Un relato del libro Ritos ancestrales
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no con la cabeza. El general consultó a
su vez con otros
generales que dijeron que no de igual manera,
moviendo
a uno y otro lado con gran esfuerzo y voluntad
de ánimo
las cabezotas, todas las cabezotas. Luego,
casi al oído, el
doctor Balaguer le habló a su amigo el ministro,
que puso
cara de asombro, cara de circunstancias,
se echó hacia
atrás, negó enfáticamente. Todos los funcionarios
civiles
y militares adoptaron entonces una actitud
perpleja, aflo-
jaron las mandíbulas, pestañaron al unísono,
sonrieron al
mismo tiempo como los chicos de un coro,
se pusieron las
máscaras de inocencia de los culpables. |