jueves, 14 de diciembre de 2017
EL TREMENTINISMO HISTÓRICO
Pedro
Conde Sturla
El antihaitianismo grosero, o mejor la haitianofobia,
está presente en términos explícitos desde la primera aproximación al tema en Trementina, clerén y bongó. Papá Oguis,
definido como “el más notable de los haitianos del manicomio” (p. 50) sugiere
más a una bestia que a un hombre:
“Alto, de ojos fulgurantes y boca de labios extraordinarios, era una figura siniestra y horripilante: un cáncer, según todas las apariencias, le había destruido la nariz, dejando en su lugar un hoyo por el cual podía verse fácilmente la garganta. El cáncer –y esto era un misterio- al parecer había curado- dejando sólo ese horrible hueco con los bordes como si hubieran sido cauterizados” (p. 50).
miércoles, 13 de diciembre de 2017
EL ZIONISMO ORDINARIO
Pedro Conde Sturla
16 de Agosto de 2006
El
pueblo hebreo –un pueblo excepcional que ha dado a la humanidad algunos de sus
genios más ilustres-, ha cultivado a través de su historia el arte peculiar de
hacerse odiar. Donde quiera que asienta sus reales, precedido de la leyenda
negra –la entrega de Cristo al suplicio- se organiza en núcleos exclusivos y
excluyentes, crea una sociedad dentro de la sociedad que lo recibe, crea un
estado dentro del estado cuando no intenta apropiarse o se apropia del estado,
incluso de un imperio por vía del lobbysmo: los grupos de presión que dictan su
política a parlamentarios y mandatarios.
LA TREMENTINA COMO MEDICINA
Pedro Conde Sturla
Trementina,
clerén y bongó sugiere diferentes niveles de interpretación o lectura, y a
pesar de que el pensamiento de Julio González Herrera está plagado realmente de
malicia y prejuicios raciales, no hay autor dominicano que haya calado tan
profundamente en el agujero negro de la demencia y de las instituciones totales
que la hacen posible. Por ejemplo, el manicomio.
martes, 12 de diciembre de 2017
TREMENTINA, CLERÉN Y BONGÓ
Pedro Conde Sturla
Trementina,
clerén y bongó es la novela que recoge el fruto de las vivencias de Julio
González Herrera en el “manicomio modelo” Padre Billini, aunque no en términos
estrictamente autobiográficos como podría pensarse. Fue su primera novela y a
la vez su obra capital, la obra de un hombre que nunca estuvo perfectamente
loco ni, quizás, lo contrario en esa fase de su vida, y que más bien se mantuvo
bordeando la locura, buscándola o por lo menos desafiándola.
lunes, 11 de diciembre de 2017
HUMO EN TUS OJOS
Humo entus ojos
Como en la noche insomne
En que el amor derriba
Sus últimas paredes
EL INFIERNO APETECIDO DE JULIO GONZÁLEZ HERRERA
Pedro Conde Sturla
Julio González Herrera (1902-1961) tuvo
en común con Edgar Allan Poe una serie de rasgos biográficos en verdad poco
comunes. Por ejemplo, el don de una inteligencia privilegiada y un talento
natural para la literatura. También tuvieron en común la afición por la bebida,
si se puede llamar así a una desenfrenada vocación autodestructiva que a ambos
llevó por el camino de la degradación y el ridículo, e incluso a la muerte
temprana en el caso de Poe. Igualmente común fue el final sin gloria y la
existencia miserable, aún más miserable por tratarse de gente que destilaba
tantas luces. Cierto es que derrocharon la juventud con la misma generosidad
con que prodigaron el talento, y siempre resultó desproporcionado el contraste entre
su entrega al arte y el abandono de sí mismos.
Salvando las distancias, y el tiempo,
estas vidas paralelas constituyen modelo de lo que Goethe solía llamar
“afinidades electivas”, y son representativas de una cultura y una época. Poe,
desde luego, fue un “genio universal”. Julio González Herrera fue un muchacho
prodigio en su medio, bien dotado para la prosa pero limitado por las circunstancias.
Es fama que la universidad le retuvo el
título de abogado hasta que alcanzó la edad reglamentaria, que era de veintiún
años, y en el interín se desempeñó como diplomático en Argentina. Ocupó otros
cargos de cierta importancia en el gobierno de Horacio Vázquez y fue juez del
Tribunal de Tierras al inicio de la era de Trujillo. Casó, tuvo un hijo y viajó
por países de América representando a la República o dictando conferencias. Para
entonces brillaba como periodista, jurista, escritor, poeta, ensayista.
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