viernes, 30 de noviembre de 2018

La dama de azufre y la violetera

Pedro Conde Sturla1
3 de abril 2013

Olía a azufre, por endemoniada, igual que aquel tarado que fue presidente nominal de los Estados Unidos. El mismo al que Chávez comparó con el diablo, faltándole respeto al diablo, que es un pobre diablo.
Tenía cara de pájaro y era un pájaro malo. Era imperialista, era troglodita, era sádica, era pinochetista, era parafascista, odiaba al aguerrido pueblo irlandés, odiaba a los pobres, odiaba a los sindicatos y el estado de
Margaret Thatcher
bienestar, y en consecuencia,  promovió con éxito la desigualdad social como política de estado.
Era, en el fondo una especie de calvinista que “Elevó a categoría el egoísmo privado, estableciendo la riqueza como medida de virtud” (Francisco G. Basterra,El País ,12 abr 2013). Y quizás también como señal  de predestinación divina.
Era arbitraria, era intolerante y era intolerable. Y lo era a tal punto el punto que del poder fue sacada, humillantemente, por sus propios compañeros de partido.
No irá al infierno, sin embargo, todavía no han podido habilitar un espacio seguro para ella.
Sarita Montiel
¡Qué encantadora en cambio era la otra! Aquella Violetera del último cuplé, la de fumando espero, tan divinamente monumental, tan teutónica o sos pechosa, como dicen los argentinos.
Amor maternal inspiraba.
Por esas cualidades, amor maternal inspiraba en la época de su plenitud. Puro amor maternal y no otra cosa.¿Acaso no soñábamos todos -como dulces criaturas inocentes-, ser amamantados maternalmente por ella?




LAS METAMORFOSIS DE OVIDIO

Pedro Conde Sturla
25 de abril 2016

En cambio, para escapar de la persecución de Apolo, la pobre y casta Dafne, invoca a los dioses y “de repente, su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas.

La mitología griega es de una riqueza incomparable y la abundancia y variedad de criaturas divinas, semidioses, héroes humanos, brujas, monstruos y demonios constituye una especie de laberinto donde es difícil orientarse. Por añadidura, muchos eventos, muchos personajes se repiten en diferentes versiones y el número crece y crece en modo exponencial. Entre los griegos, el afamado Hesíodo (que nació probablemente en la segunda mitad del siglo VIII a.C) fue quizás el primero en tratar de poner orden en la maraña de historias que habían circulado durante siglos en forma oral, asentándolas por escrito en su celebrada “Teogonía”. (Del mismo modo, durante cuatrocientos años circularon de boca en boca las narraciones sobre la guerra de Troya y las aventuras de Ulises, antes de ser escritas por un poeta o escuela de poetas que designamos convencionalmente con el nombre de Homero).
Entre los romanos, dos de los principales recopiladores son Ovidio y el incierto Apolodoro, el discutido autor de la “Biblioteca mitológica”.
Ovidio es uno de los más importantes recopiladores de mitología clásica grecorromana. Vivió y escribió en la época de Augusto, entre la segunda mitad del siglo I a. C y la primera del I d. C., y sus relaciones con este emperador en un cierto período se agriaron y el poeta tuvo que tomar el camino vitalicio del exilio, un frío exilio en lo que es hoy ñRumania, pero su obra fue más afortunada, al menos en lo que respecta a “Las metamorfosis”. Esta epopeya didáctica en quince tomos describe la historia del mundo a través de una cadena de transformaciones o  metamorfosis que culmina con la conversión de Julio César en dios y se conserva en su casi total integridad. Fue, además, durante siglos una de las más leídas y de mayor influencia en las artes.
“De Ovidio y sus Metamorfosis son deudores, en el transcurso de los siglos, no sólo la literatura, y en especial la poesía, sino todas las manifestaciones artísticas (pintura, música…) que han querido ocuparse del tema del amor y del cambio en la vida del hombre”.

Apollo & Daphne

lunes, 26 de noviembre de 2018

Travesía de Sánchez Beras


25 agosto, 2012
[Hace tiempo que le tengo un lugar destinado en esta columna a César Sánchez Beras, uno de los más prolíficos y meritorios autores de la diáspora dominicana. Es un tipo buena gente con cara de buena gente y cara de buen escritor, o, como dice Koldo Campos Sagaseta, “no sólo es un poeta extraordinario. Además, es un ser humano excepcional”.
De acuerdo a los datos biográficos que recojo del blog de Leibi Ng, César Sánchez Beras nació en el año 1962. Es doctor en Derecho (Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1988). Ha publicado los libros: Memorias del retorno (1993), Travesía a la quinta estación (1994), Con el pie forzado (1994), En blanco y negro (1995), Comenzó a llenarse de pájaros el sueño (1999), Trovas del mar (2002).
Premiaciones: Primer lugar Concurso Nacional de Décimas, 1990, Primer lugar Concurso Nacional de Décimas (Cedee), 1991, Segundo lugar Concurso Nacional de Décimas Juan A. Alix; Premio Nacional de Poesía (RD) 2004, Premio Nacional de Literatura Infantil (RD) 2004, Maestro del año, Premios Círculos Dorados, Massachussets.
Elegido como maestro del año por la premiación “Quién es quien dentro de los maestros de EstadosUnidos, en fecha 2001 y 2004, Padrino del Desfile Dominicano 2003, Lawrence, Massachussets, Poeta Laureado por Cambridge College (2004). Actualmente trabaja como maestro de español y literatura en Lawrence High School, Lawrence, Massachussets, donde junto a su labor de activista cultural,   
se desempeña como columnista del Periódico Siglo 21 y de la 
Revista Imagen Hispana. * Durante el período constitucional 1996-2000, fue Asesor Cultural del Consulado Dominicano en Boston (honorífico).
En la obra de César Sánchez Beras, como puede apreciarse, hay demasiada tela por donde contar, demasiado para elegir, y la elección que de ella hago es apenas un arbitrario botón de muestra que, sin embargo, representa de algún modo, algo esencial de su credo poético, literario, como esa introducción de su “Antología total”, Cicatriz sobre un cuerpo en el viento, y los poemas, El universo comenzó en noviembre, La huida de Emily y Ley de conservación de la mujer. El cierre es un breve relato de un libro titulado De la vida alegre, en el que al parecer el autor se hace un  mea culpa, mea toda una culpa si acaso es biográfico el texto. Pero quizás es culpa ajena. (PCS)].
Cicatriz sobre un cuerpo en el viento
No concibo mi vida fuera de la influencia de la poesía. Primero como un asombro infantil por las palabras, luego como un lujo juvenil para tocar los cuerpos, más tarde como una trinchera para soportar el miedo, y de ahí, a todos los otros estadios en que ella me ha acompañado: Como bocado para aguantar el hambre, como sombra para esconder la rabia, como armadura para vencer tormentas, como velero para emprender la huida, como faro para volver a mí mismo, como luz para encontrar el rastro, como lecho para acostar insomnios, como tibieza para vencer el frío. La poesía ha sido andamio y fortaleza. Justificación última para alcanzar el alfabeto, verdad relampagueante para aclarar los espejos de la duda. La poesía ha sido todo y parte. Parte, para acercarme al gran motivo de la existencia. Todo, para ver la vida de los otros en correspondencia vital con la propia existencia. La poesía ha sido ese animal mutante que he llevado dentro, que dejó de ser sonajero para dormir a los otros, para convertirse en hacha, en flor, en tumba y en ala. La poesía ha sido lumbre y desamparo, la hermosa cicatriz sobre un cuerpo en el viento.
El universo comenzó en noviembre
Sé que el universo comenzó en noviembre / porque diciembre es / frío para inventar estrellas. / Enero es bello pero le falta fuerza, / para crear arcoiris o cayenas. / Febrero es húmedo para forjar desiertos / y marzo es tibio para fundar glaciares. / Abril germina flores pero le faltan peces / y mayo tiene lluvia pero no tiene osos / y al pobre junio a veces le vuelan mariposas. / Julio y agosto mueren junto a la fuente, / septiembre tiene mares sin orillas / y octubre tiene lunas pero no tiene lobos. / Sé que el universo comenzó en noviembre, / en el onceno mes bebí tu cuerpo / y en el mundo no existen coincidencias.
La huida de Emily
Nadie tuvo su cuerpo / de desnudez salobre como las caracolas.
Ningún amor se vio en sus ojos de nubes, / ni bebió de su boca / 
las sílabas terribles con que nace un conjuro. / Nadie besó sus senos. / Ningún fantasma pudo atravesar descalzo / el risco de su espalda quebrándose en la lluvia. / Nadie la vio quitarse / ese / viejo vestido de las hojas caídas. / Nadie escuchó sus pasos / saliendo del insomnio, / ni vio la nieve roja que alumbraba su sexo. / Solo yo estuve allí. / Mirando levitar su lúgubre mortaja, / con el ojo perverso con que mira el asombro, / con la muerte impaciente deletreando su nombre.
Ley de conservación de la mujer
Ese hilillo de sangre que gotea, / esa cayena rota en el asfalto, / esa sombra que vuela en lo más alto, / que cruje, que tañe, que flamea. / Esa mirada que relampaguea, / esa palabra grave como el llanto, / esas dos sílabas que fueron el canto / del gozo de la piel que serpentea. / Ese viaje primigenio de la arcilla, / la / fragmentada luz de la costilla, / es enunciado final de Lavoisier: / Ellas vuelan, se desparraman, huyen. / ellas ni se crean ni se destruyen. / Es materia iluminada, la mujer.
De la vida alegre (relato)
Dicen los que estuvieron con ella en unas de esas noches de besos comprados, que tenía el don de hablar con fluidez y de opinar juiciosamente sobre cualquier cosa. Vestía modestamente pero limpia, nunca se le vio despeinada, en el trayecto que hacía desde su casa en el barrio “Punta Brava” hasta la Plaza, donde se encontraba todo el comercio legal o ilegal, del Ingenio Quisqueya.
Nunca faltó por ningún motivo a las pocas reuniones que se celebraban en la escuela para conversar con los padres de los educandos de la Escuela Virgen de la Caridad del Cobre.
Caminaba pausado pero con ritmo, como si estuviera escuchando una música interior mientras desandaba los polvorientos senderos del municipio. En tiempo muerto, cuando toda actividad comercial se reducía a cero, ella, ni corta ni perezosa lavaba ropa ajena, revendía huevos o gallinas ponedoras, rifaba galones de aceite o sábanas, para el sorteo de los domingos y hay quienes aseguran que hasta ofició “horasantas” cantadas en aniversario de difuntos.
Su personalidad misteriosa agregó más misterio a mi adolescencia, así, que en la próxima zafra, cuando ella reinició su vida de prostituta de pueblo, me propuse conocer mejor ese raro espécimen de mi pueblito natal.
Durante mucho tiempo la observé con detenimiento: Ni una palabra descompuesta, ni un tono más alto que lo normal, ni un vestido con escote ofensivo, ni una falda por encima de las rodillas, ni un milímetro más del colorete acordado. Cuando reuní los 5 pesos que costaría pagar el hotel de paso, y los honorarios por servicios sexuales prestados, me aventuré pasadas las nueve de la noche a buscarla en la plaza. Tuve que mentir varias veces antes de llegar a ella, pues siendo menor en un pueblo pequeño todo se conjuraba en mi contra.
Cuando cerré la puerta y ella se desamarró el pelo, quise socializar un poco para entrar en ambiente. -Usted es curiosa- le dije, privando en más adulto de lo que era. -Trabaja como prostituta y nunca le he escuchado una mala palabra, nunca le he visto una actitud indecente, nunca le he visto ni siquiera mover las caderas para buscar futuros clientes.
Entonces ella me miró con ojos inolvidables y me dijo… -Es que yo soy “cuero” aquí, fuera de esa puerta, está el mundo, está la sociedad, están mis hijos. Cuando ella entró al cuartucho de baño para asearse para la jornada. Puse los 5 pesos en la mesita y me fui llorando todo el camino. Toda la noche me pesaba en el alma, por muchos años sentí que la prostituta era yo. (César Sánchez Beras).




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sábado, 24 de noviembre de 2018

SIETE AL ANOCHECER (12)

Pedro Conde Sturla
22 de octubre 2018

EL ÚLTIMO CAUDILLO
(Última parte)
Diez u once días después de haber hecho  público el manifiesto a la nación Dominicana del 13 de junio de 1931, Desiderio Arias estaría muerto y decapitado. 

viernes, 23 de noviembre de 2018

DILUVIOS (serie completa)


Pedro Conde Sturla
2 de mayo/ 9 de mayo 2016

El diluvio en Mesopotamia

Durante un día sopló la tormenta, del sur, / cada vez más rauda, sumergiendo a las montañas, / alcanzando a todos como una batalla. / Nadie podía ver a su compañero, / ni desde el cielo ser reconocida la gente. / Los dioses estaban asustados por el diluvio /

El primer diluvio ocurrió en Mesopotamia (en el “Poema de Gilgamesh”), ocurrió en la India (en las “Escrituras védicas”), ocurrió en la Biblia (el más famoso y grande de todos), ocurrió en la mitología griega (en el mito de Deucalión y Pirra), y ocurrió también en el Nuevo Mundo, en las mitologías americanas de los chibchas o muiscas, de los mapuches, mayas, mexicas, incas, guaraníes y tainos…Incluso una tradición del pueblo de Isla de Pascua, situada en medio del Pacifico, “dice que sus ancestros llegaron al lugar escapando de la inundación de un mítico continente o isla llamada Hiva”.
El diluvio mesopotámico es un capítulo de “El poema de Gilgamesh”, posiblemente el texto literario más antiguo que se conoce, y la leyenda en que se basa es aún más antigua. “Ahí comenzó todo”, dijo Borges. El hecho es que Gilgamesh, al cabo de muchas aventuras y desventuras, conoce a Utnapishstim, el único hombre que había sobrevivido al diluvio, y de su boca escucha el relato del espantoso acontecimiento y las causas que le dieron origen. Los dioses no desatan el diluvio a causa de la maldad, el mal comportamiento de los humanos, sino principalmente, por la insoportable algarabía:
“El país era tan ruidoso como un toro que bramaba. / Los dioses vivían agitados y sin paz, con los disturbios ensordecedores…”
Mandaron primero una plaga y después una sequía terrible  para provocar una hambruna y reducir la creciente población, pero la población siguió creciendo y haciendo ruido y así también la ira de los dioses. Entonces decidieron desatar las aguas sobre el mundo para que todos perecieran ahogados. (Algunos de ellos se horrorizarán y arrepentirán de haber tomado esa decisión. Los dioses, en Mesopotamia, podían ser compasivos).

Diluvio en Mesopotamia

El diluvio en la India

Pedro Conde Sturla
27 de junio 2016

Nada más que esto: a un hombre pío se le notifica el diluvio que se acerca; el hombre construye un buque, atraviesa el cataclismo, y llega por fin a la cima de un monte, donde celebra un sacrificio.

El Rig Veda –uno de los textos sagrados más antiguos de la India y del mundo–, recoge una original leyenda del diluvio que tiene poco en común con las de Mesopotamia, Grecia y la Biblia.
El Rig Veda es una  colección de “relatos mitológicos y poéticos que hablan sobre el origen del universo, himnos que alaban a los dioses, oraciones para la vida, la prosperidad, etc”, y cuenta cómo en la India había un rey llamado Manu que fue salvado de las aguas por una encarnación del dios Visnú en forma de pez y vivió, al parecer, durante varios millones de años.
“Según el Rig Veda, Manu es el nombre del primer ser humano, el primer rey que reinó sobre la Tierra. En sánscrito, Manu proviene de manas: ‘mente’, y significaría ‘pensante, sabio, inteligente’ y ‘criatura pensante, ser humano, humanidad’. También se cree que proviene de un vocablo indoeuropeo que habría dado lugar al término inglés man (hombre varón) y a los términos españoles ‘humano’ y humanidad’”.
El diluvio hindú no es pluvial, es de origen marítimo y fue, en consecuencia, “mucho más devastador, ya que el agua no provenía de las nubes de este planeta, sino que se trataba de una creciente del océano que se encuentra en el fondo del universo. Esta versión es congruente con el desbordamiento del Mar Mediterráneo que inundó el área ahora ocupada por el Mar Negro, forzando a los supervivientes indoeuropeos de la zona este del Mar Negro a emigrar, en este caso hacia la India. El mito persistió al igual que en Mesopotamia”.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Sergio Forcadell: La derrota de Madrid y la Marca España

Pedro Conde Sturla
12 septiembre 2013

[Hoy tengo como invitado a un publicista catalán de pura cepa, casado con dominicana y castizamente aplatanado. Sergio Forcadell y Feliú. Lo conocí hace un millón de años en los predios de Publicitaria InterAmérica, junto al inolvidable Harold Priego y una dulce colombiana que se horrorizaba de nuestras ocurrencias e irreverencias, sobre todo de las óperas italianas que Harold memorizaba y cantaba o graznaba a voz en cuello sin entender el significado, desentonando, soltando gallos, maltratando sin piedad la lengua de Dante.
Alguna vez escribí sobre ellos en términos festivos, como acabo de hacer, evocando momentos felices de nuestra relación en la agencia publicitaria.
Ahora quiero hablar en serio –cosa que me cuesta trabajo porque soy un charlatán vocacional- y presentar al amigo Sergio como lo que de él se sabe a carta cabal: “Veterano publicista con 43 años de experiencia, presidente y director de estrategia de Forcadell Publicidad, agencia de servicios plenos creada en 1985. Es especialista en las áreas creatividad e implementación de estrategias de comunicación. Más de 30 años como profesor en las principales universidades del país.” Es decir, uno de los mejores publicistas del país, curtido además en el magisterio.
Pero también quiero presentarlo como el fino analista y escritor satírico que produce textos que siempre me hace llegar y rara vez tienen acogida en la prensa. Esta vez lo acojo yo en mi página, libertaria, sin pedir permiso, para mostrar el valor, la finura analítica de un productor de ideas que vale lo que pesa y pesa mucho. PCS)
La derrota de Madrid y la Marca España
Señores, es la tercera vez que la ciudad de Madrid intenta casarse con los Juegos Olímpicos y también la tercera vez que la dejan plantada en el altar con el vestido puesto y el moño hecho, cuando en un instante, un juez medio viejito, parco y lento, saca una cartulina con el nombre de otra capital, quedando así automáticamente eliminada. 
Y, de verdad, lo sentimos mucho por Madrid, una gran urbe que presentó una impecable candidatura, y que posee todas las condiciones para constituirse en sede olímpica, con una excelente infraestructura deportiva, buenas comunicaciones, capacidad organizativa y un ambiente único para pasarlo de maravilla durante el tiempo que transcurrirían los juegos. Creemos que Madrid se lo merecía y sobre todo, lo necesitaba, para volver a retomar un protagonismo internacional que desde hace algún tiempo ha venido perdiendo . 
Ahora, tras la derrota, como tantas veces ocurre en el ambiente deportivo, vienen las excusas, válidas, o podridas. Que si fue una trama para dar paso a París las próximas olimpiadas, que si el comité hizo esto, los turcos eso, los japoneses aquello, o los venusinos lo de más allá.
Pero nosotros creemos que la causa principal, aunque no única, de esta derrota ha sido el empeño del Gobierno, más necesitado de las olimpiadas que la misma Madrid para salir de la difícil situación en que se encuentra, por querer proyectar ante el mundo una imagen de la Marca España , muy diferente a lo que en la realidad es. 
Se quiere presentar a este país como fuerte, dinámico, pletórico, cuando desde el interior y exterior se le percibe en una profunda crisis, débil y problemático, por mucho que Rajoy y sus ministros quieran hacernos creer, con índices y estadísticas en mano, que la recuperación económica y laboral está a la vuelta de la esquina. 
Uno se pregunta cómo le van a dar las Olimpiadas a un país que la Unión Europea le ha tendido un rescate bancario (aunque lo hayan bautizado con otro nombre) de 50,000 millones de euros, según se dice en medios financieros, ya fracasado. 
Qué durante años mantiene ya 5 millones de para dos. Qué hay un millón de familias sin ingresos de ninguna especie. Con un serio aumento de la pobreza, de los recortes en educación, en sanidad y otras áreas sociales prioritarias. Qué tantos y tantos dirigentes políticos, de todo s los partidos, están implicados en severos y vergonzosos actos de corrupción. 
La Marca España
 ni siquiera proyecta una imagen unificada, pues el principal motor económico, Catalunya, quiere independizarse porque después trescientos años de unión forzada, no ha podido encajar en el estado español debido a la tradicional torpeza y miopía de su política, anclada aún en el siglo XIX. 
Eso sin contar algo tan importante como los dos pajes deportivos que se han presentado en los últimos tiempos que alcanzan a atletas ganadores y ganadoras de grandes competencias, médicos deportivos, y la sobre todo vista gorda que se ha hecho con ellos a través de fallos exculpatorios por parte de los organismos oficiales.
Y todo esto, en un mundo comunicado e interconectado se sabe y, en consecuencia, se percibe una Marca España,  inflada y florida que no encaja con su cruda realidad.
El Gobierno del PP, embarrado hasta el cuello, entre otros asuntos, con el escándalo de Bárcenas, ha querido salvarse primero, y de paso a su querida y maltrecha monarquía, con el respiro que podía otorgarle el balón de oxígeno que son las Olimpiadas, pero este tiro estratégico salió por la culata de la escopeta olímpica, y ahora debe soportar, además, el cubo de desprestigio y desmoralización que le ha caído en la cabeza. 
Estambul, capital de un país claramente emergente, con veinte millones de habitantes, situado a un puente de distancia entre dos culturas milenarias, con la posibilidad de avanzar con los Juegos a Turquía, en derechos de igualdad social y de género, y de influir en lo deportivo a las complicadas naciones que la rodean era, por hegemonía del deporte, mejor candidata. 
Y qué decir de Tokio, las Olimpiadas serán un tsunami de optimismo para paliar en parte la tragedia del tsunami marítimo que arrasó tantos pueblos y causó decenas de miles de muertos. Además. Japón es poderoso, tiene mucho dinero y recursos tecnológicos, así como una gran disciplina en lo económico, moral y humano que garantizan el cumplimiento de los objetivos propuestos. Tokio era mucho competidor, demasiado para Madrid en estos momentos. 
Este Gobierno del PP, debe aprender rápido una lección que le ha costado mucho dinero y esfuerzos a la comunidad de Madrid. Cifrar las mayores esperanzas en los Juegos, apostando más al continente del producto que al contenido, lo cual suele crear lo que en psicología denominan disonancia cognoscitiva, es decir, una gran diferencia entre lo que se ofrece y lo que se recibe, y que se traduce en una gran decepción.
Los productos, incluida la tan deteriorada Marca España, se venden más por lo qué son y lo qué ofrecen, que por sus envolturas, por muy bellas y atractivas que estas sean, como lo ha sido la bien elaborada y decorada presentación de la candidatura de Madrid. 
Y más aún cuando hay un Comité Olímpico Internacional, con un jurado de más de noventa miembros que los abre, huele, los compara, los manosea y los valora, hasta lo último. Meticulosos que son ellos. (Sergio Forcadell).
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El diluvio en Grecia (1-3)

Pedro Conde Sturla 
16 de mayo 20016

El diluvio en Grecia: Filemón y Baucis

Lo más inusual o extraordinario se da por sentado, como algo común y corriente, y cuando el lector muerde el anzuelo queda atrapado (o se deja atrapar) como una mosca en la telaraña.

Filemón y Baucis

Hay tantos diluvios como mitos, leyendas e historias del diluvio, la conocida historia del diluvio que es común a tantos pueblos y culturas en casi todos los continentes. Muchas sólo se relacionan superficialmente y otras son directamente dependientes de la original mesopotámica. En Grecia “La ira de los dioses (los dioses del Olimpo) también se abatió sobre la humanidad, debido a la conducta lujuriosa, deshonesta y egoísta de los hombres, provocando un diluvio universal”. Las huellas o el recuerdo del magno acontecimiento han perdurado en narraciones fantásticas como la de Filemón y Baucis y la de Deucalión y Pirra, que se remontan a tiempos muy remotos. En ambos casos el realismo mágico o la magia de los relatos conservan toda su ingenuidad y frescura, el don de atrapar a ciertos lectores en una narración ficticia que parece verdadera. 

EL DILUVIO EN MESOPOTAMIA (1-2)

Pedro Conde Sturla
2 de mayo/ 9 de mayo 2016

El diluvio en Mesopotamia

Durante un día sopló la tormenta, del sur, / cada vez más rauda, sumergiendo a las montañas, / alcanzando a todos como una batalla. / Nadie podía ver a su compañero, / ni desde el cielo ser reconocida la gente. / Los dioses estaban asustados por el diluvio /

El primer diluvio ocurrió en Mesopotamia (en el “Poema de Gilgamesh”), ocurrió en la India (en las “Escrituras védicas”), ocurrió en la Biblia (el más famoso y grande de todos), ocurrió en la mitología griega (en el mito de Deucalión y Pirra), y ocurrió también en el Nuevo Mundo, en las mitologías americanas de los chibchas o muiscas, de los mapuches, mayas, mexicas, incas, guaraníes y tainos…Incluso una tradición del pueblo de Isla de Pascua, situada en medio del Pacifico, “dice que sus ancestros llegaron al lugar escapando de la inundación de un mítico continente o isla llamada Hiva”.
El diluvio mesopotámico es un capítulo de “El poema de Gilgamesh”, posiblemente el texto literario más antiguo que se conoce, y la leyenda en que se basa es aún más antigua. “Ahí comenzó todo”, dijo Borges. El hecho es que Gilgamesh, al cabo de muchas aventuras y desventuras, conoce a Utnapishstim, el único hombre que había sobrevivido al diluvio, y de su boca escucha el relato del espantoso acontecimiento y las causas que le dieron origen. Los dioses no desatan el diluvio a causa de la maldad, el mal comportamiento de los humanos, sino principalmente, por la insoportable algarabía:
“El país era tan ruidoso como un toro que bramaba. / Los dioses vivían agitados y sin paz, con los disturbios ensordecedores…”
Mandaron primero una plaga y después una sequía terrible  para provocar una hambruna y reducir la creciente población, pero la población siguió creciendo y haciendo ruido y así también la ira de los dioses. Entonces decidieron desatar las aguas sobre el mundo para que todos perecieran ahogados. (Algunos de ellos se horrorizarán y arrepentirán de haber tomado esa decisión. Los dioses, en Mesopotamia, podían ser compasivos).

Diluvio en Mesopotamia

miércoles, 21 de noviembre de 2018

HAROLD Y KOLDO: VIVENCIAS Y TRIBULACIONES


Pedro Conde Sturla

14 de marzo 2006

Koldo


Harold y Koldo tienen muchas cosas en común, aparte de que son amigos y se hacen llamar uno por el nombre de pila y el otro por un apodo (no voy a decir “un alias” para evitarme problemas jurídicos, aunque también lo de “pila” se puede prestar a equívocos). Uno es más distraído, más despistado que el otro, y ambos están dotados de una personalidad fuera de serie, de humor chispeante y una retahíla de nombres que da gusto. Alguna gente no sabe que el célebre columnista vasco de El Nacional –dije vasco- se llama en realidad Juan Carlos Campos Ilurdoz y Sagaceta. El autor de la tira cómica de Diario Libre se firma ocasionalmente Harold Priego García-Godoy II. Tienen más nombres que un piloto de Iberia, nombres de aristócratas pobres, que es la cosa más triste del mundo según Borges. Otra cosa en común es que sus cabezas tienen precio, igual que mucho aprecio. De España han pedido varias veces la del colmunista –dije colmunista- y los judíos la del tiracómico. Hipólito Mejía gustosamente se las habría arrancado.