sábado, 8 de diciembre de 2018

LA MUJER


 

Pedro Conde Sturla
10 de julio de 2009

Cambiar sus esposas viejas por esposas nuevas -como ocurre en la singular “Parábola del trueque” publicada la pasada semana-, es el sueño de muchos hombres. Lo vemos a cada rato en nuestra sociedad. Los hombres cambian a sus mujeres viejas por mujeres nuevas, o por lo menos de segunda mano, aunque en muy buenas condiciones. En el mejor de los casos conservan la esposa vieja como reserva, como especie de pieza de repuesto y montan una sucursal y se hacen de una amante, una querida, a veces de dos y más queridas. El hecho ocurre en todos los estratos, y se manifiesta con peculiar frecuencia en el ámbito de los trepadores políticos en la medida en que escalan posición económica y social, pero también en el seno de la rancia oligarquía y hay ejemplos. Ejemplos bien conocidos que no viene al caso mencionar.
El caso extremo es el de hombres que cambian mujeres viejas por hombres nuevos, y de eso también hay ejemplos en nuestra sociedad. En los países desarrollados sucede a menudo otro fenómeno. Son las mujeres de fama y dinero, generalmente artistas de cine, las que cambian maridos viejos por maridos casi nuevos, algunos sin estrenar.
Muchas veces, como en la “Parábola del trueque” de Arreola, la luna de miel se acaba pronto, la relación basada en lazos de afecto no recíprocos languidece a la carrera. Las mujeres nuevas, mujeres de lujo, mujeres fetiches, mujeres trofeo, comienzan a botar el cobre, a botar el pellejo y sacar las uñas. Detrás del aspecto aparentemente risueño de la parábola se oculta la tragedia, la deslealtad y el abandono de que son víctimas tantas mujeres, y las consecuencias que tiene para todo el núcleo familiar. Esta es sin duda una forma elemental, pero válida, de leer el texto de Arreola. Arreola describe una práctica aberrante que no siempre es objeto de repulsa, el abuso sicológico que entraña el abandono conyugal, casi tan aberrante como el abuso físico que describe magistralmente Juan Bosch en “La mujer”.
La mujer”, como dice Seymour Menton en su célebre antología “El cuento hispanoamericano”, es una de las narraciones más antologadas de la literatura latinoamericana, un cuento perfecto, como diría Borges, si dijera. Perfectamente surrealista desde la primera frase: “La carretera está muerta”. Muerta como el reloj de la pintura de Dalí que se derrite en un paisaje de muerte. El Dalí que mi amigo Harold Priego jura que es mejor que Picasso.
Bosch recupera en el relato paisajes que quizás pertenecen al miserable sur o a la línea noroeste, pero la certidumbre geográfica no es importante. Seymour Menton lo define como una sinfonía audiovisual del trópico y eso lo dice todo. El gran amigo de Bosch, el Pedro Mir que fue su canchanchán, su cofrade y admirador de toda la vida, también escribió, casualmente, un texto que es una sinfonía audiovisual del trópico: “Hay un país en el mundo”.
Una vez en INTEC, hace ya muchos años, se organizó un seminario para analizar el cuento de Bosch, y allí lo pusieron al derecho y al revés. Lo analizaron desde el punto de vista lingüístico, semántico, estructuralista, formalista, midieron las palabras, lo redujeron a fórmulas matemáticas, lo sometieron a la camisa de fuerza de todas las teoría literarias y nadie dio, a mi juicio, con una clave de interpretación razonable.
El cuento deslumbra literalmente desde el principio, y al final sorprende por la reacción ilógica de la mujer, el desenlace inesperado. Sorprende sobre todos a los que no están familiarizados con la cultura de la violencia contra la mujer. La mujer interioriza esa cultura, la asimila, se la pone mentalmente como una burka y reacciona en consecuencia. Bosch recrea en esencia el viejo refrán que dice que en pleitos de marido y mujer nadie se meta.


LA MUJER
Juan Bosch



La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera.
Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. Cantaban y picaban; algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo aquello. Se veía que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris.
A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas. Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.
También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro. Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las cañas dieron esas techumbres por las que nunca rueda agua.
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba la carretera a quemar el cuerpo, las rodillas por lo menos, de aquella criatura desnuda y gritona.
La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.
A medida que se avanzaba crecía aquello que parecía una piedra tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se dijo: "Un becerro, sin duda, estropeado por un auto".
Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Y los cactos, los cactos coronados de aves rapaces.
Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintamente los gritos del niño.
El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.
-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!
-Pero si nadie pasó, Chepe: nadie pasó -quería ella explicar.
-¿Que no? ¡Ahora verás!
Y volvía a golpearla.
El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.          Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. Prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo.
Le dijo después que se marchara con su hijo:
-¡Te mataré si vuelves a esta casa!
La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia.
Quico tenía agua para dos días más de camino, pero la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. Chepe entró por el patio.
-¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!
Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco, transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa y las córneas estaban rojas.
Quico le llamó la atención; pero él, medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres.
El niño pequeñín comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá.
La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.
La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.
Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Quico soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin quejarse, sin hacer un esfuerzo.
La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.
La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en las coyunturas. Quería ver si alguien venía. Pero sobre la gran carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron los vientos. Y cactos embutidos en el acero.



pcs, viernes, 10 de julio de 2009











SIETE AL ANOCHECER (14)

https://acento.com.do/2018/opinion/8631974-siete-al-anochecer-14/

Pedro Conde Sturla
O8 diciembre, 2018



José Luís Perozo Fermín. F.E.

Los miembros de las familias Perozo, Mainardi Reyna y Patiño estaban tan mal vistos por el gobierno que mucha gente no se atrevía a saludarlos. Algunos bajaban la cabeza al toparse con uno de ellos o se pasaban a la otra acera y en el mejor de los casos le hacían una señal de amistad muy discreta. La brutalidad de la represión corría pareja con la obstinada resistencia al régimen. Nadie supo ni sabrá nunca cuántos fueron los caídos, pero en la medida en que unos caían otros se levantaban de inmediato y la matanza no parecía tener fin.

domingo, 2 de diciembre de 2018

SINUHÉ EL EGIPCIO

Mika Waltari: Sinuhé el Egipcio

Sinuhé el Egipcio es un libro memorable, la obra cumbre de Mika Waltari (1908- 1979), un escritor ya ignorado porque cambian los tiempos y las grandes editoriales no quieren reeditar las obras que las convirtieron en monstruos editoriales y apadrinan los best sellers del momento, aunque sean pura bazofia. 
Pero Mika Waltari, un finlandés apasionado por la antigüedad,  nos hizo conocer casi de primera mano a egipcios y etruscos entre otros, como novelista desde luego, no como historiador. Sinuhé es médico de los poderosos que se convierte en médico de pobres y cae por supuesto en desgracia. 
La narración incluye la historia más o menos jocosa de una trepanación que salvó la vida a un noble, y el noble, para celebrarlo subió a una torre donde libó con abundancia, hasta propinarse una infinita borrachera que lo condujo a tirarse al vacío. Incluye la descripción del testimonio fantástico de un tipo que juraba haber conocido un ave que casi no volaba, era de abundantes carnes, ponía un huevo diario, y fue condenado a muerte por mentiroso.
La erudición pasmosa y la densidad de los pensamientos de Mika Waltari no tienen nada de antiguo: “Los hombres revolotean alrededor de la mentira como las moscas alrededor de un panal de miel”. Toda su obra remite a la denuncia de la mentira establecida por hombres y dioses desde el primer capítulo hasta el último. La originalidad de su pensamiento en torno a la hipocresía, el engaño, la corrupción del poder, la traición y la intriga es como oro molido. Préstese atención a su afilada prosa, a la dureza de sus sentencias: “En su maldad, el hombre es más cruel y más endurecido que el cocodrilo del río. Su corazón es más duro que la piedra. Su vanidad, más ligera que el polvo de los caminos.” Un libro, en verdad, sin desperdicios. (PCS).
La cesta de cañas
Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. 
Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad como lo estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.  Porque todo lo que se ha escrito hasta ahora lo fue para los dioses o para los hombres. Y sitúo entonces a los faraones también entre los hombres, porque son nuestros semejantes en el odio y en el temor, en la pasión y en las decepciones. No se distinguen en nada de nosotros, aun cuando se sitúen mil veces entre los dioses. Son hombres  semejantes a los demás. Tienen el poder de satisfacer su odio y de escapar a su temor, pero este poder no les salva la pasión ni las decepciones, y cuanto ha sido escrito lo ha sido por orden de los reyes, para halagar a los dioses o para inducir fraudulentamente a los hombres a creer en lo que ha ocurrido. O bien para pensar que todo ha ocurrido de manera diferente de la verdad. En este sentido afirmo que desde el pasado más remoto hasta nuestros días todo lo que ha sido escrito se escribió para los dioses y para los hombres. 
Todo vuelve a empezar y nada hay nuevo bajo el sol; el hombre no cambia aun cuando cambien sus hábitos y las palabras de su lengua. Los hombres revolotean alrededor de la mentira como las moscas alrededor de un panal de miel, y las palabras del narrador embalsaman como el incienso, pese a que esté en cuclillas sobre el estiércol en la esquina de la calle; pero los hombres rehuyen la verdad.
Yo, Sinuhé, hijo de Senmut, en mis días de vejez y de decepción estoy hastiado de la mentira. Por esto escribo para mí solo, lo que he  visto con mis propios ojos o comprobado como verdad. En esto me diferencio de cuantos han vivido antes que yo o vivirán después de mí. Porque el hombre que escribe y, más aún, el que hace grabar su nombre y sus actos sobre la piedra, vive con la esperanza de que sus palabras serán leídas y que la posteridad glorificará sus actos y su cordura. Pero nada hay que elogiar en mis palabras; mis actos son indignos de elogio, mi ciencia es amarga para el corazón y no complace a nadie. 
Los niños no escribirán mis frases sobre la tablilla de arcilla para ejercitarse en la escritura. Los hombres no repetirán mis palabras para enriquecerse con mi saber. Porque he renunciado a toda esperanza de ser jamás leído o comprendido. 
En su maldad, el hombre es más cruel y más endurecido que el cocodrilo del río. Su corazón es más duro que la piedra. Su vanidad, más ligera que el polvo de los caminos. Sumérgelo en el río; una vez secas sus vestiduras será el mismo de antes. Sumérgelo en el dolor y la decepción; cuando salga será el mismo de antes. He visto muchos cataclismos en mi vida, pero todo está como antes y el hombre no ha cambiado. Hay también gentes que dicen que lo que ocurre nunca es semejante a lo que ocurrió; pero esto no son más que vanas palabras.
Yo, Sinuhé, he visto a un hijo asesinar a su padre en la esquina de la calle. He visto a los pobres levantarse contra los ricos, los dioses contra los dioses. He visto a un hombre que había bebido vino en copas de oro inclinarse sobre el río para beber agua con la mano. Los que habían pesado el oro mendigaban por las callejuelas, y sus mujeres, para procurar pan a sus hijos, se vendían por un brazalete de cobre a negros pintarrajeados.
 No ha ocurrido, pues, nada nuevo ante mis ojos, pero todo lo que ha sucedido acaecerá también en el porvenir. Lo mismo que el hombre no ha cambiado hasta ahora, tampoco cambiará en el porvenir. Los que  me sigan serán semejantes a los que me han precedido. ¿Cómo podrían, pues, comprender mi ciencia? ¿Por qué desearía yo que leyesen mis palabras?  Pero yo, Sinuhé, escribo para mí, porque el saber me roe el corazón como un ácido y he perdido todo el júbilo de vivir. Empiezo a escribir durante el tercer año de mi destierro en las playas de los mares orientales, donde los navíos se hacen a la mar hacia las tierras de Punt, cerca del desierto, cerca de las montañas donde antaño los reyes extraían la piedra para sus estatuas. Escribo porque el vino me es amargo al paladar. Escribo porque he perdido el deseo de divertirme con las mujeres, y ni el jardín ni el estanque de los peces causan regocijo a mis ojos. Durante las frías noches de invierno, una muchacha negra calienta mi lecho, pero no hallo con ella ningún placer. He echado a los cantores, y el ruido de los instrumentos de cuerda y de las flautas destroza mis oídos. Por esto escribo yo, Sinuhé, que no sé qué hacer de las riquezas ni de las copas de oro, de la mirra,  del ébano y del marfil. Porque poseo todos estos bienes y de nada he sido despojado. Mis esclavos siguen temiendo mi bastón, y los guardianes bajan la cabeza y ponen sus manos sobre las rodillas cuando yo paso. Pero mis pasos han sido limitados y jamás un navío abordará en la resaca. Por esto yo, Sinuhé, no volveré a respirar jamás el perfume de la tierra negra durante las noches de primavera, y por esto escribo. Y, sin embargo, mi nombre estuvo un día escrito en el libro de oro  del faraón, y habitaba el palacio dorado a la derecha del rey. Mi palabra tenía más peso que la de los poderosos del país de Kemi; los nobles me enviaban regalos, y collares de oro adornaban mi cuello. Tenía cuanto un hombre puede desear, pero yo deseaba más de lo que un hombre puede obtener. He aquí por qué estoy en este lugar. Fui desterrado de Tebas en el sexto año del reinado de Horemheb, con la amenaza de ser matado como un perro si osaba volver, ser aplastado como una rana entre dos piedras si jamás ponía el pie fuera de la tierra que me ha sido fijada como residencia. Tal es la orden del rey, del faraón que fue un día mi amigo.
Pero, ¿puede acaso esperarse otra cosa de un hombre de baja extracción que ha hecho borrar los nombres de los reyes en la lista de sus antecesores para sustituirlos por los de sus parientes? He visto su coronación. He visto colocar sobre su cabeza la tiara roja y la tiara blanca. Y seis años después me desterró. Pero, según el cálculo de los  escribas, era el trigésimo segundo año de su reinado.




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sábado, 1 de diciembre de 2018

Diego Ignacio Mur: Los doce productos más terribles creados por Monsanto, incluyendo la Bomba Atómica


Pedro Conde Sturla
2 de mayo 2014




[Este no es un simple artículo de divulgación como otros que publico, es la denuncia de una práctica demoníaca que amenaza al planeta con la devastación por parte de la corporación Monsanto y la desaparición sobrante o parásita como llaman a los pobres. Los pobres no tienen lugar en el planeta de acuerdo a la visión de las multinacionales y del imperio usamericano que las protege. Deben desaparecer y desaparecen por millones en África por vía del sida, de enfermedades curables como el paludismo, por el hambre, la sed y las incontables guerras de exterminio provocadas por los que involucran a las grandes y pequeñas potencias, incluidas  China, que tiene ahora el mayor y exitoso proyecto de colonización en África con la intención de llevar a esa tierra prometida cien millones de colonos para empezar. Nada, sin embargo es comparable con el daño que Monsanto inflige a la humanidad con las semillas transgénicas que ya se han polimizado los cultivos tradicionales y convertido en transgénicas las semillas tradicionales, y con el uso del yerbicida RoundUp que crea super malezas y es  un cancerígeno certificado. Lo que publico más abajo no tiene desperdicio. PCS.]

Los doce productos más terribles creados por Monsanto, incluyendo la Bomba Atómica

Para muchos es "paranoico" e incluso "caricaturesco" señalar a la Corporación Monsanto de la familia Rothschild como el "Imperio del Mal", sin embargo una breve revisión histórica expone como sembró y cosechó miseria durante el transcurso de un siglo. Aspartamo, DDT, Agente Naranja, Armas Nucleares, PCB, la hormona de Crecimiento Bovino, etc. Cuando usted reflexiona por un momento sobre los productos desarrollados por Monsanto, ¿qué encuentra? Esta es una lista certificada por organismos legales mundiales, describiendo doce creaciones que Monsanto lanzó al mercado:
Por Diego Ignacio Mur
1. Sacarina. John Francisco Queeny fundó “Monsanto Chemical Works”, con el objetivo de producir sacarina para Coca-Cola. Estudios realizados durante la década de 1970 mostraron que este químico produce cáncer en ratas y otros mamíferos de prueba. Sin embargo, tras descubrir que causa el mismo efecto en humanos, Monsanto sobornó a médicos e instituciones para seguir comercializandola.
2. PCBs. Durante la década de 1920, Monsanto comenzó a expandir su producción química mediante bifenilos policlorados (PCB), para producir fluidos refrigerantes de transformadores eléctricos y motores. Cincuenta años después, la EPA publicó un informe citando a los PCBs como causantes de cáncer en animales, con pruebas adicionales indicando que produce cáncer en seres humanos. Casi 30 años después los PCBs fueron prohibidos en EE.UU., este químico sigue apareciendo en la sangre de las mujeres embarazadas, como se informó en un estudio de 2011. En muchas áreas de Argentina se sigue utilizando PCBs.
3. Poliestireno. En 1941, Monsanto comenzó a enfocarse en plásticos y el poliestireno sintético, que todavía es ampliamente utilizado para envasar alimentos. El poliestireno fue clasificado quinto en la lista de 1980 de la EPA, donde se enumeran productos químicos cuya producción genera los residuos más peligrosos. Al estar en los envases de comida ingerimos poliestireno (efecto de migración), que causa depresión, cáncer y daños a los nervios. Los vasos y recipientes hechos de este material sintético son difíciles de reciclar. Deben ser derretidos utilizando un equipo adecuado que la mayoría de los centros de reciclaje no poseen. Dentro de 1000 años, la bandeja de carne que usted compró en Carrefour o Wall-Mart seguirá existiendo en alguna parte del planeta. Es fatal para la vida marina: Flota en la superficie del océano, se descompone en pequeñas esferas que los animales comen. Las tortugas de mar, por ejemplo, pierden su capacidad de sumergirse y mueren de hambre.
4. Bomba Atómica y armas nucleares. Poco después de ser adquirida por Thomas and Hochwalt Laboratories, la corporación Monsanto se convirtió en una división de su Central Research Department. Entre 1943 y 1945, este departamento coordinó esfuerzos de producción clave con Manhattan Project. Lea sobre el mayor accidente industrial de Norteamérica.
5. DDT. En 1944, Monsanto empezó a fabricar el insecticida DDT, con la excusa de combatir a los mosquitos “transmisores de malaria”. En 1972, el DDT fue prohibido en EE.UU. – Sus efectos adversos para la salud humana incluyen infertilidad, fallos en el desarrollo, destrucción del sistema inmunológico, muerte. El DDT impide al andrógeno unirse con su receptor, bloqueando, por lo tanto, al andrógeno para conducir un normal desarrollo sexual, dando lugar a anormalidades. Durante un experimento llevado a cabo en el Mar Caspio (Mediterráneo), el DDT a una concentración de 1 ppb redujo la población de peces hasta un 50%. El transporte atmosférico de largo de esta sustancia afecta actualmente a todos los seres vivos del planeta. Fue detectado en el aire del Ártico, terreno, hielo y nieve y virtualmente en todos los niveles de la cadena alimentaria mundial. Los sedimentos del fondo en lagos y los lechos de los ríos actúan como reservas para el DDT y sus metabolitos. Todos los bebés humanos nacen con DDT en la sangre.
6. Dioxinas. En 1945, Monsanto comenzó a promover el uso de pesticidas químicos en la agricultura con la fabricación del herbicida 2,4,5-T (uno de los precursores de agente naranja), que contiene dioxina. Las dioxinas son un grupo de compuestos químicamente relacionados que se conocen como los “Doce del patíbulo” – Son contaminantes ambientales persistentes que se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales. Durante décadas, desde que fue desarrollado por primera vez, Monsanto fue acusada de encubrimiento o no informar sobre la contaminación por dioxinas en una amplia gama de sus productos.
7. Agent Orange. Durante la década de 1960, Monsanto fue el principal fabricante de Agente Naranja, un herbicida / defoliante utilizado como arma química en la guerra de Vietnam. La fórmula de Monsanto tenía niveles de dioxinas mucho mayores que el Agente Naranja producido por Dow Chemicals, el otro fabricante (por lo que Monsanto fue el acusado clave en la demanda presentada por veteranos de la guerra en los Estados Unidos). Como resultado del uso de Agente Naranja, Vietnam estima que más de 400.000 personas fueron asesinadas o mutiladas, 500.000 niños nacieron con defectos de nacimiento, y un máximo de 1 millón de personas quedaron discapacitadas o sufrieron problemas de salud, por no hablar de los efectos a largo plazo que lesionaron a más de 3 millones de soldados americanos y sus descendientes. Memos internos de Monsanto muestran que la corporación conocía perfectamente los problemas de contaminación por dioxinas del Agente Naranja cuando vendió el producto al gobierno de EE.UU. (para su uso en Vietnam). Sin embargo, la “Justicia” norteamericana permitió a Monsanto y Dow apelar y recibir protección financiera por parte del gobierno, ignorando a los veteranos que buscan una compensación por haber sido expuestos al Agente Naranja.
Recién en el año 2012, 50 años más tarde del rociamiento con Agente Naranja, comenzaron algunos esfuerzos por limpiarlo. Mientras tanto, el legado de Monsanto para las generaciones futuras se traduce nacimientos de niños deformes, que continuarán durante las próximas décadas. ¿Piensa que no puede suceder aquí? Varios cultivos argentinos son modificados genéticamente para resistir un herbicida hecho con el principal componente del Agente Naranja (2,4-D), con el fin de luchar contra las “súper malas hierbas” desarrolladas por el RoundUp. Estos químicos persisten en los alimentos hasta llegar a las góndolas del supermercado y más tarde a su estomago.
8. Abono a base de petróleo. En 1955, Monsanto empezó con la fabricación de “fertilizantes” a base de petróleo, luego de comprar una refinería petrolera. Los “fertilizantes” a base de petróleo matan microorganismos benéficos del suelo esterilizando la tierra y creando dependencia, es como una adicción a los sustitutos artificiales. Dado el creciente precio del petroleo no parece una opción demasiado económica ni prospera…
9. RoundUp. Durante la década de 1970 Monsanto fundó su división Agricultural Chemicals, para producir herbicidas, y uno en particular: RoundUp (glifosato). La propaganda de Monsanto es que puede erradicar “las malezas” un día para el otro. Por supuesto los agricultores lo adoptaron de inmediato. La utilización de este químico aumentó cuando Monsanto introdujo las semillas “RoundUp Ready” (resistentes al glifosato), lo que permite a los agricultores a saturar el campo con herbicidas sin matar estos cultivos (transgénicos). Monsanto es una corporación muy poderosa, como lo demostró recientemente haciendo firmar a Obama un Acta de Protección para sus crímenes. Y aunque el glifosato inicialmente fue aprobado por organismos reguladores de todo el mundo, y es ampliamente utilizado en Argentina y Estados Unidos, más tarde fue prácticamente erradicado de Europa. El RoundUp fue hallado en muestras de aguas subterránea, así como en el suelo, y el mar, e incluso en las corrientes de aire y las lluvias. Pero por sobre todo en alimentos.
Es el causante de la desaparición de abejas, y produce malformaciones, infertilidad, cáncer y destrucción del sistema inmunológico. Los estudios independientes demostraron efectos sobre la salud consistentemente negativos que van desde tumores y función orgánica alterada, hasta muerte por intoxicación. El RoundUp es Agente Naranja con distinto nombre.
10. El aspartame (NutraSweet / Equal). Fue descubierto accidentalmente durante una investigación sobre hormonas gastrointestinales. Se trata de un producto químico dulce que en primera instancia, mató a un mono bebé y dejó a otros 5 dañados gravemente (sobre un total de 7 monos), en un ensayo clínico realizado para que la FDA apruebe el Aspartame. ¡Y la FDA lo hizo! (1974). En 1985, Monsanto adquirió la empresa que fabricaba aspartame (GD Searle) y comenzó a comercializar el producto rebautizándolo NutraSweet. Veinte años más tarde, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. publicó un informe que enumera 94 problemas de salud causados por el aspartamo. (Vea un vídeo rápido aquí.).
11. Hormona de Crecimiento Bovino (rBGH). Esta hormona modificada genéticamente fue desarrollada por Monsanto para ser inyectada en las vacas lecheras y aumentar la producción de leche cuando no hay escasez de leche. Las vacas sometidas a rBGH sufren un dolor insoportable debido a la inflamación de las ubres, y mastitis. El pus de la infección resultante entra en el suministro de leche que requiere el uso de antibióticos adicionales. La leche rBGH produce cáncer de mama, cáncer de colon, y cáncer de próstata en seres humanos.
12. Cultivos Genéticamente Modificados OGM / GMO / GM. A principios de la década de 1990, Monsanto comenzó el “empalme” de genes de maíz, algodón, soja y canola. Utilizó ADN de fuentes extrañas para lograr dos características principalmente: Un pesticida generado internamente, y resistencia al herbicida RoundUp de Monsanto. En otras palabras, las plantas envenenan y matan a los insectos y mamíferos que las devoran, y, resisten el agroquimico (pariente del Agente Naranja) RoundUp que persiste en ellas incluso tras su procesamiento hasta llegar al consumidor.
Por supuesto la transgenesis se ha extendido. Papas, frutillas, manzanas, tomates, lechuga, tabaco, peras, sandías. TODO tiene su versión OGM.
Pese a las décadas de propaganda diciendo que los cultivos genéticamente modificados podrían alimentar al mundo, que tendrían más nutrientes, resistencia a la sequía, o mayor rendimiento, ninguna de esas promesas se cumplió. Los cultivos GM no alimentan al mundo, causan cáncer. No tienen más nutrientes, de hecho no alcanzan ni un 10 % de los nutrientes de los cultivos orgánicos. No resisten a la sequía. No brindan mayor rendimiento sino menor rendimiento, mientras encarecen la producción. La mayoría de las ganancias de Monsanto provienen de las semillas diseñadas para tolerar el RoundUp, este diseño transforma a los “alimentos” en armas mortales para la humanidad. Los ingresos de Monsanto aumentan constantemente ya que los agricultores se ven obligados a usar más y más químicos debido a la proliferación de super malezas que evolucionan desarrollando resistencia al RoundUp.
Monsanto y los medios de comunicación masivos ocultan que el Amaranto orgánico era el verdadero alimento proyectado para la humanidad del futuro. Cura el cáncer, lo previene, es el cereal más nutritivo del planeta y fue la primera planta en germinar en el espacio. Tal es así que los astronautas de la NASA utilizan amaranto para mantenerse saludables y no soja.
Al igual que durante los primeros días de los PCB, el DDT, o el Agente Naranja, Monsanto ha engañado y sobornado con éxito a los organismos públicos y reguladores generales implantando la creencia de que el RoundUp y los cultivos modificados genéticamente son beneficiosos y “seguros”.
Sin embargo Monsanto tuvo que ordenar a Obama que firmara una Ley en salvaguarda de la corporación para defenderse de las denuncias y demandas producto de 100 años de nuevos estudios que demuestran los efectos negativos e impactos ambientales de los OGM. Monsanto ataca dichos estudios científicos mediante medios de comunicación masivos controlados, denigrando e ignorando a las organizaciones independientes, y científicos honestos. Pero además, Monsanto cuenta con asociaciones industriales, blogs, científicos sobornados, “ciencia independiente” falsa y todo tipo de herramientas que a su vez, los mismos medios de comunicación corruptos patrocinan, sumado a cientos de miles de artículos de relaciones públicas “privadas” realizados por empresas que con frecuencia fueron fundadas, son financiadas y mantenidas por Monsanto.
Desafortunadamente, muy pocos de nosotros tomamos el tiempo para localizar a los miembros fundadores, y las relaciones de estas fuentes no válidas con Monsanto. (Leer más en esta página.)
La FDA respalda enfáticamente a Monsanto, ya que comparte funcionarios con Monsanto mediante el fenómeno “Puertas Giratorias”. En el siguiente gráfico elaborado por Millones contra Monsanto puede ver algunos ex vicepresidentes de Monsanto y abogados de la firma que más tarde ocuparon cargos en la FDA. Y no se olvide de Clarence Thomas, el ex abogado de Monsanto, que siendo juez de la Corte Suprema de Justicia, falló a favor de Monsanto en cada caso presentado.
El viento y las abejas transportan mutaciones genéticas de Monsanto a la naturaleza salvaje, comprometiendo el ecosistema global. Muy pronto todas las plantas serán transgénicas.
13. Un producto extra para este informe: Las semillas Terminator. A finales de 1990, Monsanto desarrolló tecnología para producir granos estériles incapaces de germinar. Estas “semillas Terminator” obligarían a los agricultores a comprar nuevas semillas de Monsanto cada año, en lugar de guardar y reutilizar las semillas de sus cosechas como lo hicieron durante siglos. Afortunadamente, esta tecnología fracasa en al mercado. Por lo cual Monsanto decidió exigir a los agricultores la firma de un contrato de acuerdo para que no re-utilicen ni vendan las semillas, lo que les obliga a comprar nuevas semillas y se antepone a la necesidad de un “gen terminator”. El fracaso parcial de las semillas terminator es una suerte para nosotros … ya que también eran susceptibles a polinización cruzada y podrían haber contaminado cultivos y bosques en todo el mundo. Lo cual no significa que este objetivo siga en los planes de Monsanto.
¿Cómo se traduce el legado de Monsanto para la humanidad?
Entre el 85% y el 90% de los alimentos que usted consume cada día tiene OGMs y tóxicos químicos de Monsanto, y residuos de RoundUp. (Las cifras en esa fuente están desactualizadas)
¿Cómo logra Monsanto su impunidad? Según la Asociación de Consumidores Orgánicos en un documento del año 2011, “Hay una correlación directa entre el suministro de alimentos genéticamente modificados y los $ 2,000,000,000,000 de dólares que el gobierno de EE.UU. gasta anualmente en atención médica, es decir, una epidemia de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y un vinculo comercial con los laboratorios de fármacos y vacunas.
En lugar de frutos sanos, verduras, granos y animales alimentados con hierba natural, las granjas industriales de Estados Unidos y Argentina producen un exceso de comida chatarra de ingeniería genética para ocasionar enfermedades cardíacas derrame cerebral, diabetes y cáncer, con el respaldo de subsidios agrícolas, mientras que los agricultores orgánicos no reciben dichas subvenciones.
La historia de Monsanto refleja un cuadro persistente de sustancias químicas tóxicas, demandas, y ciencia manipulada. ¿Es este el tipo de entidad que queremos para controlar el suministro de alimentos de nuestro mundo?
Monsanto no está sola. Otras empresas del “Big Six” incluyen a: Pioneer Hi-Bred International (filial de DuPont), Syngenta AG, Dow Agrosciences (filial de Dow Chemical), BASF (que es una compañía química que expande rápidamente su división de biotecnología) y Bayer CropScience (filial de Bayer). Vea una lista completa de las empresas de la ingeniería genética en este sitio web.Ecoportal.net


viernes, 30 de noviembre de 2018

Siete al anochecer (13)

Pedro Conde Sturla

La bestia se repantigó en el confortable asiento trasero del Chevrolet Bel Air azul y le ordenó a Zacarías de la Cruz que enfilara para San Cristóbal. Acarició, sin proponérselo, casi inconscientemente, la culata de su fiel compañera. 

Era una Thompson. Un fusil o subfusil ametralladora, una de esas máquinas de matar diseñada o inventada por John Tagliaferro Thompson en 1919. El arma favorita de Al Capone, de los gánsteres de Chicago y los agentes federales  durante la gloriosa época de la prohibición en los Estados Unidos.

La dama de azufre y la violetera

Pedro Conde Sturla1
3 de abril 2013

Olía a azufre, por endemoniada, igual que aquel tarado que fue presidente nominal de los Estados Unidos. El mismo al que Chávez comparó con el diablo, faltándole respeto al diablo, que es un pobre diablo.
Tenía cara de pájaro y era un pájaro malo. Era imperialista, era troglodita, era sádica, era pinochetista, era parafascista, odiaba al aguerrido pueblo irlandés, odiaba a los pobres, odiaba a los sindicatos y el estado de
Margaret Thatcher
bienestar, y en consecuencia,  promovió con éxito la desigualdad social como política de estado.
Era, en el fondo una especie de calvinista que “Elevó a categoría el egoísmo privado, estableciendo la riqueza como medida de virtud” (Francisco G. Basterra,El País ,12 abr 2013). Y quizás también como señal  de predestinación divina.
Era arbitraria, era intolerante y era intolerable. Y lo era a tal punto el punto que del poder fue sacada, humillantemente, por sus propios compañeros de partido.
No irá al infierno, sin embargo, todavía no han podido habilitar un espacio seguro para ella.
Sarita Montiel
¡Qué encantadora en cambio era la otra! Aquella Violetera del último cuplé, la de fumando espero, tan divinamente monumental, tan teutónica o sos pechosa, como dicen los argentinos.
Amor maternal inspiraba.
Por esas cualidades, amor maternal inspiraba en la época de su plenitud. Puro amor maternal y no otra cosa.¿Acaso no soñábamos todos -como dulces criaturas inocentes-, ser amamantados maternalmente por ella?




LAS METAMORFOSIS DE OVIDIO

Pedro Conde Sturla
25 de abril 2016

En cambio, para escapar de la persecución de Apolo, la pobre y casta Dafne, invoca a los dioses y “de repente, su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas.

La mitología griega es de una riqueza incomparable y la abundancia y variedad de criaturas divinas, semidioses, héroes humanos, brujas, monstruos y demonios constituye una especie de laberinto donde es difícil orientarse. Por añadidura, muchos eventos, muchos personajes se repiten en diferentes versiones y el número crece y crece en modo exponencial. Entre los griegos, el afamado Hesíodo (que nació probablemente en la segunda mitad del siglo VIII a.C) fue quizás el primero en tratar de poner orden en la maraña de historias que habían circulado durante siglos en forma oral, asentándolas por escrito en su celebrada “Teogonía”. (Del mismo modo, durante cuatrocientos años circularon de boca en boca las narraciones sobre la guerra de Troya y las aventuras de Ulises, antes de ser escritas por un poeta o escuela de poetas que designamos convencionalmente con el nombre de Homero).
Entre los romanos, dos de los principales recopiladores son Ovidio y el incierto Apolodoro, el discutido autor de la “Biblioteca mitológica”.
Ovidio es uno de los más importantes recopiladores de mitología clásica grecorromana. Vivió y escribió en la época de Augusto, entre la segunda mitad del siglo I a. C y la primera del I d. C., y sus relaciones con este emperador en un cierto período se agriaron y el poeta tuvo que tomar el camino vitalicio del exilio, un frío exilio en lo que es hoy ñRumania, pero su obra fue más afortunada, al menos en lo que respecta a “Las metamorfosis”. Esta epopeya didáctica en quince tomos describe la historia del mundo a través de una cadena de transformaciones o  metamorfosis que culmina con la conversión de Julio César en dios y se conserva en su casi total integridad. Fue, además, durante siglos una de las más leídas y de mayor influencia en las artes.
“De Ovidio y sus Metamorfosis son deudores, en el transcurso de los siglos, no sólo la literatura, y en especial la poesía, sino todas las manifestaciones artísticas (pintura, música…) que han querido ocuparse del tema del amor y del cambio en la vida del hombre”.

Apollo & Daphne

lunes, 26 de noviembre de 2018

Travesía de Sánchez Beras


25 agosto, 2012
[Hace tiempo que le tengo un lugar destinado en esta columna a César Sánchez Beras, uno de los más prolíficos y meritorios autores de la diáspora dominicana. Es un tipo buena gente con cara de buena gente y cara de buen escritor, o, como dice Koldo Campos Sagaseta, “no sólo es un poeta extraordinario. Además, es un ser humano excepcional”.
De acuerdo a los datos biográficos que recojo del blog de Leibi Ng, César Sánchez Beras nació en el año 1962. Es doctor en Derecho (Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1988). Ha publicado los libros: Memorias del retorno (1993), Travesía a la quinta estación (1994), Con el pie forzado (1994), En blanco y negro (1995), Comenzó a llenarse de pájaros el sueño (1999), Trovas del mar (2002).
Premiaciones: Primer lugar Concurso Nacional de Décimas, 1990, Primer lugar Concurso Nacional de Décimas (Cedee), 1991, Segundo lugar Concurso Nacional de Décimas Juan A. Alix; Premio Nacional de Poesía (RD) 2004, Premio Nacional de Literatura Infantil (RD) 2004, Maestro del año, Premios Círculos Dorados, Massachussets.
Elegido como maestro del año por la premiación “Quién es quien dentro de los maestros de EstadosUnidos, en fecha 2001 y 2004, Padrino del Desfile Dominicano 2003, Lawrence, Massachussets, Poeta Laureado por Cambridge College (2004). Actualmente trabaja como maestro de español y literatura en Lawrence High School, Lawrence, Massachussets, donde junto a su labor de activista cultural,   
se desempeña como columnista del Periódico Siglo 21 y de la 
Revista Imagen Hispana. * Durante el período constitucional 1996-2000, fue Asesor Cultural del Consulado Dominicano en Boston (honorífico).
En la obra de César Sánchez Beras, como puede apreciarse, hay demasiada tela por donde contar, demasiado para elegir, y la elección que de ella hago es apenas un arbitrario botón de muestra que, sin embargo, representa de algún modo, algo esencial de su credo poético, literario, como esa introducción de su “Antología total”, Cicatriz sobre un cuerpo en el viento, y los poemas, El universo comenzó en noviembre, La huida de Emily y Ley de conservación de la mujer. El cierre es un breve relato de un libro titulado De la vida alegre, en el que al parecer el autor se hace un  mea culpa, mea toda una culpa si acaso es biográfico el texto. Pero quizás es culpa ajena. (PCS)].
Cicatriz sobre un cuerpo en el viento
No concibo mi vida fuera de la influencia de la poesía. Primero como un asombro infantil por las palabras, luego como un lujo juvenil para tocar los cuerpos, más tarde como una trinchera para soportar el miedo, y de ahí, a todos los otros estadios en que ella me ha acompañado: Como bocado para aguantar el hambre, como sombra para esconder la rabia, como armadura para vencer tormentas, como velero para emprender la huida, como faro para volver a mí mismo, como luz para encontrar el rastro, como lecho para acostar insomnios, como tibieza para vencer el frío. La poesía ha sido andamio y fortaleza. Justificación última para alcanzar el alfabeto, verdad relampagueante para aclarar los espejos de la duda. La poesía ha sido todo y parte. Parte, para acercarme al gran motivo de la existencia. Todo, para ver la vida de los otros en correspondencia vital con la propia existencia. La poesía ha sido ese animal mutante que he llevado dentro, que dejó de ser sonajero para dormir a los otros, para convertirse en hacha, en flor, en tumba y en ala. La poesía ha sido lumbre y desamparo, la hermosa cicatriz sobre un cuerpo en el viento.
El universo comenzó en noviembre
Sé que el universo comenzó en noviembre / porque diciembre es / frío para inventar estrellas. / Enero es bello pero le falta fuerza, / para crear arcoiris o cayenas. / Febrero es húmedo para forjar desiertos / y marzo es tibio para fundar glaciares. / Abril germina flores pero le faltan peces / y mayo tiene lluvia pero no tiene osos / y al pobre junio a veces le vuelan mariposas. / Julio y agosto mueren junto a la fuente, / septiembre tiene mares sin orillas / y octubre tiene lunas pero no tiene lobos. / Sé que el universo comenzó en noviembre, / en el onceno mes bebí tu cuerpo / y en el mundo no existen coincidencias.
La huida de Emily
Nadie tuvo su cuerpo / de desnudez salobre como las caracolas.
Ningún amor se vio en sus ojos de nubes, / ni bebió de su boca / 
las sílabas terribles con que nace un conjuro. / Nadie besó sus senos. / Ningún fantasma pudo atravesar descalzo / el risco de su espalda quebrándose en la lluvia. / Nadie la vio quitarse / ese / viejo vestido de las hojas caídas. / Nadie escuchó sus pasos / saliendo del insomnio, / ni vio la nieve roja que alumbraba su sexo. / Solo yo estuve allí. / Mirando levitar su lúgubre mortaja, / con el ojo perverso con que mira el asombro, / con la muerte impaciente deletreando su nombre.
Ley de conservación de la mujer
Ese hilillo de sangre que gotea, / esa cayena rota en el asfalto, / esa sombra que vuela en lo más alto, / que cruje, que tañe, que flamea. / Esa mirada que relampaguea, / esa palabra grave como el llanto, / esas dos sílabas que fueron el canto / del gozo de la piel que serpentea. / Ese viaje primigenio de la arcilla, / la / fragmentada luz de la costilla, / es enunciado final de Lavoisier: / Ellas vuelan, se desparraman, huyen. / ellas ni se crean ni se destruyen. / Es materia iluminada, la mujer.
De la vida alegre (relato)
Dicen los que estuvieron con ella en unas de esas noches de besos comprados, que tenía el don de hablar con fluidez y de opinar juiciosamente sobre cualquier cosa. Vestía modestamente pero limpia, nunca se le vio despeinada, en el trayecto que hacía desde su casa en el barrio “Punta Brava” hasta la Plaza, donde se encontraba todo el comercio legal o ilegal, del Ingenio Quisqueya.
Nunca faltó por ningún motivo a las pocas reuniones que se celebraban en la escuela para conversar con los padres de los educandos de la Escuela Virgen de la Caridad del Cobre.
Caminaba pausado pero con ritmo, como si estuviera escuchando una música interior mientras desandaba los polvorientos senderos del municipio. En tiempo muerto, cuando toda actividad comercial se reducía a cero, ella, ni corta ni perezosa lavaba ropa ajena, revendía huevos o gallinas ponedoras, rifaba galones de aceite o sábanas, para el sorteo de los domingos y hay quienes aseguran que hasta ofició “horasantas” cantadas en aniversario de difuntos.
Su personalidad misteriosa agregó más misterio a mi adolescencia, así, que en la próxima zafra, cuando ella reinició su vida de prostituta de pueblo, me propuse conocer mejor ese raro espécimen de mi pueblito natal.
Durante mucho tiempo la observé con detenimiento: Ni una palabra descompuesta, ni un tono más alto que lo normal, ni un vestido con escote ofensivo, ni una falda por encima de las rodillas, ni un milímetro más del colorete acordado. Cuando reuní los 5 pesos que costaría pagar el hotel de paso, y los honorarios por servicios sexuales prestados, me aventuré pasadas las nueve de la noche a buscarla en la plaza. Tuve que mentir varias veces antes de llegar a ella, pues siendo menor en un pueblo pequeño todo se conjuraba en mi contra.
Cuando cerré la puerta y ella se desamarró el pelo, quise socializar un poco para entrar en ambiente. -Usted es curiosa- le dije, privando en más adulto de lo que era. -Trabaja como prostituta y nunca le he escuchado una mala palabra, nunca le he visto una actitud indecente, nunca le he visto ni siquiera mover las caderas para buscar futuros clientes.
Entonces ella me miró con ojos inolvidables y me dijo… -Es que yo soy “cuero” aquí, fuera de esa puerta, está el mundo, está la sociedad, están mis hijos. Cuando ella entró al cuartucho de baño para asearse para la jornada. Puse los 5 pesos en la mesita y me fui llorando todo el camino. Toda la noche me pesaba en el alma, por muchos años sentí que la prostituta era yo. (César Sánchez Beras).




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sábado, 24 de noviembre de 2018

SIETE AL ANOCHECER (12)

Pedro Conde Sturla
22 de octubre 2018

EL ÚLTIMO CAUDILLO
(Última parte)
Diez u once días después de haber hecho  público el manifiesto a la nación Dominicana del 13 de junio de 1931, Desiderio Arias estaría muerto y decapitado.