Este es, sin duda, un libro de buen amor y es un libro de buen humor. Es, en parte, la memoria de un sobreviviente, de alguien que sobrevivió a la tenaz persecución de la banda de criminales del demoníaco Joaquin Amparo Balaguer Ricardo, alias D’Elito, como le llamaban cariñosamente sus hermanas.
Un sobreviviente que se jacta de que también sus ideas sobreviven, que repite, con Eduardo Galeano: “ Muchos pelos se me han caído de la cabeza, pero no se me caído ni una sola idea”.
El humor, omnipresente, no lo abandona ni siquiera en las peores contingencias. Muchas veces, cuando el cerco se estrechaba y parecía inminente su captura y su muerte, el sobreviviente desafiaba a los sicarios de Malaguer con breves notas de prensa en que afirmaba: “Culebra no coge maco saltando”.
Es un sobreviviente al que muchos no perdonan que esté vivo.
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