jueves, 26 de octubre de 2017

Crespón de luto

SOMBRAS NADA MÁS
Pedro Conde Sturla
 
         Son como sombras sonámbulas que sueñan porque los sueños sueñan, colmena o avispero, muestrario de varia humanidad, columnas de seres y contornos imprecisos que entran y salen, ocupan las mesas, a veces todas las mesas de la Cafetería restaurante El Conde. El alucinante Palacio de la esquizofrenia en todo su esplendor.
         Allí concurren, a granel, meditan o vegetan, discurren y se escurren el profesor emérito que dicta charlas magistrales y el alumno que aprende, el prócer y el apátrida, gobiernistas y oposicionistas igualmente rabiosos, el filántropo y el misántropo, el aristócrata y el plebeyo, el abogado de oficio y el abogado sin oficio, el postor y el impostor, el filósofo, el historiador, el diplomático, el diputado, el doctor, el asistente del procurador, el revolucionario de profesión, el escritor, el trovador Rodríguez (Pedro Samuel Rodríguez y su ingenio sin par), el cundango y la cundanga, el periodista, el publicista y su consorte, el cronista, el pintor -los infinitos pintores-, el escultor, el conocido caricaturista de humor negro y risa alegre con boca de chivo, el actor, el cineasta, el lambón, limpiasaco o  tumbapolvo, como se dice entre nosotros, el advenedizo que quiere beber y fumar a cuenta ajena, el fisgón, el turista, el buscón y la buscona que se la buscan con los turistas, algún poeta maldito rumiando su desagravio y un montón increíble de malditos poetas, el crítico de arte de mala sangre, el crítico literario de mala leche, el crítico de cine de mala sombra, el policía que es un secreto a voces y un grupito de alcohólicos más o menos anónimos.

(Con motivo de la partida del querido amigo Pedro Samuel Rodríguez).

No hay comentarios.: