Pedro Conde Stur6 agosto, 2021
El 16 de octubre de 1940, el general José Estrella —el hombre al que la bestia solía llamar tío José— cayó sorpresivamente en desgracia. Fue destituido como gobernador de Santiago y de todos los demás puestos que ocupaba. Su flamante cargo de Comisionado especial para el norte, en el que se desempeñaba con brutal autonomía, fue simplemente abolido. Apenas un mes más tarde, el día 16 de noviembre, ingresó como prisionero en la fortaleza San Luis de Santiago.