Pedro
Conde Sturla
[Existir en toda su intensidad, con
el despliegue
de
alegría, dolor, angustia y gozo que la existencia
conlleva,
no es una opción, es la definición de estar
vivo, y
es tan ineludible, afortunadamente, como
respirar.
O cooperamos con lo inevitable y le sacamos
partida,
o nos colocamos de espalda a nuestra propia
potencialidad
de ser plenamente.
Ginny
Taulé]
A
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hora que despierto un poco al soplo
de un breve resoplido, abro los ojos y me enfrento a los ojillos dulces y
marrones del perrito pinto que acerca su nariz a mi nariz, la expresión
risueña, la cabeza del foxterrier perfectamente triangulada, las orejas gachas
o tumbadas a mitad, en forma de v invertida, las motas marrones en la frente a
manera de contraste con su color blanco y negro, su corpulenta anatomía y al
final un rabito que se mueve como un péndulo enloquecido, sonriéndome con el
rabito y con los ojos, alertándome para que me despierte y juegue con él, resoplando
y acercando cada vez más su nariz a mi nariz.