Entre nosotros, el personaje más luminosamente exiguo es un gato con nombre de gato, pero con dientes de conejo, la criatura política más rapaz del patio, a excepción de su mentor y protector.
Pedro Conde Sturla
6 de agosto de 2014
[Algunos de los grandes personajes de la historia son tan humildes como Dionisio el Exiguo (460-550), es decir Dionisio el pequeño, Dionisio el enano. No se sabe si lo llamaban de esta manera por un defecto físico o para diferenciarlo de otros Dionisios. Su gran hazaña fue dividir las aguas de los tiempos en un antes y un después, un antes y después de Cristo. O sea, la fundación de la era cristiana.
Dionisio era un astrónomo y erudito y al parecer fue el papa Hormisda, viudo y padre de un hijo que sería el papa Silverio, quien le encargó establecer las fechas de unas festividades cristianas partiendo del nacimiento de Cristo y no de la fundación de Roma, como era costumbre, pero a la larga sus cálculos dieron origen al calendario por el que se rige una gran parte de la humanidad, a pesar de ciertos errores que ya se le han perdonado.
Los textos que siguen a continuación arrojan luz sobre este luminoso personaje. PCS].