miércoles, 31 de mayo de 2017

ESTE MUNDO PODRIDO

Pedro Conde Sturla
12 de Mayo de 2014 - 9:01

En este mundo podrido todos tenemos los pies en el lodo...pero algunos miran hacia arriba
¡Oscar Wilde?

Edmund Burke, un pensador famoso, el llamado padre del conservadurismo moderno, repetía con ingenuidad y convicción dignas de mejor suerte, que “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. Bertolt Brecht, otro menos ingenuo, decía que el hombre no “sería tan malo si el mal no fuera negocio”. Para Albert Camus “hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.”

Muchos otros autores famosos y más lúcidos, como el José Saramago de “Caín” y el Pérez Reverte de “El pintor de batallas” piensan -como me gusta pensar-, que la preservación del ecosistema pasa por la desaparición del bípedo parlante que llamamos ser humano y destruye irracionalmente su hábitat. Lo mismo piensa el planeta tierra que, al decir de un científico francés cuyo nombre no recuerdo, “Ha activado su sistema inmunológico. Quiere desembarazarse del parásito humano”.

Únicamente un total desconocimiento de la historia permite afirmar que “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. La historia enseña que siempre una minoría de malos se hace dueña del poder y se hace dueña de la mayoría, a pesar de los esfuerzos, del sacrificio de los buenos porque el bien casi nunca es negocio frente al mal, y el poder se articula en todas las épocas al mal, que rinde pingües beneficios.


Surge la esclavitud cuando el poder de una minoría somete a la mayoría a condición de bestias de
carga. Surge el feudalismo y no cambia mucho la condición de bestia de carga del llamado ser humano ni el dominio de la minoría. Surge el capitalismo y durante varios siglos empeora la condición humana con el desalojo de los campesinos de sus tierras y con horarios en las fábricas de 18 horas diarias y sin días libres, aparte de la explotación infantil que limitaba sus vidas a pocos años, como describió en sus obras geniales el gran Charles Dickens.

Surge el socialismo como la gran esperanza de redención de la humanidad y degenera en bestialinismo poniendo a la mayoría en manos de unos pocos, por no decir de un solo hombre, o de una dinastía en Asia bajo un régimen de terror que un luchador dominicano por todas la buenas causas ha llamado “en un libro “Faro de luz de oriente”.

A los hermanos Castro los dejo en manos de mi amigo Miguel Guerrero que no cree que el imperialismo ha castrado de muchas maneras cualquier modelo de desarrollo de la revolución cubana por vía del bloqueo infame, que es el mejor pretexto para explicar todos los fracasos.

En manos de la minoría de los malos todo degenera. Degeneran las primitivas religiones populares cuando caen en manos de los sacerdotes, degenera el cristianismo primitivo cuando cae en manos de papas o patriarcas. Degeneran las ideas democráticas de los pocos países capitalistas desarrollados en fascismo o nazismo y siempre en imperialismo.

La desigualdad campea por sus fueros porque la maldad produce riquezas al igual que engendra pobreza y todo tipo de malestares sociales, incluyendo la violencia, las guerras, las enfermedades. Esto explica “¿Cómo está el mundo en términos de desigualdad?

Una aproximación on-line, clara y gráfica es la que proporciona Gapminder Developmen Trends. En este sitio podemos ver (con datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- de 2005) que el 20% de la población más rica posee el 74% de los ingresos del mundo y el 20% más pobre tiene solamente el 2% de los ingresos. Con respecto a la línea de pobreza (menos de 1 dólar diario), la información disponible en el año 2.000 señalaba que el 19% de la población del mundo se encontraba por debajo de este umbral. Podemos ir un poco más allá y veremos que estos datos divergen por regiones y, en África, por ejemplo, el 66% de la población vive con menos de 1 dólar al día.”

Dijo alguien, y con razón, que la “historia suele ser muy dura con los impacientes”, con los buenos que tratan de hacer algo para que no triunfe el mal.

Muy duramente, en nuestro país, la pagaron los integrantes de la repatriación armada del 14 del de junio de 1959 en su intento por derrocar al generalísimo y ladronísimo Trujillo.

Nada, en nuestro país, pudieron hacer los buenos del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio con su sacrificio al enfrentar el golpe de estado contra Bosch en un alzamiento de guerrillas. Nada pudieron hacer los constitucionalistas que se enfrentaron al imperio para impedir que entronizaran al genocida Balaguer durante doce años de terror.

Nada pudo impedir que un supuesto demócrata y discípulo de Bosch en el llamado Partido de la Liberación Dominicana, convirtiera durante el ejercicio de sus gobiernos la supuesta democracia en dictadura constitucional, con pleno dominio sobre todos los poderes del estado, y que los miembros de todas las instituciones estatales se convirtieran en pandillas de depredadores que exhiben a título de orgullo el fruto de sus fechorías con total garantía de impunidad. No me refiero solamente a jeepetas que sustituyeron las chancletas, ni a palacios de cinco niveles construidos en exquisita arquitectura alejandrina en lugares paradisíacos de las escarpadas montañas de Quisqueya. Me refiero a fortunas incalculables amasadas por personajes que parecen salidos de las tiras cómicas, aunque nada tienen de cómicos. Al peligro de conversión, por vía de sus socios, del estado en narco estado como parece ocurrir en México.

Todas esas fortunas surgen, en parte, a expensas de la clase media que el estado delincuente esquilma con impuestos feroces (impuestos a los derechos sucesorales, impuestos a las viviendas que muchos no pueden pagar y acumulan deuda tras deuda hasta la asfixia), ignorando una gran lección de la historia: que la clase media es el colchón que amortigua las insurrecciones populares cuando no son llevadas a la pobreza, como podría ahora suceder en nuestro paisaje.

La sociología explica cómo los habitantes del mismo país que tantos años atrás era famoso por su cordialidad, ha sido convertido en un infierno desde que los políticos se robaron el país, y toda la delincuencia de los marginados es una respuesta a la delincuencia de los políticos que se han robado el país. Amén del narcotráfico.

Los buenos la gran mayoría, somos las víctimas del estado delincuente y nada es más falaz que proponer que “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.

Somos sus víctimas, la mayoría de la población del estado delincuente y no hay respuesta social porque la oposición igualmente podrida es la competencia y no la oposición. La respuesta social se canaliza a través de la delincuencia, la devoción al PLD Y PRD y no de los valores que representan la decencia disgregada en minúsculas formaciones políticas.

Para terminar con una nota menos necrológica, dejo en claro que no soy nihilista ni renegado. Creo y seguiré creyendo en lo fundamental de la teoría socialista de Marx y Engels, sin necesidad de dictaduras, en la necesidad de la distribución social de los bienes producidos socialmente, “en la utopía que sigue caminando”, como decía el poeta Roque Dalton.

Y además creo que para que no triunfe el mal solo falta que los malos sean ajusticiados.

Nota: Metafóricamente hablando, unos cuantos barriles de semtex y algunos cartuchos de TNT en el trasero de algunos políticos contribuirían a la realización de mis deseos, pero yo solamente soy terrorista selectivo en mis mejores sueños.

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