miércoles, 31 de mayo de 2017

DECID ¿CON QUÉ DERECHO?

(variaciones sobre un tema de Fray Antón de Montesinos) 
Clave digital 10 de octubre 2007 
Pedro conde Sturla




…Para os los dar a conocer los pecados contra los
politicos y maleantes de cuello blanco me he subido aquí, yo soy la voz de Mercurio, dios de los comerciantes y los ladrones que son la misma cosa en el desierto de esta isla y, por tanto conviene que con atención no cualquiera, sino con todo el interés que aplicáis a la consecución de riquezas y con
todos vuestros sentidos generalmente abiertos al amor al
dinero, más que al amor al prójimo, la oigáis detenidamente.    
La cual será la más nueva que nunca oísteis, la más
áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás
pensasteis oír... Esta voz dice que todos estáis en riesgo de
que se os cuestione la pertenencia de lo que más amáis,
que es la fortuna, que se os someta por la indiferencia, por
la crueldad y tiranía que usáis con estos malaventurados
capitanes de industria y políticos en desgracia arrojados a las pérfidas mazmorras donde sólo pertenecen los pobres y sucios de oficio.
Decid ¿con que derecho y con qué justicia tenéis en
tan cruel y horrible abandono aquestos empresarios, funcionarios corruptos y malandrines? ¿Con que autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban como vosotros en sus villas y castillas mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con humillaciones y pérdidas millonarias, habéis consumido?
¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles tregua
ni compadecer sus malestares, que de los excesivos rigores
que les dais en los infaustos tribunales incurren en pedorrea y se os mueren  de tristeza, y por mejor decir los mataís por sacar y adquirir oro cada día de la desgracia ajena?
¿Y que cuidado tenéis de quien los mime,  preserve
los beneficios acumulados con el sudor de la frente ajena.
salvaguarden sus cuentas en paraísos fiscales y la prestancia
ganada a fuerza de papeletas? Decid, ¿con que derecho
se somete a estos infelices al escarnio de la justicia y no se
obliga a ofrendar la cabeza ante el hacha del verdugo a
tantos de sus iguales?
Estos, ¿no son ladrones, corruptos, deshonestos,
taimados y podridos como vosotros? ¿No tienen como
vosotros fortunas mal habidas? ¿No andan como
centenares de políticos a bordo de vehículos que cuestan
una fortuna? ¿No sois obligados a reconocedlos como a
vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentis?
¿Cómo estáis en tan profundidad, de sueño tan letárgico, 
dormidos, que no os dais cuenta de que estáis arriesgando
la impunidad de miles con la posible fuerza de un mal
ejemplo, un precedente nefasto que afila cuchillas para vuestras propias gargantas?  

pcs, miércoles, 10 de Octubre de 2007.

ESTE MUNDO PODRIDO

Pedro Conde Sturla
12 de Mayo de 2014 - 9:01

En este mundo podrido todos tenemos los pies en el lodo...pero algunos miran hacia arriba
¡Oscar Wilde?

Edmund Burke, un pensador famoso, el llamado padre del conservadurismo moderno, repetía con ingenuidad y convicción dignas de mejor suerte, que “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. Bertolt Brecht, otro menos ingenuo, decía que el hombre no “sería tan malo si el mal no fuera negocio”. Para Albert Camus “hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.”

Muchos otros autores famosos y más lúcidos, como el José Saramago de “Caín” y el Pérez Reverte de “El pintor de batallas” piensan -como me gusta pensar-, que la preservación del ecosistema pasa por la desaparición del bípedo parlante que llamamos ser humano y destruye irracionalmente su hábitat. Lo mismo piensa el planeta tierra que, al decir de un científico francés cuyo nombre no recuerdo, “Ha activado su sistema inmunológico. Quiere desembarazarse del parásito humano”.

Únicamente un total desconocimiento de la historia permite afirmar que “para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”. La historia enseña que siempre una minoría de malos se hace dueña del poder y se hace dueña de la mayoría, a pesar de los esfuerzos, del sacrificio de los buenos porque el bien casi nunca es negocio frente al mal, y el poder se articula en todas las épocas al mal, que rinde pingües beneficios.


¿UTOPÍAS?

Los gobiernos socialistas, durante sus ciento y pico de años de historia, han degenerado en dictaduras, tiranías, regimenes dinásticos. La democracia, al parecer, no tiene cabida en el socialismo.

Los regimenes capitalistas, en sus más de 500 años de historia, no daban cabida a la democracia hasta hace poco más de cien años y a menudo degeneran en nazismo, franquismo, fascismo, zionismo. Degeneran en imperialismo y hacen la guerra contra la humanidad.

Resultado de imagen para isla utopía Moraleja:

Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor.

Samuel Beckett.

"Para mí la utopía política verdadera no es un sueño, es inventar una nueva forma de vida para poder sobrevivir. Así todas las utopías auténticas son, en ese sentido, un producto de la emergencia"

Intervención del filósofo esloveno Slavoj Zizek en Buenos Aires.


La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.
Anatole France 

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar

Fernando Birri

viernes, 21 de abril de 2017

EL TIRANO

El tirano Maduro llegó al poder por la fuerza
De los votos del populacho y tiene armas
De disuasión, de persuasión masiva.
Que amenazan la paz mundial
El sueño del imperio y sus aliados.
CNN, la prensa prostituta
dedica horas y horas a subvertir
El régimen infame
Maduro al parecer está podrido.
Déjenlo que se caiga solo de la mata

PARADOJA

En su parte más oscura, qué paradoja, la mujer alumbra.



martes, 18 de abril de 2017

EL MEJOR DE TODOS...

Pedro Conde Sturla


El mejor de todos los cuentos me lo contó varias veces tío Raúl. Tío Raúl venía en su mula de paso fino de la finca de El Pozo y le había cogido la noche, noche negra encendida. Amenazaba lluvia y el cielo estaba tronando, relampagueando. Antes de llegar al puente la mula se espantó, se frenó. Tío Raúl le clavó las espuelas y la montura no respondió. Estaba aterrada. Trató de convencerla por las buenas hablándole al oído, pero la mula no quiso entrar en razones.
Alguien, con sombrero, de estatura imponente, estaba reclinado en una barandilla del puente y parecía estar mirándolo  con malos ojos. Tío Raúl le pidió que por favor se quitara del  lugar, que le estaba espantando la montura, que lo dejara pasar, pero el hombre del sombrero no se movió, no respondió, se quedó mirándolo con la misma impertinencia.
Por, favor, repitió tío Raúl, mire que está casi lloviendo y va a caer un diluvio. El hombre del sombrero no se inmutó, no se movió, no respondió y lo seguía mirando con malos ojos.
Al cabo de un buen rato, después de agotar sus mejores recursos persuasivos, tío Raúl se apeó de su mula de paso fino y se dirigió hacia el impertinente que lo doblaba en tamaño. Ya había perdido la paciencia. De nuevo le pidió, le rogó para que por favor lo dejara continuar pero el impertinente volvió a dar la callada por respuesta y lo miraba con sorna, con descaro. En ese momento pareció llevarse la mano cinto y tío Raúl supo que se estaba jugando la vida. Sacó raudo el machete, tiró un planazo al cuerpo, escuchó un ruido seco, paff, y vio la figura desplomarse, caer más bien al río como una yagua seca.
Como lo que era.

Flaubert se fue a la guerra


Flaubert encontraba pájaros rotos en la ventana, tristes
pájaros rotos muriéndose al azar. Pájaros como quien
dice chuecos, diezmados en la paz de una memoria que
acaso felizmente no tuvieron, tristes pájaros rotos, apestosos,
simplicios, desplumados, borrachos, evacuantes –
todos a la vez lastimeros y flacos, redondos y podridos.
En principio había sido un hecho insólito, aislado,
esporádico, incidental, pero luego fue tornándose frecuente
con más frecuencia, agravándose con inaudita
frecuencia. De la ventana del balcón los pájaros pasaron
a morirse a la sala, de la sala a la antesala, de la antesala
al comedor de lujo, del comedor de lujo al comedor de
la terraza, de la terraza a la cocina y de la cocina a las
habitaciones (incluyendo la de los huéspedes), y de aquí
al cuarto de servicio y al área de lavado, al depósito de
carbón y al zaguán. Finalmente coparon la biblioteca, el
salón de música y la sala de los muertos, y ahora Flaubert
vivía fastidiado por el estropicio de plumas y el olor
a carne chamusquina en todos los rincones, cuando no
manchas de sangre en las paredes y disparos provenientes
del recinto militar contiguo. Discusiones y disparos,
aullidos y disparos, ladridos de los perros a la luna –a la
luna pálida– y otra vez disparos y disparos y disparos.
¿No se podía pedir un poco de cordura?
En el mejor de los casos, los disparos provenientes del
recinto militar contiguo aplastaban a los pájaros contra
las paredes exteriores y allí terminaba todo, salvo que la
pintura y la madera se deterioraban por obvias razones
de lógica aristotélica. Peor si en su vuelo final los pájaros
caían a los pies de Flaubert y se quedaban mirándolo con
tiernos, desamparados ojillos pajariles moribundos. Peor
si caían sobre el piano durante las prácticas de piano y
defecaban, aleteaban, se sacudían sobre sus papeles de
música como si retozaran en el juego de la muerte. Peor
que peor si se metían a morir al desván por los huecos del
cielo raso o en los intersticios de las paredes, porque nada
era peor que el olor de la descomposición de los cuerpos
atrapados en las paredes de aquel inmenso caserón de
madera –inmenso, sí–, edificado con apego al más espurio
estilo victoriano.

RITOS ANCESTRALES

lunes, 17 de abril de 2017

Para los fines de lugar

Para los fines de lugar aclaro que siento poca o ninguna simpatía por el régimen de Corea del norte, una monarquía, una aberración histórica, una dinastía comunista, una tiranía casi tan pesada como la que padecen los árabes sauditas o los palestinos bajo el yugo de Israel.