Pedro Conde Sturla
En una
ocasión escribí un artículo titulado “La jerga feminista” y me dieron una pela
de lengua de antología, compadre, lo que se llama una pela de lengua. Hasta
barriga verde me llamaron, cuestionaron mi sanidad mental, me acusaron de
machista –machista leninista- misógino y frustrado, y además redujeron el
tamaño de mi hombría a proporciones microscópicas.
Juré en
esa ocasión no volver a tocar el tema y escribir, por ejemplo, sobre Neruda y la
noche está estrellada, y en general sobre otros temas menos espinosos como la
podredumbre del poder o la guerra de oriente. Últimamente, sin embargo, decidí
arriesgarme de nuevo, meterme en honduras británicas, jugarme el pellejo si es
preciso, porque es seguro que muchos(as) querrán despellejarme.
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Susi Pola |
Sucede
que en días pasados estaba mirando televisión y de repente me desacontece lo
siguiente: Escucho a una conocida comentarista hablar de seres y seras humanas,
televidentes y televidentas, miembros y miembras de la raza humana, el homo
sapiens y la homa sapiensa. Como yo protestara en alta voz me pareció que la
comentarista se me quedaba mirando raro, con un aire entre hipopótamo y desapercibido,
pero fue sólo un espejismo.