno -otro criado de Calisto- no difiere sustancialmente de la de Sempronio. Vieja puta le llaman, vieja puta se queda:
“¿Por qué, señor, te matas? ¿Por qué, señor, te acongojas? ¿Y tú piensas que es vituperio en las orejas de ésta el nombre que la llamé? No lo creas; que así se glorifica en le oír, como tú, cuando dicen: ¡diestro caballero es Calisto! Y demás de esto, es nombrada y por tal título conocida. Si entre cien mujeres va y alguno dice: ¡puta vieja!, sin ningún empacho luego vuelve la cabeza y responde con alegre cara. En los convites, en las fiestas, en las bodas, en las cofradías, en los mortuorios, en todos los ayuntamientos de gentes, con ella pasan tiempo. Si pasa por los perros, aquello suena su ladrido; si está cerca de las aves, otra cosa no cantan; si cerca de los ganados, balando lo pregonan; si cerca de las bestias, rebuznando dicen: ¡puta vieja! Las ranas de los charcos otra cosa no suelen mentar. Si va entre los herreros, aquello dicen sus martillos. Carpinteros y armeros, herradores, caldereros, arcadores, todo oficio de instrumento forma en el aire su nombre. Cántanla los carpinteros, péinanla los peinadores, tejedores. Labradores en las huertas, en las aradas, en las viñas, en las segadas con ella pasan el afán cotidiano. Al perder en los tableros, luego suenan sus loores. Todas cosas que son, a do quiera que ella está, el tal nombre representan. ¡Oh qué comedor de huevos asados era su marido! ¿Qué quieres más, si no, si una piedra toca con otra, luego suena ¡puta vieja!?”

domingo, 17 de diciembre de 2017

EL INFIERNO APETECIDO DE JULIO GONZÁLEZ HERRERA (completo)

   Pedro Conde Sturla

Añadir leyenda
         Julio González Herrera (1902-1961) tuvo en común con Edgar Allan Poe una serie de rasgos biográficos en verdad poco comunes. Por ejemplo, el don de una inteligencia privilegiada y un talento natural para la literatura. También tuvieron en común la afición por la bebida, si se puede llamar así a una desenfrenada vocación autodestructiva que a ambos llevó por el camino de la degradación y el ridículo, e incluso a la muerte temprana en el caso de Poe. Igualmente común fue el final sin gloria y la existencia miserable, aún más miserable por tratarse de gente que destilaba tantas luces. Cierto es que derrocharon la juventud con la misma generosidad con que prodigaron el talento, y siempre resultó desproporcionado el contraste entre su entrega al arte y el abandono de sí mismos.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Otro nombre para la esclavitud

         Pedro Conde Sturla
        
En el año 2008 Douglas A. Blackmon publicó un libro terrible que no pasó desapercibido para una parte de la opinión pública norteamericana, un libro que no ha dejado de tener actualidad y se actualiza ahora más que nunca. Le valió un premio Pulitzer, si acaso el Pulitzer vale algo, y sigue suscitando interés, haciendo opinión, alimentado a las conciencias críticas de un país en que para la mayoría de la gente y de la prensa (la presstitute, la prensa prostituta) el resto del mundo y los grandes problemas internos no existen.
   

Celestina

Celestina había ejercido en una época el más antiguo y obstinado oficio del mundo. Oficio de tinieblas. Con la edad habían menguado sus encantos, si acaso alguna vez los tuvo, y se había reformado. Se había convertido en costurera, en modisto, o mejor dicho en costurera remendona. Nadie igualaba su destreza en el arte de reparar virgos y honras. Reparar virgos y la honra que llevaba aparejada.
Sempronio – uno de los criados de Calisto- la conoce bien, dice que vive al “fin de esta vecindad”, que es “una vieja barbuda”, que es una “hechicera, astuta, sagaz en cuantas maldades hay”. Sempronio entiende “que pasan de cinco mil virgos los que se han hecho y deshecho por su autoridad en esta ciudad, y que a “las duras peñas promoverá y provocará a lujuria, si quiere”.

viernes, 15 de diciembre de 2017

LA ANTESALA DEL INFIERNO

   Pedro Conde Sturla
   13 de agosto de 2008

         En uno de los primeros capítulos de Mis 500 locos, Antonio Zaglul recuerda “el título de una obra de un famoso periodista alcohólico de nuestro país, publicada después de haber estado en el manicomio”, el “manicomio modelo” Padre Billini.